INCIDENTAR – INCIDENTALISTA

El verbo del título es una creación del español dominicano. Tanto en su escritura como en su significado. El sustantivo/adjetivo que también consta en el título es obra de la inventiva dominicana. Ha de tenerse en cuenta que estas voces del español dominicano provienen del segmento culto de los hablantes dominicanos. Más abajo se expondrán los significados de estas palabras, la procedencia de estas y el ámbito de su mayor uso.

La manera de comenzar este estudio es revisando primero lo que incidente es en la lengua general y, sobre todo, en el campo de las leyes, el derecho y los tribunales.

En sentido general incidente es algo que acontece en el desarrollo de una acción o asunto, pero que no es esencial. Es un contratiempo. El incidente provoca una alteración que afecta el desenvolvimiento del caso.

Como consecuencia del incidente se interrumpe u obstaculiza el conocimiento del asunto o acción antes mencionados. Esto así, a pesar de que es de menor importancia que el punto principal.

No obstante, por ejemplo, existe el “incidente de renovación de instancia” que surge con ocasión de la muerte de una de las partes y, este es de capital importancia.

En el ámbito judicial es un asunto diferente del principal que surge durante el proceso judicial. Este asunto puede tener relación con el fondo del proceso o, con el procedimiento seguido. Dependiendo del país, el incidente puede ser tan grave que anule todo el proceso. Como se escribió más arriba puede ser resuelto mediante juicio aparte. Los tipos de incidentes son muy variados. Aquí no hace falta entrar en detalles.

Incidentar en español dominicano es invocar un hecho u omisión durante un juicio que surte efectos sobre el caso. Es recurrir a una falta o falla de la otra parte contendiente para anular, o retrasar el conocimiento del fondo del litigio. La “gracia” consistía en no recurrir contra todos los errores de una sola vez.

Al actuar de ese modo, la parte que así actuaba demoraba el conocimiento del fondo de manera tal que desanimaba a la otra parte y la “ablandaba” para llegar a un arreglo. Por otra parte, este tipo de conducta aumentaba los gastos de esa parte así lesionada.

Una vez alcanzado este punto en el desarrollo puede pasarse al otro vocablo, esto es, incidentalista. La práctica de este tipo de recurso en los tribunales dominicanos ha llegado a tal nivel que algunos abogados son conocidos por ser especialistas en suscitar incidentes. A los abogados que hacen gala de este tipo de argucias se les conoce con el nombre de “incidentalistas”.

Esta no es la única palabra del español dominicano del ramo del derecho que es particular a esta habla. Otros términos dominicanos de esa rama del saber son también propios del idioma dominicano. Algunos de ellos son tan dominicanos que solo se suscitan en el español de la República Dominicana.

No hay lugar a levantar la voz contra este tipo de terminología; siempre y cuando solo se use entre los profesionales del derecho dominicano. Si alguna vez se utiliza internacionalmente, lo apropiado es que se explique su significado.

Ah, antes de terminar esta sección. Este es un dominicanismo que no ha sido documentado en ninguno de los diccionarios de dominicanismos publicados hasta esta fecha. Tómese la debida nota.

 

FOLCLORE

“La militancia terrorista es la expresión desesperada de una fe que no se resigna al FOLCLORE en que la convierte el mundo actual”.

Esta sección podría llevar como subtítulo, “las peripecias de una voz extranjera en español”.

Las peripecias a que se alude son las transformaciones que ha sufrido esta voz del inglés en su representación gráfica en español. No solo se examinará la cambiante grafía en el español académico, sino que se criticará la última adoptada por las autoridades académicas.

El vocablo del título procede del inglés folk-lore que fue introducido en el año 1846. En portugués apareció por primera vez en 1880. En esa lengua hace largo tiempo, por lo menos desde 1932, se representa con la grafía folclore. Todo lo anterior aparece en el Dicionário etimológico da língua portugesa (1932) de Antenor Nascentes.

En la edición de 1970 del Diccionario de la Real Academia, aparecen las grafías “folclor, folclore”. Estas dos con envíos a la voz folklore que es la que lleva la definición. En la vigésima primera edición de este diccionario (1992), el término que tiene la definición es “folclor” y, folclore remite a folclor. La grafía con la letra /k/ desapareció en esa edición. En la edición del 2001, de ese mencionado lexicón, el vocablo que viene con las acepciones correspondientes es folclore; folclor envía a consultar a folclore.

La última edición del diccionario de la Real Academia (2014), asienta folclore y entre paréntesis añade también folklore. Al asentar la grafía con la letra K, se ve en la obligación de representar con esa letra también entre paréntesis, folklórico, folklorismo, folklorista.

La voz del inglés fue creada por William J. Thoms quien fue el fundador de la Folk-lore Society en 1878 en Londres. En España se fundó la primera Sociedad del Folk-Lore Andaluz en 1881. Hay que señalar que las acepciones en español han variado muy poco a través del tiempo.

En lengua francesa la voz folk-lore se introdujo por primera vez en el diccionario de l´Académie publicado en 1932 con esa grafía. Ya se la conocía en esa lengua desde 1877. En francés la representación en una sola palabra la adoptó por primera vez en un diccionario el Nouveau Larousse universel de 1902. El diccionario Le Petit Robert (1993) solo asienta la forma folklore y consigna una acepción para folclórico que es conocida también en el español dominicano que se aplica al individuo pintoresco por su aspecto interesante y extravagante.

 

MULTIPARTITO

“A través de este acuerdo, Ecuador se sumará al tratado de libre comercio MULTIPARTITO ya en vigor entre los 28 de la CE y Colombia y Perú. . .”

En los casos en que se antepone un elemento compositivo delante de una palabra o elemento de una palabra, es muy posible que la resultante no aparezca en los diccionarios usuales.

Se ha comprobado que uno de los menos favorecidos elementos compositivos es multi- Esto a pesar de que no son pocas las palabras que llevan antepuesto este elemento.

En el caso del vocablo del título lo que ha de tenerse en cuenta es que es -partito el segundo elemento y que como tal no debe confundirse con otros que se le asemejan.

En el caso de -partito se trata de partes y no de partidos. Para componer un vocablo relativo a partido o partidos hay que componerlo de modo diferente. Una de las palabras más socorridas que es un ejemplo para partidos y la multiplicidad de estos es multipartidismo. No hay que extrañarse si no se encuentra este vocablo en el diccionario que se compulsa con regularidad.

Los diccionarios, en muchas ocasiones, no están en la medida de incluir todas las voces que los hablantes son capaces de formar con los diferentes elementos compositivos que la lengua pone a la disposición de su poder creativo. Sobre todo, si los elementos que forman estos vocablos así creados pueden ser entendidos por medio de los elementos compositivos, prefijo y sufijo o, uno de estos y otra palabra.

En lugar de descartar un término solo porque no se localiza en los diccionarios, lo que el hablante debe hacer es preguntarse si esa nueva voz está formada de acuerdo con los cánones de la lengua española. Naturalmente, no hay licencia para incurrir en excesos en este camino.