En estos días en que el nuevo gobierno llegó al poder se ha hablado mucho de equidad.

De que este es un solo sistema educativo y de que no se acrecentaran las brechas entre ambos sectores.

Es muy importante que definamos ambos términos y que los pongamos en el contexto educativo. Equidad es dar a todos lo que necesiten para ser exitosos. La igualdad es tratar a todos de la misma manera.

Estos términos aplicados a la educación se traducen a las siguientes prácticas: Equidad es dar a los estudiantes todos los apoyos que requieran, extender los horarios, adecuar a las necesidades de cada uno para que logren llegar a los objetivos propuestos del grado, con maestros que reconozcan, asuman y sean conscientes de que todos los estudiantes son diferentes, tienen experiencias previas, destrezas y habilidades diversas, las cuales son tomadas en cuenta al momento de enseñar.

La igualdad, en cambio, es dar a todos lo mismo sin tomar en cuenta lo que saben, lo que son capaces de hacer. Igualdad es otorgar las mismas oportunidades y esto se logra ofertando dispositivos, conectividad inalámbrica y maestros de calidad a todos los estudiantes.

Es muy importante que las nuevas autoridades entiendan que la brecha existente entre los estudiantes de los sectores público y privado no se cierra ni se minimiza coartando el derecho a la educación que tienen los chicos del sector privado, porque el sector público no está listo para iniciar ahora. No es equidad que esos alumnos del  sector privado tengan que esperar a  noviembre para empezar un año que pudiese iniciar de inmediato y terminar en el tiempo previsto.

Es equidad que se provea al sector público de dispositivos y de conectividad, que inicien en noviembre y concluyan 45 días más tarde. Es equidad que se utilice la tanda extendida para reforzar las áreas de lecto-escritura y matemáticas. Es equidad que se asuma a cada alumno en el punto en que se encuentra y que se haga todo lo posible por elevar su grado de aprendizaje hasta obtener su nivelación.

El caso de la educación pública y privada es igual que el de las clínicas y los hospitales. Ambos prestan un servicio. Las diferencias entre los dos sectores, público y privado, es que en uno se ofrece un servicio gratuito y en otro el servicio es contratado.

Como prestadores de un servicio contratado, los colegios privados tienen un compromiso con sus clientes que debe honrarse. A  menos que,  partiendo del principio de equidad, el Ministerio de Educación asuma los pagos de nómina y otros gastos operativos de los colegios de la misma manera que lo hace con el sector público.

El nuevo plan de educación 2020 -2021 da una respuesta al sector público, de manera valiente, responsable y pertinente.  Se vislumbra luz en el camino. Hoy el nuevo gobierno ha asumido un compromiso con la educación de nuestros niños y adolescentes.  Finalmente, el sector público estará dotado de tecnología y herramientas que enriquezcan la  experiencia educativa del estudiantado. Finalmente, los maestros serán entrenados y  provistos de los innumerables recursos disponibles para llevar experiencias de aprendizaje variadas, pertinentes y actualizadas a nuestros estudiantes.

Si la educación es de todos y para todos, en sus heroicos y titánicos esfuerzos de guiarnos en esta tormenta y establecer soluciones remediales y sostenibles,  por favor, dirijan sus ojos por igual a los niños y adolescentes del sector privado, ellos también tienen su historia, están cargados de los mismos miedos y temores, anhelos y esperanzas.  Irónicamente, pueden quedar  atrapados en la posibilidad de no poder continuar su proceso, por una condición que lejos de apoyarlos, corre el alto riesgo de penalizarlos y hasta juzgarlos…No podemos buscar estandarizar aprendizajes cuando todos somos seres que aprendemos distinto, pero sí podemos garantizar que la equidad se cumpla conforme a las oportunidades de la vida, hasta el momento adecuado en que todos podamos disfrutar de una educación sin brechas, puentes, ni abismos.