El 27 de Enero de 2016, Transparencia Internacional (https://www.transparency.org/) publicó la vigésima edición de su reconocido Índice de Percepción de Corrupción (“CPI” – por sus siglas en inglés). El CPI (un indicador diferente al índice de precios del consumidor, que mide la inflación) calcula los niveles de percepción de corrupción en distintas jurisdicciones. El CPI se mide como las calificaciones en la escuela. Cada país evaluado recibe una calificación entre cero (0) y cien (100) puntos. Una calificación (score) más alta, implica menor corrupción. Mientras más bajo es el score, mayor es la corrupción que se percibe en un país.
En la vigésima edición del CPI, República Dominicana ocupa la posición número 103 de 166 países evaluados en cuanto a la percepción de corrupción. RD cuenta con una calificación de 33 puntos sobre un total de 100. Una calificación muy baja, que implica poca transparencia y altos niveles de corrupción.
La publicación del CPI regularmente acapara la atención de la sociedad civil y de los inversionistas, por la relevancia permanente que la corrupción ocupa en la cultura dominicana.
Pero un aspecto importante, que a menudo no se discute, son las implicaciones que el CPI tiene para el sector financiero y para el comercio internacional.
¿Cómo repercute para los dominicanos que nuestro país tenga un bajo score de CPI?
A continuación intentaré explicar algunas de estas implicaciones basado de mi experiencia como consultor/entrenador de un importante banco global en materia de prevención de lavado de dinero y de criminalidad financiera.
- El CPI se usa para medir riesgo de criminalidad financiera. Los bancos – principalmente aquellos medianos y grandes bancos internacionales – tienen sus modelos internos para lidiar con el riesgo de crímenes financieros en los distintos países donde operan. Estos modelos también se utilizan como filtros para mitigar el riesgo de las contrapartes de sus clientes. Es decir, para los bancos asegurarse de que no sólo conocen a sus clientes (KYC), sino también a los clientes de sus clientes (KYCC).
Como los bancos no siempre tienen sucursales ni oficinas en todos los países del mundo, a menudo utilizan variables aproximadas o proxy para tratar de determinar si un país tiene un bajo, mediano o alto riesgo de criminalidad financiera. El CPI es una de las variables que se utilizan en la práctica. Esto porque – lejos de ser perfecto – es un índice reconocido, aceptado y por la reputación que tiene Transparencia Internacional.
Un bajo score de CPI suele estar correlacionado con otros males, como: lavado de activos, débil Estado de Derecho, tráfico de armas y de drogas, baja calidad de la justicia y de las instituciones, sanciones económicas y comerciales, entre otras variables más. Por esta razón, los bancos utilizan el CPI como indicador para calibrar dónde y con quiénes conviene o no realizar negocios.
- Exclusión financiera. Que República Dominicana sea un país con bajo CPI (e.g. alto riesgo) puede implicar que a los dominicanos no nos abran cuentas en el extranjero. Esto es relevante para los dominicanos emigrantes económicos y para los estudiantes. Esto no sería producto de la discriminación, sino que a menudo los bancos tienen umbrales aceptables del apetito de riesgo que están dispuestos a tolerar. Esto ocurre también con los emigrantes de jurisdicciones sancionadas por la OFAC o por los reguladores de otros países.
- Inversión extranjera. Los bajos niveles de CPI pueden incidir en las decisiones de los bancos internacionales mantener o no una presencia en un país. Algunos bancos no están siempre dispuestos a tolerar altos niveles de criminalidad financiera. Este cambio del apetito de riesgo también podría resultar del aumento de las multas y penalidades impuestas en los Estados Unidos y la posible pérdida de la licencia de compensar y liquidar pagos en dólares producto de los bajos controles de prevención del lavado de activos, el incumplimiento de sanciones y del manejo inadecuado del riesgo de criminalidad financiera.
- Comercio internacional. Un bajo CPI también puede afectar la balanza de pagos de un país. Es decir, a sus importadores, consumidores y exportadores. Los bancos que financian el comercio internacional quieren asegurarse de que los clientes y relacionados de sus clientes no sean criminales financieros. Pero como no tienen una presencia en todos lados, se apoyan en sus filtros y modelos para mitigar estos riesgos.
Como un bajo CPI puede ser utilizado como indicador de alto riesgo de criminalidad financiera de un país, los bancos pueden optar por no realizar negocios con contrapartes ubicados en países de bajo CPI.
- Banca corresponsal. Finalmente, tener una baja puntuación en el CPI podría afectar las relaciones de corresponsalía de los bancos locales y sus contrapartes en los Estados Unidos. Los bancos dominicanos que desean manejar divisas necesitan acceso al sistema de pagos de los EE.UU. para compensar y liquidar las transacciones de sus clientes. Esto implica mantener una relación de corresponsalía con bancos de los EE.UU. Pero manejar divisas también le da jurisdicción a las autoridades de los EE.UU. de multar a estos bancos que operan en países de bajo CPI y a sus contrapartes estadounidenses.
Por tanto, los bancos estadounidenses se cuidan al hacer negocios de corresponsalía bancaria con entidades de países con altos niveles de corrupción. Esto porque las actividades dudosas de sus corresponsales les pueden conllevar multas y sanciones con las autoridades de los EE.UU.
Se puede apreciar que la corrupción va más allá de afectar sólo la asignación de los recursos y bienes públicos de un país. Las consecuencias de la corrupción también pueden salpicar y derramarse afectando otros aspectos – incluyendo al sector financiero y el comercio internacional.