Los criterios para que los dos países asuman la Unión Económica y Monetaria (UEM), en virtud de un Análisis Preliminar de Informaciones que facilite el aprovechamiento de las ganancias de eficiencia asociadas, han generado en el tiempo una gran diversidad de criterios económicos. Como es de esperarse muchos de éstos se refieren a si Haití y la RD pueden o deberían formar una Zona de Moneda Común (CCA) o una unión monetaria. De aquí el autor incluye los criterios siguientes: la volatilidad de los tipos de cambio bilaterales, la similitud de las tasas de inflación, el grado de correlación entre los shocks económicos entre países, el grado de precios y salarios la flexibilidad, el grado de movilidad laboral y las posibilidades de una política fiscal discrecional.

El autor realiza un análisis de las variables citadas para sustentar su proyecto, veamos:

  1. Volatilidad de los tipos de cambio bilaterales

La fortaleza que puede generar una Unión no representa ventajas significativas para la RD, pues como ya hemos apuntado, el país no ha sufrido de incertidumbres cambiarias significativas en los últimos años. Al parecer, Haití tampoco, pero su economía no se ha expandido, ni ha sufrido de una crisis grave como para generar cambios bruscos en su tipo de cambio. Es de rigor apuntar que la crisis que pudo generar la tragedia del terremoto de 2010 no pudo ser mitigada por las donaciones, generándose un aumento en la emigración a otros países, particularmente, la RD. De aquí se intuye que el consumo disminuyó como producto de la baja producción, lo que provocó bajas o estancamiento, sin volatilidades. Al unificarse, la RD absorbería las distorsiones de la otra economía, ocasionando desequilibrios no incubados en la suya

  1. Similitud de las tasas de inflación

La tasa de inflación es una de las variables más comunes utilizadas para evaluar la viabilidad de un Acuerdo. Ambas tasas deben mostrar niveles compatibles con la estabilidad, asumiendo comportamientos similares. Si las tasas de inflación divergen demasiado entre dos países que pretendan un acuerdo, la política monetaria común que se desprende de la adopción de las particularidades y el objetivo común de estabilidad de precios, pueden verse considerablemente obstaculizados.

El estudio trata de mostrar el comportamiento de la inflación anual -media en términos del consumo de la RD y Haití durante el período comprendido entre 1963 y 2007. Los Índices de Inflación denotan picos significativos y volatilidades considerables. Pero sabemos que esto es parte de los comportamientos cíclicos propios del sistema. En el caso de Haití, los problemas sistémicos son menos perturbadores, pues dado a que la población es más pobre que la dominicana, su economía es menos bancarizada, la velocidad del dinero es más baja y su uso menos socorrido. De aquí que, no es viable para la RD.

  1. Grado de simetría de los choques

Si dos países mantienen un alto nivel de comercialización, es probable que se beneficien de los bajos costes de transacción y del riesgo de tipo de cambio. Así pues, el alcance del comercio bilateral es una consideración importante respecto a la evaluación de los beneficios netos que generaría un Acuerdo. La asimilación de los choques externos sería más manejable. Pero definitivamente, quien aporte más flexibilidad, también podrá sufrir más. Esto por el hecho de que un choque desvinculado a una economía tendrá que ser manejado por ambas y quien más produzca tendrá que sacrificar más. En este caso la RD.

  1. Grado de flexibilidad de precios y salarios

A pesar de sus análisis, tras lo que pretende demostrar que precios y salarios pueden complementarse, al aplicar la realidad esto parece muy irreal. Una economía con una alta dependencia de las ayudas internacionales no puede manifestar un Índice de Precio al Consumidor (IPC) cercano a la realidad y con este obtener una medición de la inflación objetiva. Con los salarios, dada la alta informalidad laboral en ambos países, aunque la situación de Haití es más severa, unida los problemas de registros civiles para sus nacionales, hace del indicador un variable débil para que se asuma una decisión en virtud de los datos disponibles y su elasticidad.

  1. Grado de Movilidad Laboral

Un Acuerdo como el propuesto puede mejorar los niveles de confianza de los elementos económicos en un país como Haití, lo que generaría una tendencia creciente de inversiones extranjeras, lo cual aumentará la oferta laboral, desincentivando la migración haitiana e induciendo, quizás a regresar a muchos. Esto puede implicar ventajas, en cuanto al problema de la migración ilegal y los costos sociales asumidos por la RD, históricamente. Pero significaría, en términos reales, un problema de costos operativos para las empresas agrícolas y de la construcción dominicanas al variar o quizás equiparar los niveles salariales. Esto último es teóricamente posible, pero llevado a la realidad es perturbador, ya que también para las empresas haitianas vernáculas se verían afectadas por un aumento de costos.

  1. Alcance de la Política Fiscal Discrecional

Es poco convincente la teoría expuesta de que ambos países respondan de forma similar a los choques externos, por el hecho de que las estructuras de sus economías no son las mismas, ni tienen la misma diversidad, ni el mismo tamaño. En tal sentido, lógicamente, una de las economías aportará más recursos fiscales y esa será la dominicana.

El autor realiza un análisis, como parte del interesante documento, con el objetivo de examinar si las variables macroeconómicas nacionales de cada país responden al mismo choque externo y cómo responden a los choques en el otro país. En la medida en que ambos países responden de manera similar a los choques externos, es decir el alto grado de simetría, son mejores candidatos potenciales para un Acuerdo. Además, la velocidad de respuesta también, en general, cuanto más lento es el ajuste después de las perturbaciones, mayor será el costo de mantener una moneda única.

Continuaremos con la parte final la próxima semana.