Inexcusables, injustificables y pusilánimes. Realmente imperdonables y condenables por la ley y objeto de captura por las fuerzas públicas, son los ciudadanos y malos usuarios del parque urbano de Villa Olga. Esos que llenan de basuras, botellas, platos, bolsas, restos de comida, salivas y orina, este auténtico espacio público de Santiago. Cómo exigirle a los excluidos que viven quebrantando la ley en el arroyo de Gurabo, si una parte de la clase media santiaguera, reunida diariamente en este parque, se comporta de forma incivilizada y mugriente.

En República Dominicana y Santiago de los Caballeros, la ciudad más ciudad de esta isla, no es parte del modo de vida de la gente, diferenciar “lo propio y lo común”. Propio es aquel bien, terreno, edificación o valor de uso que es propiedad particular; que usted posee legalmente, y se diferencia de lo común, esa propiedad, espacio público, parque, área verde, acera, esquina, plaza o plazoleta, que es municipal, y no le pertenece a nadie, que no sea al común de la ciudadanía regida por el Ayuntamiento. Sobre lo “común” manda el imperio de la ley y el orden público, y sobre lo “propio” se impone el derecho privado.

En la zona residencial de Villa Olga, luego que el parque fuera remodelado por la gestión municipal de José Enrique Sued en el año 2006, el Concejo Municipal de Regidores promulgó la Ordenanza de Regulación de Areas Verdes, Parques, Plazas y Plazoletas 2764-06, obra física y acciones normativas que sumadas al buen liderazgo de la activa junta de vecinos este territorio, hicieron de la zona un modelo de recreación y movilización verde. Con una sede administrativa del parque que lleva el nombre del insigne Maestro de la Medicina dominicana, eminente cirujano y padre ejemplar de una familia de exitosos profesionales santiagueros, fallecido a destiempo, mi amigo y admirado profesor, "Doctor Higinio López".

Resultado del éxito de este espacio público, llegan diariamente residentes de esta zona, de sus entornos y de otras áreas de la ciudad. Ciudadanos a jugar dominó, tirarse sus tragos, generar jaleos, chercha y juerga; muy bien. También hay otros que caminan y corren por sus senderos y miles de niños y jóvenes todas las semanas, practican beisbol y basquetbol. Toda esta alegría y buena práctica, no debe culminar en lanzar al parque desechos y residuos, dejando casi sin utilizar más de 10 recipientes de recolección.

Añádase que esta buena inversión pública del Ayuntamiento revalorizó la rentabilidad de este territorio y estimuló la construcción de diversas torres y edificios de apartamentos. Asimismo más de 10 restaurantes y cafeterías prosperaron en su entorno inmediato, negocios que tienen muy buena clientela, pero cuyos dueños no se integran a proteger el parque de Villa Olga, ni a promover las buenas costumbres. Este parque debe preservarse como punto de saludable de encuentro de miles de ciudadanos de todos los estratos sociales, especialmente de clase media.

Hay que decirlo ahora y anunciarlo públicamente, porque nueva vez Santiago recupera un Alcalde, Abel Martínez, ocupado por recobrar los parques y espacios públicos, ahora con mayor sentido de cohesión social y modernidad, que además impulsa el apadrinamiento público-privado de todos los parques de Santiago y motiva programas de animación sociocultural; con una nueva policía municipal, bien equipada y en condiciones de cumplir y hacer cumplir la ley y las normas a cualquier costo.

El artículo 17 de la ordenanza Municipal 2764-06 sanciona: arrojar basuras, residuos, tapas, piedras, papeles, plásticos, grasas o productos cáusticos que pueda dañar la vegetación; igualmente encender fuego, cualquiera que sea el motivo, en lugares que no estén expresamente autorizados y no tengan instalaciones adecuadas para ello. También sanciona depositar, aún de forma transitoria, materiales de construcción de obras sobre los pavimentos de las áreas verdes o verter en ellos cualquier clase de productos tóxicos o aguas de limpieza.

También castiga la colocación de vallas en áreas verdes o en su zona de influencia que pudiesen dañar elementos verdes, también la instalación de casetas y medios portátiles. Igualmente prohíbe trasplantar o podar los arboles; así como, arrancar los recién plantados. Controla que no ate en los árboles ningún columpio, escalera, herramienta, soporte de andamiaje, bicicletas, carteles u otros objetos.

Destacamos asimismo el artículo 27 de la ordenanza 2764-06 que estimula a todas las Juntas de Vecinos a participar en los diferentes mecanismos de gestión; motiva a dar fiel cumplimiento de las normas; llama a denunciar y contener actos desaprensivos en detrimento del sistema verde; facilita la organización de mantenimiento y promueve la organización de jornadas periódicas de limpieza y embellecimiento, entre otras. Esas son las razones que hacen imperdonables los malos visitantes del parque de Villa Olga, Santiago de los Caballeros.