Desde 1994, el Banco Central (BC) publica informes relativos a las bondades del crecimiento económico, a pesar de que estos informes tienen debilidades explicativas. El informe del desempeño de la economía dominicana que presentó ayer el BC, destaca que, desde enero hasta abril, la expansión de la economía dominicana fue de 47.1%, fundamentándose en el índice mensual de actividad económica (IMAE) y no en la recopilación estadística del sistema de cuentas nacionales. El IMAE recoge las expectativas empresariales sobre el comportamiento futuro de los sectores que forman parte del PIB. No obstante, la concentración del ingreso, el alto desempleo y los niveles de pobreza prevalecientes en el país resultan inconsistentes con el bienestar del crecimiento que refleja el IMAE.

La desigualdad, el desempleo y la pobreza en medio de los grandes progresos del BC, impactan negativamente la credibilidad de las cifras. Tal vez por esto, el reporte de la economía incluye las proyecciones del crecimiento de instituciones financieras externas, como es el caso del Bank of America. Según este banco internacional, la economía dominicana crecería a una tasa entre el 7.9% y el 10.0% para el 2021. El BC no ofrece detalles sobre los supuestos utilizados para arribar a esta cifra de crecimiento, por lo que no es posible valorar si la proyección de esa institución bancaria internacional es válida o no y por tanto, esa cifra sigue siendo tan débil como la ofrecida por el BC.

Llama la atención que el Informe de la Economía del BC explique el crecimiento del producto a través del comportamiento de los sectores que lo componen. Desde el punto de vista macroeconómico, este informe dice muy poco, porque no hace referencia al comportamiento de la demanda que generalmente precede a la oferta (producto); lo que resulta carente de sentido ya que no evidencia cuáles son las inconsistencias del proceso de crecimiento económico dominicano.

El BC afirma que la economía crecería entre un 7% y 8% para el 2021; es preciso indicar que esa tasa de crecimiento económico es superior a la tasa de crecimiento del PIB potencial, lo que generalmente genera presiones inflacionarias. El BC reportó que la inflación local incluye el aumento de precios de las materias primas en los mercados internacionales y si a esto se le añade el aumento de las importaciones por el crecimiento que estima el BC, habría un impacto positivo sobre la demanda de importaciones y sobre el precio de los bienes producidos internamente. Por lo que cabría esperar un aumento de los niveles de inflación en el país y una reducción de la demanda agregada real. Si adicionalmente se considera la debilidad de la demanda agregada por el aumento de la pobreza y el desempleo, entonces resulta difícil entender la proyección del crecimiento económico para el 2021. El informe del BC es muy escueto, tal vez por eso no ofrece una idea precisa de si estos elementos fueron incluidos en su proyección del crecimiento.

También, el BC debería explicar cómo una economía con alto nivel de desempleo y pobreza puede tener presiones inflacionarias (por aumento de la demanda) y cómo una economía mantiene elevadas tasas de crecimiento económico con una trayectoria creciente de su deuda pública. Existen numerosos estudios sobre la relación entre deuda y crecimiento económico, en los cuales se establece una relación negativa entre el crecimiento económico y el endeudamiento, Cohen (1993); Reinhart y Rogoff (2009); Panizza y Presbitero (2012); es decir mientras crece la deuda el crecimiento se reduce. Entonces es razonable preguntarse cuál es el efecto de la deuda pública sobre el crecimiento de la economía dominicana y si el BC tomó este elemento en consideración para su proyección del crecimiento. El BC en su informe no establece en cuál dirección de la relación entre el crecimiento y el endeudamiento, tampoco indica la dinámica entre esas variables. Sobre todo, sabiendo que durante los últimos diez meses el país se ha endeudado por más de diez mil millones de dólares, llevando el coeficiente deuda/PIB por encima del 70%. Este indicador no incluye la deuda del resto de las instituciones del sector público dominicano y la deuda no registrada de la APP de la Carretera del Nordeste ni mucho menos la deuda del fideicomiso RD-Vial.

El reporte del BC informa asimismo que la actividad manufacturera creció a una tasa interanual de 34.4%. La manufactura y en general todos los sectores productivos nacionales tienen un alto componente importado; de manera que el dinamismo de esos sectores viene acompañado de un aumento de las importaciones. Sería interesante que el informe del BC indique el efecto que el crecimiento tiene sobre el aumento de las importaciones en el saldo de la balanza comercial y añada sus efectos sobre el déficit de la balanza comercial, así como su impacto sobre el tipo de cambio, la inflación y las reservas internacionales del BC.

Asimismo, el informe no hace referencia al comportamiento del mercado de trabajo y la extraordinaria expansión del crecimiento del PIB para el presente año. Tradicionalmente, se sabe que el crecimiento económico tiene un débil impacto sobre el empleo. Algunos economistas han estimado una relación negativa entre el crecimiento económico y el empleo. Teniendo esto en cuenta, se sabe además que la crisis sanitaria ha impactado significativamente al mercado laboral, aumentando sustancialmente el desempleo. A pesar de esto, el reporte de la economía dominicana no explica cuál sería el impacto del crecimiento en el mercado de trabajo, sobre la demanda agregada. Resulta difícil entender cómo el producto está creciendo cuando se observa una caída del empleo que contrae la demanda agregada. Generalmente, la teoría económica afirma que la producción sigue a la demanda, entonces es necesario que las autoridades expliquen cómo una demanda débil apoya un elevado crecimiento de la oferta agregada (PIB).

El BC ha seguido invariablemente una política monetaria restrictiva, no importa si la economía está en expansión o se contrae. Lo que se explica porque la política monetaria pretende controlar el tipo de cambio para evitar aumentos de precios por devaluación. No obstante, las restricciones monetarias aumentan la tasa de interés, encarecen la inversión privada y debilitan el crecimiento económico de la economía. Estas dudas tienen que ser despejadas para que la población tenga confianza en las cifras del BC. De lo contrario, resulta difícil de explicar cómo una política monetaria y cambiaria como la descrita apoyan al crecimiento económico.

Sin embargo, el BC entiende que la política monetaria estimula la entrada de capitales por la diferencia de la tasa de interés doméstica con la tasa de interés internacional y que fortalecería las reservas internacionales del BC, permitiéndole intervenir el mercado cambiario cuando existan presiones alcistas del tipo de cambio. Resulta que la floreciente economía dominicana no produce suficientes divisas para mantener apreciado el tipo de cambio y que su apreciación se mantiene gracias a los préstamos externos del gobierno central y por el endeudamiento del BC con los bancos comerciales locales para la adquisición de su posición en dólares. Además, el BC no genera ingresos para comprar dólares, ya que tiene un déficit operacional anual de más de RD$40,000 millones, lo que explica su continuo y creciente endeudamiento. De la misma manera, el informe del BC debería explicar los efectos que su deuda tiene sobre el gasto público, sobre la demanda agregada y el crecimiento.

Para que el informe sobre crecimiento económico del BC sea convincente, deben explicarse estas y otras inconsistencias que exhibe la economía que por razones de espacio no se incluyeron; de lo contrario persistirá la desconfianza en los reportes de la economía que agradan al gobierno y desvían la atención de la población a los problemas fundamentales del desarrollo.