Entiéndase por implosión: Fenómeno cósmico que consiste en la disminución brusca del tamaño de un astro.

En los últimos días, después que el presidente Medina manifestara su decisión de desistir de su intención de hacer una nueva reforma constitucional, que le permitiese intentar reelegirse para un tercer periodo de gobierno, los precandidatos del hasta ahora danilismo, han activado sus precampañas y han trazado una estrategia de competir entre sí para elegir un precandidato que enfrente al presidente Fernández en las primarias del PLD.

Para explicar el lógico acontecimiento de implosión, que acontecerá en las tropas del danilismo, les detallo el estatus de este grupo de generales y aspirantes a la precandidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD):

En primer lugar, tenemos un indiscutible liderazgo del actual presidente Danilo Medina, que todos sabemos que no es endosable, o sea, que no todo el que sigue al llamado “benefactor, filántropo y mejor presidente de la Republica Dominicana”, estaría dispuesto a seguir a ninguno de los nuevos precandidatos del danilismo, sino que por el contrario, muchos de estos, prefieren apoyar al líder histórico del PLDismo, al presidente Leonel Fernández; en especial, conociendo la necesidad de unidad, de cara a los venideros comicios.

A partir de este momento se inicia una competencia interna, entre los generales danilistas, en la que ya se ha puesto de manifiesto una impresionante desigualdad entre cada uno de los precandidatos que pretenden unificar al danilismo y, aglutinar las cada vez, mas dispersas fuerzas que les queden en las bases del partido; pues es seguro que muchos de los que siguen a un dirigente tradicional, como Temístocles Montás, fundador del partido, o Domínguez Brito que estaba entre los que más marcaban en las encuestas, se sienten indignados por la desigualdad con que aparentemente se competirá en esta etapa inicial, en la que por ejemplo Reynaldo Pared Pérez se presenta con el apoyo de 24 de los 32 senadores de la república y, el último en lanzar su precandidatura, y último en llegar al PLD y  al Comité Político, Gonzalo Castillo, uno de los hombres mas cercano y de mas confianza del presidente Medina, hace un despliegue de sus músculos financieros, a través de las redes sociales, incluso, horas antes de lanzar su precandidatura.

Sin duda, todos y cada uno de los precandidatos, tienen luces y sombras, virtudes y defectos, unos con más carisma que otros, unos con más trayectoria y estructuras de partido que otros, todos ellos con simpatizantes que en su momento siguieron a Danilo Medina, pero que no necesariamente simpatizan con el resto de los precandidatos, porque definitivamente las características que adornan a estos señores y atraen a uno u otro elector, no son las mismas, por lo que no necesariamente puedan lograr las pretensiones de volver a compactar esas fuerzas, en torno a solo uno de ellos.

Pero, además, si consideramos la competencia que se prevé entre ellos, que generará malestar y heridas, no nos cabe la duda de que el leonelismo lo capitalizará en torno a su figura y en favor de la necesaria unidad del partido.

Adicionalmente, son bien conocidas las diferencias a lo interno del danilismo entre los aliados de Peralta, de Montalvo y de Gonzalo, que han sido y son los tres hombres más cercanos al presidente, pero que, entre ellos, han existido y existen diferencias que estamos seguros se manifestarán en el apoyo a diferentes precandidatos y en rechazo a los otros, aún sea tras bastidores. Y si hay características que suelen herir y generar divisiones, son la competencia, la deslealtad, el avasallamiento y la ingratitud, reglas que muchos han demostrado romper, cuando de ganar se trata.

Por todo lo anterior la estrategia del danilismo resulta auto destructiva y aunque logren colegir todos los generales (precandidatos) juntos, cosa que dudamos, estamos absolutamente seguros de que el desgaste de esa lucha por convertirse en el heredero del danilismo, lo que traerá como consecuencia es la disminución brusca del tamaño de una fuerza, que de por sí, ya luce muy disminuida, ante la reunificación de las bases.

Los grandes analistas de la política y la misma historia han sentenciado una y otra vez, que los liderazgos no se traspasan, mucho menos se heredan, sino que se ganan y/o se construyen. Sin dudas, el odio generado por el danilismo, en la cúpula del PLDeismo, que ahora generará la implosión del danilismo, va en dirección opuesta al instinto de supervivencia de las bases, que buscan la unidad del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).