El sector agropecuario en cualquier país del mundo debe ser unos de los sectores de mayor importancia a nivel económico y social, ya que este contribuye al desarrollo del país a través de la generación de empleos y divisas, además de suplir los productos agroalimentarios para el consumo de la sociedad, es decir, la autosuficiencia alimentaria.

En la República Dominicana el sector agropecuario ha experimentado un decrecimiento en los últimos años, según se describe a continuación:

Después de analizar la evolución del PIB para los periodos 2007- 2018 de este sector, observamos que el mismo tiene una tendencia hacia la baja, lo cual repercute en la capacidad productiva del país, fruto de la escasa planificación agropecuaria no se identifica el problema en cuestión, por ende, no se realizan diagnósticos, pronósticos, ni se definen metas cuantificables por renglones a producir, mucho menos se efectúa una evaluación de alternativas para poner en ejecución un plan operativo en cada rubro en el corto, mediano y largo plazo.

Otro factor determinante para enfrentar los problemas de reducción de la productividad, es el limitado acceso al financiamiento dirigido a este sector primario de la economía, fruto de las dificultades que enfrentan estos para cumplir con los requisitos exigidos por el Sistema Financiero Nacional, el cual es clave para promover la expansión y competitividad de los agricultores y ganaderos. Según datos del Banco Central al 15-04-2019, el sector agropecuario, silvicultura y pesca tiene préstamos por 3.5% de la cartera de crédito total. No obstante, los préstamos de consumo equivalen al 27.5 puntos porcentuales del total de estos recursos, por lo que se observa que el Estado a través del Banco Central no ha puesto en ejecución una política de incentivos para incrementar los mismos.

Este descenso en la productividad del sector agropecuario genera aumento de precios en los productos de la canasta familiar, incumpliendo así con el principal objetivo de la política monetaria del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el cual es mantener la estabilidad de precios, según lo establece la Ley Monetaria y Financiera 183-02 y la Constitución Dominicana en su Artículo No. 218.

En lo referente al mercado laboral, la Encuesta Nacional Fuerza de Trabajo (ENFT) para los periodos 2007-2016, tienen una tendencia decreciente en el nivel de ingresos laborales. Asimismo, la Encuesta de Trabajo Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) del 2014-2018 se observa una tendencia similar, según se puede observar en el cuadro presentado anteriormente, por lo que entendemos que este programa de “Visitas Sorpresas” no ha logrado obtener los objetivos deseados por el Estado, entre los cuales están: “reducir la desigualdad, aumentar la producción nacional de alimentos, generar empleos y combatir la pobreza”, por lo que se hace necesario revaluar el mecanismo de inversión del sector agropecuario.

Esta tendencia es ratificada por el estudio “Reflexiones sobre el Impacto de las “Visitas Sorpresas” al sector agrícola y ganadero, efectuado por el Centro de Investigación Económica y Social P. José Luis Alemán, S.J., de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, de fecha 13/03/2019, donde se plantea que “la desigualdad en la zona rural aumentó para los periodos 2012-2016, no se puede afirmar que las Visitas Sorpresas han tenido una relación de causalidad positiva respecto a la reducción de la desigualdad en la zona rural desde 2012, ya que en los seis años analizados ha predominado un efecto distribución negativo respecto a la reducción de la pobreza, a menos que se trate de un efecto positivo retrasado que se expresa en 2016 y 2017. Sin embargo, como se podrá observar, esta situación sería poco probable, debido a las connotaciones de la dinámica del ingreso en la zona rural”, esta situación persiste a pesar de haber gastado más de 2,000 millones de dólares en 6 años.

Lo externado anteriormente entra en contradicción con la rueda de prensa realizada por el Gobernador del Banco Central, Lic. Valdez Albizu en la cual presentó las primicias de los resultados preliminares del comportamiento de la economía dominicana durante el año 2018, precisando que “la agropecuaria experimentó un crecimiento preliminar de 6.5% en el año 2018, explicando que este desempeño obedece en gran medida a las efectivas políticas de apoyo al sector que ha venido implementando el Gobierno dominicano a través de las visitas sorpresas del Excelentísimo señor Presidente, Lic. Danilo Medina Sánchez, así como por las facilidades de crédito y asistencias técnicas otorgadas a los pequeños y medianos productores por parte del Ministerio de Agricultura y sus dependencias”.

Es importante puntualizar que el Plan Estratégico 2017-2020 del Banco Agrícola, está orientado a dinamizar la economía rural, a través de la producción de los rubros agroalimentarios, para contribuir al abastecimiento de la canasta familiar, la creación de puestos de trabajo en el campo, la generación de divisas, por ende, a la disminución de la pobreza en nuestro país.

De igual forma la Estrategia de Desarrollo Agropecuario y Agroindustrial Sostenible de la R.D., 2020-2030, de la Junta Agroempresarial Dominicana, JAD, 01/12/2009 establecen en sus objetivos generales y específicos como lograr el crecimiento de este sector de la economía. Asimismo, el Plan Estratégico para la República Dominicana 2019-2023, que trata sobre el programa mundial de alimentos, presentado en Roma del 25-29 de febrero del 2019, se establecieron las siguientes prioridades para alcanzar el objetivo “del Hambre Cero”: a través de fortalecer “el diseño y la aplicación de marcos jurídicos relacionados con la seguridad alimentaria, la nutrición, la agricultura sostenible y la reducción del riesgo de desastres; fortalecer el diseño y la aplicación de programas de protección social, salud pública y agricultura sostenible; reunir datos coherentes desglosados por sexo y edad, y realizar análisis de género de la situación de la seguridad alimentaria, la nutrición y de las políticas y los programas conexos; proporcionar recursos adecuados para llevar a cabo los programas y las intervenciones; fortalecer las instituciones públicas, en particular en lo que se refiere a los recursos humanos; promover la educación nutricional, y asegurar la coordinación interinstitucional”.

Estos planes estratégicos señalados anteriormente deben ponerse en ejecución para alcanzar los objetivos deseados en el sector, ya que la Planificación Estratégica, es una herramienta de gestión que permite apoyar la toma de decisiones de las organizaciones tanto públicas como privadas, en torno al quehacer actual y al camino que deben recorrer en el futuro para adecuarse a los cambios y a las demandas que les impone el entorno y lograr la mayor eficiencia, eficacia, calidad en los bienes y servicios que se proveen.

Por lo que concluimos que el programa de “Visitas Sorpresas” implementado por el Estado desde el año 2012 hasta la fecha, solo ha servido para gastar cuantiosos recursos de una forma improductiva, ya que según se verifican en las cifras publicadas por el Banco Central de la República Dominicana en los períodos antes citados, estos indicadores agropecuarios presentan tendencia decrecientes.