Tenemos que tener mucho cuidado con las imágenes mentales.

Las imágenes mentales, sobre todo las televisadas en presencia de nuestros párvulos/as,  programan nuestro subconsciente.

Se calcula que antes de cumplir los 13 años, un puberto/a  ha sido expuesto/a

a más de 25,000  imágenes de crímenes violentos, sobre todo a través de esos jueguitos electrónicos (nintendos-ipads y Ipods) con los cuales los/as estamos programando.

La psicología motivacional nos proporciona herramientas para crear nuestras propias imágenes, haciendo que cada imagen equivalga a una afirmación de lo que deseamos ver realizado en nuestra propia vida. Una imagen vale más que mil palabras, así como vale más de mil palabras una pintura o una fotografía.

No necesitamos depender de las imágenes televisadas (notemos que en todos los hospitales siempre encontramos una televisión encendida). Podemos crear nuestras propias imágenes, sin depender del traqueteo constante de las que nos bombardea la vida.

Nos hemos acostumbrado a vivir a expensas de las imágenes del pasado pues, consciente o inconscientemente, vivimos a merced de los recuerdos que hemos vivido y que han sido grabados en el casete ininterrumpido de nuestros pensamientos, haciéndolos repetitivos, como si los estuviéramos reviviendo cada instante.

Para mantenernos sanos tenemos que aprender a administrar nuestros pensamientos.

María Catalina, una joven de 35 años, sufría de un ritmo cardíaco irregular. Un psicólogo, experto en las técnicas de relajación-visualización, la entrenó a verse a sí misma como cuando era niña y se mecía en el columpio que su padre le había construido en el patio de su casa. Quince minutos de visualización tres veces al día. Fuing-fuang, fuing-fuang.

Además del placer de regresar a una imagen feliz de su infancia, María Catalina disfrutaba la experiencia y se relajaba, deleitándose en aquel recuerdo del pasado.

En menos de tres semanas de visualizaciones su ritmo cardíaco volvió a regularse sin necesidad de ningún medicamento.

Esto se conoce como “estado de well being” (estado de bienestar), cuando se crea un balance homeostático (equilibrio fisiológico-emocional y mental en el organismo).

El balance homeostático es muy importante en todo proceso de sanacion, sobre todo cuando existe una condición patológica.

El doctor Carl Simonton, fundador del “Centro contra el Cáncer”, de Palisades, California, está convencido de que, cambiando y modificando nuestras imágenes, podemos ayudar a cambiar también los procesos fisiológicos de nuestro organismo, a través del sistema autonómico, donde el hipotálamo juega un papel esencial. El hipotálamo cerebral forma parte del sistema límbico (cerebro visceral) y transfiere los mensajes que recibe a la glándula pituitaria, la cual modula las funciones endocrinas a través de las demás glándulas, con miras al auto mantenimiento del organismo. Procesa el estrés y la depresión, tanto la endógena (producida por nuestros pensamientos) como la exógena (producida por causas externas, como el ruido y el medio ambiente).

Aprendiendo a estimular conscientemente a nuestro hipotálamo, a través de imágenes directamente dirigidas a su centro vital, podemos poner a funcionar correctamente nuestro sistema inmunológico y hacer que éste se ponga en movimiento contra cualquier célula cancerosa que pretenda desarrollarse en nuestro cuerpo. De hecho, siempre tenemos células cancerosas en nuestro cuerpo.

En el caso de que nuestro organismo se encuentre deprimido, por causas ambientales o deficiencias nutricionales, la proliferación de células cancerosas (radicales libres), de acuerdo a nuestro código genético hereditario, que puede convertirse en nuestro peor enemigo. Una supresión del sistema inmunológico puede degenerar en un tumor canceroso, sobre todo cuando el sistema celular se desbalancea hasta crear una reproducción descontrolada de células cancerosas que invaden a otros órganos de nuestro cuerpo (metástasis).

De ahí que una de las técnicas del Dr. Simonton sea la de trabajar directamente sobre el sistema límbico, a través de imágenes repetidas sistemáticamente, haciendo que éste se convierta en una herramienta para la defensa de nuestras células.

Activando el área del hipotálamo a través de imágenes positivas se crea un estado de “feed-back” (retroalimentación) a nivel cibernético (imágenes) que redundan en beneficio hormonal integral para todo el organismo, minimizando la invasión de gérmenes patológicos que debiliten a nuestras células y destruyan nuestras defensas (leucocitos).

El crear imágenes sistemáticas, controladas por nosotros mismos (y no desde afuera, como se hace con los conejillos de Indias) es la primera línea de defensa para nuestra salud integral.

En una traducción libre del salmo 46:10 podemos leer: “Aquieta tus pensamientos y convéncete de que Yo Soy dentro de tí”.