No se trata de la famosa película sino de una nueva novela con más de 100 capítulos. Muy parecida a las novelas turcas, interminables. 

Esta novela, llamada Impacto Profundo, comienza en Estados Unidos, donde un presidente decide aplicar medidas proteccionistas imponiendo aranceles a dos bienes: al acero 25% y al aluminio 10%.

La debacle comienza y en espera de lo que decida el congreso en Washington, chinos, europeos y otros más cercanos, comienzan a preguntarse, si este tipo está loco (que obviamente no lo esta), refiriéndose al presidente de Norteamérica.

El FMI, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, la OMC, etc. etc. gritan alarmados y advierten sobre el efecto de esas medidas en el comercio mundial.

Sin embargo, mientras avanza la novela, el presidente de Estados Unidos comienza a flexibilizar y dice que no aplicara tales aranceles a sus vecinos, México y Canadá mientras el TLC permanezca vivo. Otros también podrían beneficiarse sin entrar en detalles.

El problema es que las grandes económicas son las que producen acero y aluminio y lo hacen a menores costos que en Estados Unidos, especialmente China y Brasil.

De ahí, pasamos a otra etapa de la historia. Los europeos ya tienen una lista de bienes procedente de Estados Unidos a los que les aplicara aranceles.

Los motores Harley Davison, los jeans Levis, el bourbon, la mantequilla de maní y eso es solo el comienzo.

China esta preparando la suya y otros, como la India y Brasil , están a la espera para ver que sucede.

Entre tanto el principal asesor económico del presidente norteamericano renuncia a su puesto, obviamente disgustado con la medida de su jefe.

Y avanzando los capítulos, partimos del supuesto de que el Congreso decide apoyar los nuevos aranceles, pero con algunos ajustes.

América Primero. Pero Europa replica, china también, Rusia los iguala para ganar partido en la crisis, y comienza la guerra.

Estados Unidos responde aplicando aranceles a más productos chinos y europeos y estos de nuevo replican y responden con otra lista de bienes que entran en la contienda.

Y así, la pelota pica y se extiende entrando en la disputa quesos, vinos, vestimentas, otros renglones mineros, alimentos, etc. etc.

¿Quiénes se benefician mientras estos pendejos se destruyen entre ellos?

Bueno, Chile podría exportar más vino barato si no es afectado con los nuevos aranceles y los mismo sucedería con otros países a los que se le concede una gracia para amortiguar el golpe. 

Pero el panorama económico mundial se complicaría en extremo. Los progresos alcanzados después de la gran crisis hipotecaria del 2008 se irían a pique

El consumo se contraería por los altos precios, el crecimiento se paralizaría, el desempleo aumentaría, las bolsas se hundirían y las finanzas públicas de los países en guerra comercial, comenzarían a tambalearse.

Después de unos años desgraciados, los capítulos finales de esta larga novela comienzan con nuevos actores que tienen otras perspectivas del problema. Se reúnen largas horas, negocian, firman acuerdos y se hacen una que otra autocritica.

Después de corregir los entuertos la crisis comienza a menguar y todo culmina con lamentaciones, besuqueos y abrazos, pero con una economía mundial hecha mierda.

La nueva crisis, tendrá por nombre LA CRISIS DE LA IDIOTEZ.

Con esta cita de Davos concluyo el artículo.

“Una de las cuestiones que se han planteado en el Foro Económico Mundial en Davos es cómo cambiará el mundo ¿Acaso será como en los años 30 del siglo pasado, durante los que predominó el proteccionismo y la depresión? Pese a los riesgos y a que EEUU, de la mano de su nuevo presidente Donald Trump, ha tomado ese rumbo para defender las industrias nacionales, la mayoría de los expertos consideran que esto no sucederá. Y, aunque admiten que son necesarias reformas, defienden la globalización, con el presidente chino Xi Jinping a la cabeza”

OJALÁ QUE ESTA NOVELA SOLO SEA UNA FICCIÓN.