El Estado dominicano, y mucho menos el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, no tienen los recursos financieros ni humanos para restaurar, mejorar o mantener siempre en buen estado las áreas protegidas, y mucho menos para pagar las expropiaciones realizadas para conformar los Parques Nacionales. La restauración y mejoramiento de las áreas toman mucho tiempo si se dejan a la propia naturaleza, por lo que es necesaria la mano del hombre que ayude en el corto plazo a su restauración y mantenimiento.

La propia naturaleza trajo este diseño de fábrica. Dice la biblia en génesis que en la creación Dios ordenó al hombre que se enseñoreara o administrara la naturaleza, tanto a los animales como la vegetación, para que pudiera vivir de ella. Puso al hombre a administrar la flora y la fauna, que sean socios inseparables, ya que sin su cuido y restauración permanente la propia vida del ser humano no tendría sostenibilidad.

Hasta los científicos han estado de acuerdo con este planteamiento, reconociendo que el medio ambiente es tan importante para los seres humanos, que sin él es imposible cumplir con el ciclo biológico. En resumen, el medio ambiente está conformado por un sistema de relaciones entre elementos abióticos ( como el agua, aire, suelo, energía solar, etc, ), bióticos ( organismos vivos ) y socioeconómicos, sustento y hogar del ser social ( hombre ). Así, podemos decir que el medio ambiente está conformado por un conjunto de valores y recursos naturales, culturales y sociales, que son imprescindibles para nuestra vida. Y dentro de los recursos naturales están las áreas protegidas a las cuales nos vamos a referir en esta colaboración, ya que el hombre y el medio ambiente tienen una especie de sociedad inseparable.

Las áreas protegidas acogen una inmensa riqueza biológica y son fuente de riqueza material, constituyendo reservas de capital natural, cultural y social, a la vez que forman parte de los medios de subsistencia y del bienestar de muchas personas, sobre todo debido a los servicios eco-sistémicos que proporcionan y a las oportunidades para crear empleos.

Es importante resaltar que las características de las áreas protegidas dependen de elementos como los aspectos físicos del terreno, la biodiversidad del lugar, los recursos hídricos disponibles, los aspectos climáticos de la zona, los recursos biofísicos del área, las posibles amenazas naturales del lugar, y la división política y administrativa del país y/o región.

Por tanto, son muchas las actividades que se pueden realizar en las áreas protegidas, y una de las más importantes y de mayor crecimiento es el turismo, que se configura como el sector que genera importantes beneficios para el área protegida y para los habitantes de la zona, sobre todo en países en vía de desarrollo.

Es de suma importancia que el sector turístico tenga como una de sus metas principales el mejoramiento, restauración y conservación de los recursos naturales que rodean sus instalaciones y representan el principal atractivo de sus visitantes.

La actividad turística se configura como un gran motor económico a nivel internacional, que genera nuevas oportunidades para la modernización del destino, tanto a nivel económico como social y cultural. Actualmente aparecen nuevos tipos de turismo alternativos al turismo de masas, que se realizan de forma sostenible, y donde el turista tiene en cuenta aspectos como el descanso, el conocimiento de la cultura local y la conservación de los recursos naturales. Esto se debe a que, hoy en día, los seres humanos están más concienciados con las problemáticas medioambientales, y a que los viajeros buscan la autenticidad del destino en su viaje.

De esta forma hablamos de nuevos tipos de turismo alternativos relacionados con elementos como la cultura o la naturaleza, y que se desarrollan de forma más sostenible que el turismo de masas.

Esta forma de turismo es una herramienta de lucha contra la pobreza, que tiene importantes efectos multiplicadores en el Producto Interior Bruto (PIB), y que permite conservar el patrimonio natural, histórico y la identidad étnica de un destino turístico.

A través de los beneficios adquiridos por esta actividad se está contribuyendo al desarrollo sostenible, que está enfocado a un modelo de gestión de todos los recursos, de tal forma que se satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas al tiempo que se respeta la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de apoyo a la vida. Así, la sostenibilidad se divisa desde tres aspectos: económico, ecológico y social.

En vista de estos beneficios que proporciona la actividad turística en áreas protegidas, hemos propuesto el uso del Parque Nacional del Este
( Cotubamaná ) para implementar esta práctica. Lo que proponemos es que se permita este desarrollo por parte del sector privado, a través de un patronato donde estarían los Ministerios de Medio Ambiente y de Turismo, así como las Municipalidades de Bayahibe y Boca de Yuma. Los propietarios construirían una carretera sencilla, que ya existe y solo sería ampliarla, que bordee el Parque y a la vez sirva de limítrofe, dejando el Parque y área protegida concentrada en la parte interior. También construirían senderos peatonales para acceder a los observadores de plantas, animales, enterramientos indígenas y cuevas con pictografías, haciéndose cargo del co-manejo y conservación del Parque en su conjunto.

Lo que proponemos es la creación de una sociedad entre el sector público y el sector privado que tenga el co-manejo del parque con poderes para diseñar un plan de manejo y una zonificación de las áreas de playa y de visitas que asegure la protección y conservación de la flora, fauna y costas marinas. Esta propuesta está contemplada en la ley No. 202-04 sobre áreas protegidas y atraería un turismo diverso, no sólo el de sol y playa, sino también científico y cultural.

Este plan conceptualiza al Parque como un socio ecosistema en el que el ser humano, sin ser parte integral del sistema natural, actúa como custodio del mismo y aprovecha su explotación, ya que de la conservación del capital natural depende su propio bienestar y el de las futuras generaciones. El Parque bien conservado y restaurado es el mejor socio que pudieran tener el sector turístico y las municipalidades de Bayahibe y Boca de Yuma para un desarrollo sostenible.