Hoy más que nunca la República Dominicana está afectada debido a la existencia de una frontera abierta y sin control, que causa un alto flujo de inmigrantes ilegales haitianos. Haití es el país con la tasa de crecimiento más elevada del mundo, con una población mayor que la nuestra, así como también con el índice de pobreza más alto de todos los países del hemisferio y por consiguiente con un índice de analfabetismo de un 51%, lo que indica que más de seis millones son analfabetas y lamentablemente estos son los que emigran hacia la República Dominicana.
Los haitianos han ido llegando a nuestro país tratando de escapar de los problemas sociales que aquejan su país. En Haití el principal problema social que se presenta en todo el territorio es: la corrupción gubernamental, discriminación racial, pocas oportunidades y la mala distribución de los ingresos, estas son algunas de las razones por las cuales más de un millón de haitianos en extrema pobreza han escogido emigrar, en su mayoría ilegalmente, al país que tienen más cerca, que resulta también tener índice de pobreza bastante elevado.
La inmigración haitiana incrementa el sector informal, afecta el salario de los trabajadores dominicanos, desplaza la mano de obra criolla, eleva el grado de desigualdad del ingreso en el país, o sea, aumenta la remuneración del capital y de la mano de obra calificada, reduce los ingresos laborales de los trabajadores menos calificados y contribuye a incrementar los niveles de pobreza en la República Dominicana.
En todas partes del mundo la inmigración tiene que ser controlada para tratar de mantener un equilibrio entre la población local y la que viene de afuera, para que no perjudique a los nacionales.
La inmigración irregular de haitianos y la integración en materia legal de los descendientes de estos, es uno de los principales problemas inmigratorio; la población total de origen haitiano en la República Dominicana se estima alrededor de un poco más de un millón de inmigrantes.
La inmigración desmedida y sin control, acarrea problemas sociales y culturales, como cambio en las costumbres y tradiciones mantenidas por las poblaciones locales, la transculturización, introducción de enfermedades endémicas que fueron erradicadas en República Dominicana pero no en Haití y en los últimos años han resurgido en nuestro territorio gracias al problema migratorio. Todo esto y otros son retos que merecen mucha atención por parte de las nuevas autoridades y se necesita una solución lo antes posible; porque es obvio que esta situación y evento continuo están afectando la estabilidad económica, social, cultural y política de la República Dominicana.
Los países pobres como Haití no están condenados a seguir pobres y las ayudas del exterior no incentivan el desarrollo, por lo que cada nación debe producir los servicios y bienes que regiones como esta necesitan en auxilio de sus habitantes, para poder crear la actitud y costumbre de que las cosas no se consiguen de forma fácil, sino que éstas cuestan un alto sacrificio y se obtienen con educación y trabajo sostenible en el tiempo.