No es lo mismo leer las noticias que comprobar in situ la realidad. Sabíamos que había la crisis de Puerto Rico cuando fuimos en el Ferrie del Caribe mi compueblano Luis Manuel Valdez y yo, que antes habíamos hecho dos veces la travesía, a visitar amigos y familiares y a realizar algunas compras, pero ni idea de la dimensión real de lo que está sucediendo en el hermano país.
Allá diferente aquí, se habla poco de política. Los periódicos y la televisión se concentran en otras cosas, aunque los criollos persiguen los canales nuestros para saber qué pasa por acá. Siempre me ha sorprendido lo poco que hay realmente interesante en los diarios boricuas después que desaparecieron El Imparcial y otros medios. Como es natural tendría encuentros no solo con mis dos hijas Miguelena y Fanny, mis cinco nietos y dos de mis tres bisnietas, mi hermana Trina y mis sobrinas sino también con los pimenteleños empezando por nuestro anfitrión el doctor Temístocles Disla, pero además los escritores amigos Roberto Fernández Valledor con su esposa Ana; Eugenio García Cuevas con Alba, la suya, y Giovanni Di Pietro con quienes tuve encuentros inolvidables.
Desde que pisamos tierra tuvimos contactos con nuestra gente, la taxista que nos correspondió era dominicana, liniera por más señas; luego el otro que contratamos unas tres veces su esposa era criolla; salvo los vecinos que nos tocaron en la Urbanización Collage Park, don César Dechoudens y su esposa doña Mili, él militar retirado que hizo misiones en nuestros país y me hablaba de Puerto Plata, Samaná y Miches donde hizo vuelos, que eran típicamente boricuas, aunque él se había criado en USA, nos concentramos en otros aspectos que antes no llamaban nuestra atención.
Un problema en San Juan y Carolina y pueblos aledaños es la forma de moverse. Acostumbrados aquí a la gran cantidad de vehículos públicos, a un eficiente Metro, a una cantidad increíble de centros de taxis, además de una nueva como Uber, que allá existe, tuvimos nostalgias a pesar del caos de nuestro tránsito, ya que después que cierra el día da trabajo conseguir transportes. Es problemático. Allá el peatón la pasa muy mal.
A Luis le interesaba ir en Río Piedras al centro de la calle De Diego el centro nervioso de la clase media, con su mercado y sus tiendas, pero parecía que un tsunami económico hubiera cruzado la De Diego. Si antes eran incontables los negocios, ahora son contables los que quedan. Una sobreviviente es Evangelina en su “Eva y Adán,” una pequeña cafetería con comida sazonada a la dominicana; por más señas, pimenteleña, que se ha mantenido, pero que cierra a las cuatro de la tarde “después de esa hora no pasa gente.”
Naturalmente, entramos después de ir por los alrededores de la Universidad de Puerto Rico a buscar las viejas librerías, pero han desparecido, y aquel ambiente bohemio cultural parece de otros siglos. Entramos a algunas de las tiendas que se resisten; vimos a los criollos sobreviviendo en las ventas de frutos o de agua fría o en el Mercado en sus “puestos.”
Antes había muchas cafeterías llenas de gentes a la hora en el atardecer; la mayoría han cerrado, aunque observamos el detalle de que muchas gentes cenaban temprano en los diversos sitios del mercado, donde también hay varios criollos.
En Plaza Las Américas, en Plaza Carolina y en Cotsco, que fueron algunos de los centros que visitamos, había mucha animación y se diría que no hay crisis en las clases superiores y mucho menos en la turística.
En la visita al Viejo San Juan acompañado de mis familiares disfrutamos del Paseo de la Princesa. Allí cenamos cosas típicas. Allí hay vida aún. El centro es un santuario del turismo, que es la industria que mantiene vivo al país. Cierto que allá como aquí, muchos centros de la bohemia artística y literaria han desparecido, pero no se siente la crisis como en Río Piedras. Aunque me dicen que en Santurce, todavía quedan lugares emblemáticos.
En la Urbanización cerrada donde pernoctamos se nos dijo que hay un enorme número de residencias vacías. Las gentes emigran en masa a USA. Se calcula que en los últimos meses medio millón de puertorriqueños han salido. Algunos pensionados han decidido trasladarse a Santo Domingo, por el cambio de la moneda dicen, ya que les alcanza más que en su país para sus necesidades. Además los matrimonios mixtos motivan a otros. Los hoteleros dominicanos deberían pensar en el Turismo de los retirados, activando el turismo rural con centros y hoteles especializados haciendo propaganda a través de Internet. Ahí hay un filón no explotado.
