Hace unos días fue “trending topic” el documento “Prolegómeno a una Unión Monetaria y Económica entre República Dominicana y Haití”, escrito por el Sr. Enmanuel Pinto Moreira, Economista Senior, del Departamento para la Región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, publicado en marzo del 2010. Un excelente trabajo técnico, pero con algunas bases erradas y con un objetivo improbable por razones técnicas y políticas. El autor, con un enfoque claro ofrece una evaluación preliminar del potencial, beneficios y costos de una unión económica y monetaria (UEM) entre la República Dominicana y Haití. Dos países que comparten una misma isla, pero con una historia de conflictos y apoyos, con perspectivas económicas diferentes, aunque algunas colindantes en mayores o menores proporciones. Inicia con una breve revisión del contexto de su propuesta, examinando la naturaleza de lo que estima beneficios potenciales y costos.

Luego realiza un análisis preliminar apoyándose en técnicas estadísticas, de algunos criterios claves, para justificar la formación de una unión económica y monetaria entre los dos países. El Banco Mundial justificó este documento como “un esfuerzo tendente a la reducción de la pobreza y mejorar la gestión económica de América Latina y el Caribe, a través de medir y entender los temas asociados con las uniones económicas y monetarias entre países en desarrollo de la región.”

Parte indicando que la integración podría realizarse a través de una regulación justa y eficiente del tráfico comercial entre los dos países. Esta norma facilitaría el comercio e ingresos necesarios para desarrollar la infraestructura de cada país, viabilizando la prosperidad en el comercio de las ciudades fronterizas. Especificando las formas en que un comercio transfronterizo menos gravado puede ser saludable a las dos economías.

Justificación de la Naturaleza de la Unión Económica y Monetaria (UEM)

Una UEM entre dos países puede definirse como un mercado único con una sola moneda, administrada por una autoridad monetaria. Por su parte, “la adopción de una moneda se considera generalmente como la etapa final de un proceso gradual de integración, que normalmente implica las etapas siguientes:

  1. Creación de un Área de Comercio Preferencial (ACP), que generalmente permite acceso preferencial a determinadas mercancías dentro del bloque a través de una reducción de tarifas, pero no necesariamente aboliéndolos. Aquí se beneficiaría la República Dominicana (RD), pues los términos de intercambios son ampliamente positivos a su favor.
  2. Creación de una Zona de Libre Comercio (ZLC), que implica la eliminación de aranceles y restricciones para el comercio de la mayoría de los bienes entre los propios miembros, son en gran medida complementarias. RD sale beneficiada por las mismas razones citadas en el literal anterior.
  3. Fusión aduanera, que implica la formación de una zona comercial común con políticas arancelarias externas comunes. Aquí sólo sería ventajoso para la RD si solamente fuera para con Haití, pero no como un todo y para un todo. Entendemos como inviable para la estructura fiscal de la RD asumir un planteamiento como éste dado el tamaño y diversidad del comercio exterior. Visto desde la óptica del autor, la RD cargaría con las distorsiones y limitaciones de la economía haitiana.
  4. Creación de un mercado común, con el objetivo de eliminar los obstáculos a la libre circulación de capitales, bienes, servicios y mano de obra, manteniendo al mismo tiempo un comercio exterior común. Y agregaríamos que sólo si es común entre ambos países no más allá.

Especifica que una vez que un mercado único adopte una moneda común (UEM), sería un tipo de moneda especial que difiere de una mera unión monetaria, por el hecho de que implica la existencia de un mercado único.

Asumir una moneda única implica la libre circulación de capitales entre los estados miembros y la creación de un Banco Central independiente y supranacional, responsable de una política monetaria común. Una UEM también implica la armonización de impuestos con el objetivo de lograr una mayor eficiencia en la asignación de recursos y promover la competencia. Dado el tamaño de la economía, ese Banco Central deberá operar en RD y dada la carga fiscal, por cantidades de empresas y otros contribuyentes, así como por el espacio la RD se beneficiaría en una mayor proporción de las asignaciones de gastos. A esto la otra parte se opondrá argumentando que existen más necesidades en la parte occidental. Vislumbramos desacuerdos de improbable o muy difícil negociación.

Beneficios y costos de una Unión Económica y Monetaria (UEM)

La creación de una UEM se basa en lograr una mayor eficiencia en asignación de recursos y promover la competencia. Dadas las dimensiones de ambas economías, esto puede resultar interesante, según el autor, pues podría permitir que sus empresas distribuyan los costos de la investigación y el desarrollo en un mercado costos unitarios, fomentando una mayor innovación y progreso técnico. Esto, por su lado, generaría efectos positivos al aplicar las innovaciones exitosas de forma más amplia y equitativa. Pero qué o cuáles garantías tiene la RD del nivel de aporte a desarrollo de tecnologías o procesos productivos de parte de Haití?

Continúa justificando que la integración podría impulsar el crecimiento de la productividad al promover una mayor especialización, considerando que el aumento de la competencia podría aumentar la inversión extranjera directa entre los dos países. Estos beneficios junto a la unión aduanera y sobre todo un mercado común, vía una libre circulación de factores. Pero, y así lo admite el autor, el uso de una política común de aranceles externos puede reducir el margen de discrecionalidad política, lo cual puede resultar positivo en el sentido de que mandarán las leyes del mercado o negativo por el hecho de que limitaría a los gobiernos para manejar la política fiscal ante situaciones negativas extremas. Esas que golpean con rudeza a países pobres.

Reconoce que un acuerdo como el planteado puede dar lugar a una desviación del comercio, que se produce cuando las importaciones provienen de proveedores no miembros a países miembros menos eficientes que se benefician de preferencias arancelarias.

Los beneficios y costos asociados a la fase final de la UEM ha sido el foco de grandes debates. La literatura tradicional se ha centrado en la reducción de los costos de transacción y en la reducción la incertidumbre del tipo de cambio como los principales beneficios de una unión monetaria o cambio a una moneda dura. Esta unión implica una reducción de los costos de transacción, una reducción de la incertidumbre sobre las variables política macroeconómica y promueve la integración de los mercados financieros y de bienes. Pero la RD no sufre de incertidumbre en el tipo de cambio y cuenta con una reserva internacional bastante robusta para hacer frente a cualquier desequilibrio que pueda manifestarse.

En la próxima entrega continuaremos comentando el texto de este interesante ensayo.