Incertidumbre en la Casa Blanca: nerviosismo en el mundo

Lo que ha estado ocurriendo esta semana en los mercados globales ha sido  algo sumamente impresionante  y hasta cierto punto nos recuerda el desplome de los mismos ocurrido a  finales del año 2008.

Sucede que la  semana empezó con el anuncio del Banco Central de Japón de intervenir su moneda, el yen, que se ha fortalecido frente  al dólar norteamericano, pues en el 2002  su cotización era de   más de 130 yenes por dólar y ahora apenas se reciben 80 por  la misma cantidad, lo que evidencia el fortalecimiento de la moneda nipona.

Luego pasamos al teatro de muy mal gusto que ofrecieron la Casa Blanca y el Congreso Norteamericano  ante el endeudamiento y  emisión de nueva deuda por parte de los Estados Unidos de América.

Es obvio que esta no es la primera vez que  el Banco Central Japonés actúa a fin de depreciar su moneda y con ello procurar estimular la exportación, aunque  si la historia nos sirve de referencia, se podría considerar que el yen vuelve a fortalecerse ante el dólar en cuestión de semanas.

Ahora bien, el sabor amargo se presenta cuando la Casa Blanca  y el Congreso mantuvieron en suspenso por dos semanas al mercado, no obstante a que en ningún momento se produjo  movimiento brusco alguno.

¿Por qué  no se presentó ningún tipo de movimiento significativo? Pues sencillamente   el  mercado interpretó que tarde o temprano se llegaría a un acuerdo. Esto último   lo confirmó el hecho de que los  Bonos Norteamericanos aún mantenían tasas de interés mínima que reflejaban poco riesgo.

Otra preocupación se asomaba en el horizonte y era si al final de la jornada  los  Estados Unidos decidieran  no pagar su deuda. Estimo que si se presentara esa situación simplemente entraríamos en tierra desconocida, históricamente hablando, y  las tasas de interés de los bonos  norteamericanos  tanto de 5, 10 y 30 años se dispararían, repercutiendo en las tasas de interés de préstamos, hipotecas, y probablemente congelando  los mercados financieros.

No obstante a lo establecido anteriormente  tal y como indicaban las tasas de los Bonos Norteamericanos gracias a Dios este no fue el caso.

Un amigo,  a quien considero mi mentor en  materia financiera,  siempre me ha hecho  énfasis en que los Bonos Norteamericanos por lo regular son el mejor indicador de la situación de los mercados en general. Precisamente la semana pasada hojeaba uno de mis más apreciado material de lectura titulado   TheTrader’s Guide To Key EconomicIndicators,  escrito por Richard Yamarone.

Este inversionista con más de 20 años de experiencia indica que cuando la tasa de interés de los bonos norteamericanos a pago a 10 años, menos la diferencia de los mismos bonos con pago a 3 meses,  es igual a 0, o negativo, la resultante  es una fuerte alerta de una recesión.

Este indicador ha precedido las últimas cinco recesiones que por lo regular se expanden por el resto del mundo. Como dato nada  alentador,  la semana pasada la diferencia entre estos dos bonos era de 2.80 y llegó a tocar los 2.39 en esta misma semana.

Otra relación muy fuerte que existe es las de los Bonos Norteamericanos y el Índice SP500.

De  acuerdo a la apreciación de los bonos, el sp500 todavía está llamado a perder alrededor de un 5 por ciento, o de lo contrario los Bonos tienen que depreciarse. De  no ocurrir así  se ropería ese lazo acciones/bonos.

Pero hay algo bastante intrigante en todo esto como indicaba un cable de Bloomberg News y es lo que tiene que ver con  los niveles bajos del costo de préstamo en que se encuentra la deuda de los Estados Unidos de América que son similares a los que existían al final del período presidencial de Eisenhower, justo en los momentos en que empezaba la Gran Depresión.

Bajo ningún concepto quiero arriesgarme a emitir una opinión que pueda interpretarse como un  vaticinio de lo que nos podría  venir ante la situación que estamos viviendo,  pues  hay muchas variables en juego, pero es importante señalar  que el Dow Jones ya perdió todo lo que había ganado en el 2011 y estamos en el área que nos encontrábamos justamente antes de la quiebra de LehmanBrothers, 11420-1500 puntos.

Ya justamente el pasado jueves el Dow Jones perdió 512 puntos en tan solo un día,  lo que más se había perdido en los últimos 2 años y medio en tan solo un solo día, que se traduce en más de 1.5 trillones de dólares esfumados en el mercado.

Aun así, con todas estas oleadas de noticias desalentadores y  muy a pesar de la alarmante deuda norteamericana, el mercado nos dice que la situación europea es todavía más alarmante cuando vemos que las tasa de interés de los bonos españoles a 10 años están por encima del 6 por ciento,  al igual que los de  Italia, y con la papa caliente de Grecia que encara  una tasa de interés por encima de un 15 por ciento.

Es de reiterar que la deuda de los estadounidenses  continúa gozando de mayor confianza, pues no obstante a su incertidumbre,  en momentos de crisis sigue siendo el refugio de los inversionistas en el mundo, aunque debemos señalar que además  nos dice de manera clara que  tanto con la intervención en Japón como con las maniobras del Banco Central Norteamericano (FED)  la política keyneysiana de gobiernos grandes tal vez nos pueda dar un corto tiempo de algarabía, pero a largo plazo no estimula en lo absoluto ninguna economía, con la agravante de que podría complicar los problemas existentes aún más.

Englewood, N.J.,

5 de agosto, 2011.