Después de disfrutar un día con los amigos Fernández Valledor y esposa, ambos profesores retirados de la Universidad de Puerto Rico recinto de Mayagüez en el área literaria; él, cubano, vive allá desde 1961. En otros viajes he disfrutado de su hospitalidad; autor de una veintena de libros, la mayoría de investigaciones de la literatura y el arte antillanos, pero especialmente de la cubana y la boricua. Ellos nos invitaron a comer viajando especialmente desde su Moca para darnos el abrazo fraternal; además tuve un encuentro con Giovanni Di Pietro que se ha convertido en el más experto en la novelística criolla, quien me habló del libro en el cual trabaja sobre otras narraciones dominicanas. Eugenio García Cuevas, vegano, profesor de la Universidad de Puerto Rico como Di Pietro, excelente investigador y ensayista, me invitó a su casa y en compañía de su esposa Alba, también profesora universitaria, continuamos hablando de literatura mientras escanciábamos un excelente vino español y saboreaba una típica cena dominicana.
En lo familiar mis dos hijas me han dado cinco nietos y tres bisnietas, Al fin pude conocer la menor de estas últimas, que junto a su hermanita me deleitaron cantando. Deben haber heredado de su madre este arte, que de mí, nananina.
A propósito de la crisis del hermano país, hay algo de un poeta dominicano que siempre da en el blanco cuando habla del futuro, vislumbró algo de lo que hoy sucede.
Domingo Moreno Jimenes escribió de Puerto Rico y de nuestro país, hablando en su poema “Al amigo viajero” de cosas que conoció por allá por 1940 cuando fue por primera vez a esa bella tierra:
He aquí el poema:
“Llegaste en espíritu
para de nosotros no partir nunca jamás.
De mi isla donde el caos forma estratos
a tu isla llena de cicatrices.
Tu isla que da la impresión que el gallo cantó más de tres veces
y mi isla donde parece que Dios metió el badajo de la campana.
Tu isla martirizada y la mía en suspenso,
que van a la deriva por el paralelo del tiempo,
locas de espejismos inconexos
como si la eternidad para ellos no existiera.
Ahítos de “hoy” y vacíos de “mañana”
estos pueblos vacilan en definirse
como si una fuerza herética
los atara al coloniaje
o al subdesarrollo.
¡Dominad los vientos!
¡Abrid las marejadas que os habían cerrado las sombras!
¿Acaso una demencia cósmica
nos está desvinculando de América?”
Ese extraño poema fue escrito en plena Era de Trujillo. Es posible que nosotros nos hayamos zafado de algunas cosas, no de todas. Cuando Moreno habla de América no se refiere a los Estados Unidos sino al continente.
Pero no dejemos ese poema en el vacío, merece algún comentario sobre todo cuando dice: Tu isla martirizada y la mía en suspenso, / que van a la deriva por el paralelo del tiempo,
locas de espejismos inconexos / como si la eternidad para ellos no existiera. / Ahítos de “hoy” y vacíos de “mañana.”
O cuando habla del coloniaje que ha sido quizás el motor de la crisis actual: Los grandes negocios como las industrias, son gringas. Lo que se come casi todo es importado. Antes el detallito nacionalista con un letrero frente al producto vendido a mejor precio por ser fresco señalaba con orgullo: “Es del país”. Hoy casi todo es importado, hasta en el mismo Mercado Público es ya una rareza ver la nota, salvo en el puestecito del asado pernil clásico, que tuvimos que comer resignados al no poder ir a Guabate donde comerlo es toda una delicia inolvidable.
Nadie vaticina el fin de la crisis. Todo el mundo piensa que dentro de unos años se profundizará. Con el joven gobernador pidiendo la estatidad, los nacionalistas o los fervorosos del Estado Asociado ya con poca fe, casi no votaron, dejaron que estos enemigos de la independencia se burlaran de Betances, de Hostos, de De Diego y de tantos héroes y mártires como ha producido la “Perla del Caribe” que cantara Rafael Hernández cuyo jibarito hoy no sale a vender porque no siembra.
Frente a la realidad del vecino país donde se habla de recortar sueldos y pensiones, de duplicar multas, de aumentar impuestos; con apagones, me contó mi hermana, hasta de 4 horas, llegando nosotros justamente en mitad de uno; frente a una estampida que ahora es legal, ya que son ciudadanos los que llegan a las tierras continentes, cada día la campiña hermosa se irá desplomando más y los antiguos campos cultivados que ahora producirían el doble, lucen a la buena de Dios.
La situación es realmente de emergencia, por eso los que recen deben hacerlo. El hermoso país hermano bien lo merece.