Las recién finalizadas elecciones significan por las adversidades vencidas y su gran éxito  un importante paso en el avance institucional de la República Dominicana. Se resalta una vez más el gran civismo de las y los dominicanos de aquí y de allá,  así como la efectiva contribución de las autoridades y personal de la JCE y de los líderes de los partidos políticos que han colocado-independientemente de los humanos intereses  de todo tipo-  al país y la paz en un lugar preponderante.

Se ha pasado esa página de la historia política que no pocas preocupaciones y tensiones produjo ¡Adelante!

Las ya históricas peculiaridades del momento político cuyo ciclo se cierra, ha tenido como uno de sus factores condicionantes la pandemia que ha provocado el virus SARS-Cov-2 y resulta ser de mucha importancia ponderar su impacto en la relación Gerencia y Estado, por las tan variadas implicaciones, lecturas y sobre todo enseñanzas que se derivan.

La organización de la sociedad humana regida por Estados con las atribuciones que se les han asignado al paso del tiempo, ha demostrado ser más que efectiva en estos tiempos de pandemia. No es posible concebir una respuesta apropiada ante la situación que se ha vivido sin la existencia del Estado. Se podrá criticar y ponderar aciertos y errores pero su necesidad es más que evidente. De ahí el valor de su fortalecimiento y constante mejoría. Muy conscientes y ya se ha dicho, de que si bien la aspiración ha sido de cambios o más bien transformaciones en el más breve plazo, la prolongada, compleja y no pocas veces trágica historia de la humanidad  ha demostrado que más que apostar a la revolución lo que procede es una precisa y más que efectiva evolución social.  Por lo que no es posible que en una vida se puedan ver los tantos cambios que se necesitan y se aspiran. Aunque si se es preciso en la conducción política en cada etapa y a lo que hay que apostar,  la correcta  dirección del Estado que sí puede significar el auténtico, por realista, progreso de la humanidad.

Desde la filosofía, la economía, la antropología, la educación, la salud y a partir de mentes brillantes de todo el mundo que auscultan la condición humana y sus perspectivas de avance y a partir del impacto de la pandemia, se están planteando transcendentales y realistas  transformaciones en los Estados en las que como país debemos de inscribirnos. Aún dentro de las adversidades,  con el cierre exitoso  el próximo pasado domingo del proceso electoral, procede también por aquí  repensar el Estado.