Oxfam y algunas instituciones académicas del país acaban de presentar el informe Imaginarios de violencia contra las mujeres en personas jóvenes, se realizó a fin de conocer las principales normas sociales que impactan en la reproducción de las violencias contra las mujeres y que son prevalentes a la población joven dominicana. La muestra de la población fue en edades comprendidas entre los 15 y los 25 años. Lo que arroja la investigación de alguna manera lo intuíamos, por como se desenvuelve la cotidianidad del país, pero constatarlo, no deja de sorprender y si se quiere entristecer.

En los varones, el 81% cree que es cierta la expresión “las mujeres dicen que no, pero en realidad es si”; el 63% considera que “gritar a su pareja es normal”; el 64% considera que “decir piropos y silbidos a una mujer en la calle es normal” y el 85% sigue pensando que “todas las mujeres deben ser madres”. En fin, que parecería que hemos avanzado, pero estamos igual. Que paradoja tan triste y execrable.

La gran pregunta frente a esta realidad es: ¿Qué hacer?  Logramos avances legislativos importantes, tenemos un Plan Estratégico para la Prevención Detección Atencióny Sanción a la Violencia contra las Mujeres e Intrafamiliar, una Comisión Nacional de Prevención y Lucha contra la Violencia Intrafamiliar, un Plan Nacional para la Igualdad y Equidad de Género, una Ley que modificó el Código Penal y tipificó estas violencias. Avanzamos, pero estamos igual.

Seguimos reproduciendo los mismos prejuicios, es impresionante como la estructura de las interrelaciones cotidianas de poder, deseo, saber y discurso, siguen trazadas por el machismo, ese machismo radical que naturaliza las discriminaciones y las nombra como “buenas costumbres” “valores” “recato” … En el informe se puede constatar cómo está latente en los varones la necesidad de reafirmación de la “virilidad” y de controlar las actuaciones de las mujeres.

A pesar de la hipersexualización femenina (solo hay que ver la publicidad para entender esto), el 90% de las personas encuestadas, mujeres y hombres, considera que “Los hombres tienen mayor deseo sexual que las mujeres”.  Y para el 85% de las mujeres y el 76% de los hombres entre 15 y 25 años “Los hombres pueden tener relaciones sexuales con quienes quieran, mientras las mujeres no”.El 81% de los hombres entre 15 y 19 años y el 64% entre 20 y 25 años creen que tienen autoridad y derecho para proceder de determinadas formas respecto a los cuerpos de las mujeres. El 70% de los hombres y el 45% de las mujeres consideran que “Las mujeres necesitan que los hombres las protejan”.

El estudio evidencia que sigue existiendo una amplia aceptación social y familiar de las relaciones entre adolescentes y mujeres jóvenes con hombres adultos. Estas relaciones, involuntarias o no, suponen que el 40% de las dominicanas contraen matrimonio antes de la mayoría de edad. Entre la juventud, 3 de cada 10 hombres entre 15 y 25 años considera normal que “Un hombre de 40 años tenga una novia de 15”. Ahora bien, para uno de cada tres hombres entre 15 y 19 años “Si una joven queda embarazada no debería seguir en el colegio porque no es un buen ejemplo para sus compañeras/os”, está bien embarazarlas, pero se deben esconder. Avanzamos, pero estamos igual. Búsquenlo hay mucho más en lo que vale la pena pensar.

Reflexión:

Despojarnos de prejuicios y estructuras jerárquicas, institucionales, históricas, sociales, religiosas, académicas en los que se funda la discriminación no es una tarea fácil. Estoy clarísima de que, si la juventud piensa así, es porque la adultez piensa así, y hemos construido sus procesos de formación desde esa lógica. Si la adultez piensa así, muchas de las personas que leerán este artículo consideraran que esto que estoy planteando como problema, es lo que “debe” ser. Les recuerdo que para vivir en libertad hay que ser libres.

Si continuamos construyendo un imaginario donde se siga creyendo que a las mujeres por “naturaleza” les corresponde llevar sobre sus hombros a toda la humanidad, y a los hombres, por ser hombres la conducción y decisión en lo público y en lo privado, no han comprendido nada sobre lo injusto. Si queremos que el mundo cambie, tenemos que cambiar. A esta altura de la vida un estudio sigue reconfirmando lo que sabíamos, los hombres siguen pensando que son superiores; y muchas mujeres socializadas en esa realidad, sin entenderlo lo validan, eso significa que algo se naturaliza.

Avanzamos, pero estamos igual.

Que constatarlo nos sirva para agarrar la sartén por el mango y transformar esta terrible realidad. Cuánta razón tuvo el feminismo cuando acuñó la expresión de que “Lo personal es político”. La otra verdad es que cada vez más las mujeres nos estamos dando cuenta de que, como dice la canción, vamos a ser las mujeres que “nos dé la gana de ser”. Libres, autónomas, felices e iguales en derechos.