Los dominicanos en su mayoría vivimos una incertidumbre sobre el futuro de nuestra sociedad, y muchos culpan a los políticos de esta situación.
El caso del presidente Danilo Medina es cada vez más complicada, especialmente por su silencio frente a una posible reelección, que está prohibida por la constitución.
Algunos discuten si es eliminar la reelección y otros apoyan que sea eliminado el “nunca jamás”, para abrir una futura repostulación; en ambos casos es acotejar la constitución al interés personal de un político.
Actualmente la situación de reelección es diferente a hace cuatro años, donde no existía el movimiento “Marcha Verde”, tampoco organismos y gobierno extranjeros tienen posiciones anti-reeleccionistas, porque esto abriría posibilidades a otros presidentes como son Nicolás Maduro, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia; y Daniel Ortega, de Nicaragua.
La ocupación militar del Congreso Nacional hace daños a los aprestos reeleccionistas, el pueblo mira esa situación como un apoyo militar al actual presidente.
En el caso del Leonel Fernández, la situación también es muy difícil explicar que el presidente del partido oficialista, es un connotado opositor, además muchos de sus aliados tienen muchas acusaciones como políticos corruptos.
Muchos de sus seguidores fueron hace cuatro tránsfugas hacia la reelección, y muchos que hoy son defensores de no modificar la constitución, fueron actores importantes en la pasada reelección y modificación de la constitución.
Un principio político es reconocer que cada ciudadano tiene una dignidad humana, por ser hijo de Dios, y debe ser respetado, todos somos iguales; no es como algunos consideran que nuestra sociedad pertenece a un solo partido político. Los partidos son transitorios, y la sociedad permanece, y requiere del razonamiento de sus conductores políticos, con ética, principios y valores, que parece que estamos perdiendo.
La confrontación de los dos principales líderes del partido en el gobierno ha desbordado la tolerancia del pueblo, reflejan intereses de grupos, por encima de confrontar ideas y programas, que vayan a beneficiar a la sociedad dominicana.
El partido en el poder está al borde de una división, y hasta de perder el poder….Cuando lleguen a las primarias, los intereses sectarios y de grupos reflejarán el odio y rencor que se ha forjado en ambos sectores.
Los altos niveles de impunidad, los sobornos, las sobre evaluaciones, el financiamiento para las campañas electorales, son burlas al pueblo dominicano que deben paralizarse.
Los dos políticos que han gobernado el país en los 15 años tienen la sombra permanente de ODEBRECHT, que tarde o temprano señalará responsabilidades que ahora no las tienen.
El PRM ha demostrado madurez y transparencia, que si continúa así se convertirá en una esperanza para el futuro político del país.
Los partidos minoritarios no representan ninguna esperanza para el futuro político de nuestro país.
Todos los partidos políticos han olvidado la formación política de sus afiliados, sólo hacen propagandas personales, olvidan las grandes ideas políticas, los maestros y sus orientaciones.
La incertidumbre en vez de aclararse se engrandece por los errores de líderes políticos que confunden lo individual con el bien común, y la justicia social, que deben tener los políticos, para que la sociedad vea en los políticos sus orientadores, y no como ahora que es todo confusión, falta de orientaciones al pueblo y un oscuro camino, especialmente para la juventud y los futuros políticos.
El pueblo dominicano necesita que sus líderes políticos actúen con razonamiento, sensatez, que dialoguen entre ellos, que busquen conducir la sociedad con respeto. Si miramos el panorama de América Latina comprobamos hoy que muchos políticos que tuvieron mucho poder, hoy están en la cárcel, o pagando deudas por sus actuaciones.
Los políticos son los responsables de darle seguridad al pueblo, trabajar para que el futuro sea más seguro para las nuevas generaciones, pero la incertidumbre nos está conduciendo por otro camino, por eso debemos reflexionar, desacelerar las confrontaciones, y buscar el bien común de todos los dominicanos.
La ausencia de Dios en la política nos está convirtiendo por el camino del fanatismo, el materialismo, el hacerse ricos desde el poder político, esta es una vía peligrosa que debemos detener, ¡Ahora mismo!
Ante esta realidad es necesario hacer programas de educación política, crear un nuevo liderazgo, con visión del presente y el futuro del camino a recorrer para hacer una política con principios, valores y ética. Como ha dicho Tomás Moro;”El hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral”
El papa Francisco nos invita a perder la arrogancia, la ira y la ambición, y nos anima a compartir con los demás.
Los políticos deben hacer acciones que ofrezcan un futuro mejor, borrar la incertidumbre que hoy vivimos.
¡Vamos todos a asumir la política del respeto a la dignidad de todos, así las nuevas generaciones agradecerán mañana lo que hacemos hoy!