En los primeros días de noviembre del año 2009, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un acuerdo Stand-by con la República Dominicana (RD) por un monto total de US$1,700 millones. Dicho acuerdo contemplaba la realización de desembolsos periódicos durante un plazo de 28 meses y se establecieron diversas metas y objetivos que las autoridades dominicanas deberán cumplir con la finalidad de garantizar el acceso a estos recursos. Según el cronograma de revisiones, la última revisión (y correspondiente desembolso) se debiera realizar a finales del mes de febrero del año 2012.

¿Cuál era el objetivo del Acuerdo?

Al momento de firmar el acuerdo, se estableció un objetivo de corto plazo que consistía básicamente en la implementación de políticas contra-cíclicas con la finalidad de reducir el impacto negativo sobre la economía dominicana de la crisis económica mundial que desde mediados del 2008 afectó negativamente las exportaciones, las remesas, el turismo y la inversión extranjera directa.

Resultados del Acuerdo

Esta primera etapa fue ejecutada exitosamente dado que la firma del acuerdo con el FMI permitió acceso a recursos frescos del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) así como la exitosa colocación de US$750 millones en bonos soberanos durante el mes de abril de 2010. Al mismo tiempo, se mejoró la percepción de riesgo país en los mercados internacionales, facilitando la captación de inversiones en certificados del Gobierno Central para financiar una parte del déficit fiscal previsto para el 2010.

El estímulo que recibió la economía dominicana como resultado de una agresiva política de gasto gubernamental enfocado en obras de infraestructura permitió reactivar el crecimiento económico. Según cifras preliminares del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), a precios constantes, alcanzó un 7.8% en el 2010, superior al 3.5% registrado en el 2009.

Una segunda etapa

Es muy importante tomar en cuenta que, a partir de junio del 2010, los objetivos del acuerdo con el FMI cambiaron significativamente. Según lo acordado entre las autoridades y los funcionarios del FMI, en esta segunda etapa, el objetivo principal del programa económico se concentra en la implementación de políticas que permitan asegurar la sostenibilidad de la deuda pública en el mediano y largo plazo, para lo cual se hace necesario reducir la relación entre la deuda y el PIB.

En efecto, en el comunicado del FMI publicado el pasado martes 15 de febrero, se afirma que las autoridades dominicanas adoptarán medidas fiscales en el 2011 para aumentar sus ingresos y, al mismo tiempo, realizarán esfuerzos para reducir el subsidio eléctrico. Tomando como base la más reciente carta de intención (firmada a finales de 2010), podemos concluir que las medidas para aumentar los ingresos se concentrarán en la eliminación de exenciones impositivas actuales. Además, no podemos olvidar que, en el Presupuesto para el 2011, se identifican algunas posibles medidas adicionales para incrementar las recaudaciones. Estas medidas afectarían el impuesto a las viviendas suntuarias (IVSS), el costo del marbete y del peaje. En lo referente al subsidio eléctrico, las autoridades ya han puesto en marcha una serie de medidas que incluyen el aumento a la tarifa eléctrica e incrementar la cantidad de clientes regulados.

Implicaciones para el Sector Empresarial

Con la finalidad de analizar el posible impacto del acuerdo sobre el sector empresarial, podemos enfocarnos en cuatro aspectos principales. En primer lugar, la tendencia de las tasas de interés ya que esto determina el costo financiero del negocio. Un segundo aspecto sería la evolución del tipo de cambio, debido a su impacto en los precios. El tercer aspecto sería el nivel esperado de inflación, que nos dará una idea de los costos de producción. Por último, resulta importante el nivel de crecimiento económico ya que nos indica la posible tendencia de las ventas.

En lo referente a las tasas de interés, podemos destacar que las autoridades monetarias han anunciado en varias ocasiones su intención de implementar una política monetaria "más neutral". Esto implica que las autoridades buscarán generar un aumento gradual de las tasas de interés en el sistema financiero con la finalidad de desacelerar el crecimiento de los préstamos, lo cual debiera traducirse en un menor nivel de actividad económica. En este sentido, el FMI está proyectando que el crecimiento del PIB Real se reduzca de 7.8% en el 2010 a 6% en el 2011.

Con estas medidas, se estarían evitando presiones sobre el nivel de precios y la inflación no superaría el 6% en el 2011. Este aspecto es de crucial importancia en estos momentos que se registran aumentos a nivel internacional del precio del petróleo y otros bienes.

Aunque se espera una devaluación del tipo de cambio en el 2011, la desaceleración del crecimiento económico (que disminuye las importaciones) conjuntamente con la colocación de nuevos bonos soberanos y el reinicio de las exportaciones mineras de la Falcobridge debieran garantizar la estabilidad en el mercado cambiario.