Recientemente, el Instituto Cooperativo de Desarrollo de Ahorro y Crédito y la Procuraduría Fiscal del Distrito nacional, desde la Unidad de Análisis Financiero de la Fiscalía, firmaron un importante acuerdo, donde ambas instancias se comprometen a dar seguimiento y establecer niveles de supervisión y de control en los movimientos financieros que se ejecutan día a día, mes por mes y año por año, en las cooperativas nacionales, donde ya hay un movimiento de más de 100 mil millones de pesos al año que fluyen dentro del sistema cooperativo nacional, sin que, hasta la fecha, ningún organismo gubernamental mantenga el control, ni la vigilancia de su origen, ni de su movilidad en los espacios financieros de negocios y de transacciones financieras desde las cooperativas.
Ese acuerdo entre el IDECOOP y esa Unidad de Análisis Financiero de la Fiscalía del Distrito, es un inicio loable que marca un antecedente para que el sistema cooperativo nacional se vaya saneando, hasta llevarlo a estándares aceptables de transparencia en sus nichos financieros.
Hay cooperativas nacionales que en sus carteras de certificados financieros, otorgan ganancias de hasta un 14%, al doble del que paga la banca nacional, y nadie cuestiona el por qué sucede esa incongruencia en esas cooperativas. Como si su base financiera fuese mayor que la banca nacional, jugando un papel desleal dentro del circuito financiero nacional, y ningún organismo financiero del Estado, ni de la Seguridad Nacional, los vigila, por lo que actúan atropellando a todo el que los cuestione o les pida transparencia en su funcionamiento administrativo y gerencial. Ha llegado el momento de ponerles un stop a esos "Macabones de la Terra Nostra" que hoy parecen adueñarse de nuestras cooperativas, sin que la justicia o algún organismo de supervisión los detenga.
Conozco el caso de la Cooperativa de Profesores y Profesionales Universitarios, Inc., (COOPROUNI), donde, tal vez, sea conveniente implementar los postulados del acuerdo entre la Fiscalía del Distrito y el IDECOOP, porque mientras más transparencia exista en el sistema cooperativo nacional, más eficiencia y confianza se puede generar dentro de nuestro universo cooperativo nacional.
Esperamos que actúen sin que prevalezca la compra de conciencia, lo cual es común en sujetos que conviven como si fuesen asociaciones de malhechores, confesos actores de lo ilícito que tienen gran poder de compra, dentro del mercado persa de la inmoralidad y lo antiético.
De manera muy particular, saludo ese acuerdo de supervisión financiera, porque surge justo en el momento en que le he dirigido una carta pública al ingeniero Julio Mariñez, Presidente-Administrador del IDECOOP, donde le sugiero abrir un debate público sobre la supervisión del sistema cooperativo nacional, llamado que obtuvo el apoyo público del reconocido cooperativista y profesor meritísimo de la UASD, Dr. Luciano Castillo Domínguez, quien procura que se incluya en el debate el problema educativo de las cooperativas.
También el intelectual y abogado cooperativista, doctor David La Hoz, ya había publicado en un periódico digital nacional su posición sobre abusos laborales y violaciones a ley 127-64 que suceden en algunas cooperativas, como sucedió en la COOPROUNI, por lo que ha sido demandada, junto al Gerente General, por violación de contrato y daños y perjuicios en nuestra contra, ventilándose actualmente ese problema jurídico en la Cuarta Sala de lo Civil y Comercial del Distrito Nacional, caso #037-2016-00746, contra el Consejo de Administración de la COOPROUNI, contra ella misma y contra la persona física y particular del Gerente General de esa cooperativa, el señor Álvaro Vargas Lembert. Ese caso ya está en la fase final, en espera del fallo de la honorable jueza a cargo de tan importante litigio jurídico de la Cuarta Sala de lo Civil y Comercial del Distrito Nacional. Nada más de esa manera podrán acabarse los abusos por parte de gentes que han convertido a las cooperativas en "empresas familiares", en sus fincas financieras y, nadie les pone el frente con coraje, hasta hacerles entender que son unos simples mortales empleados y que las cooperativas no son herencias de sus familiares y asociados.
La justicia dominicana no puede seguir apañando tropelías que atentan contra derechos adquiridos de los sujetos y que vulneran el debido proceso. Ha llegado el momento de poner el ojo en todas las entidades financieras que no están bajo el control de la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, como es el caso de las cooperativas, donde una gran mayoría actúa sin la menor supervisión y donde los Consejos de Vigilancia, actúan confabulados con los desmanes de algunos dirigentes mal llamados "cooperativistas".
Teniendo en cuenta esos vacíos dentro del Sistema Cooperativo Nacional, es que, en artículos anteriores, publicados en este importante espacio periodístico electrónico de acento.com, he propugnado porque el gobierno central presente ante el Congreso Nacional, la propuesta de convertir al IDECOOP en la Superintendencia de las Cooperativas de la República Dominicana. Para que se acabe ese relajo financiero que hoy camina de manera atropellante, sin control y sin la debida supervisión que amerita y evitar que pueda ser convertido en un colador para el blanqueo o lavado de dinero y el posible financiamiento del terrorismo, procedente de cualquier forma de negocio ilegal en nuestro país y del bajo mundo de los ilícitos a nivel internacional.
Lo primero que ese acuerdo entre la Unidad de Análisis Financiero de la Fiscalía del Distrito Nacional y el IDECOOP debe hacer, es investigar la procedencia de los fondos de los certificados financieros que han llegado a esas cooperativas y buscar de dónde proceden? Cuál es el porcentaje recibido al mes? Quiénes son sus dueños? Sus entradas financieras? Cuál es su perfil ético y moral como sujetos sociales? Sin dejar de investigar el perfil de los custodias y responsables de ese dinero que entra y sale en nuestras cooperativas y estudiar su hoja de
vida, especialmente a los gerentes generales y a los auditores internos, porque pueden ser vulgares ladrones con aires de aristócratas.
Saludo ese acuerdo entre el IDECOOP y la Sección de Análisis Financiero de la Fiscalía del Distrito Nacional. Hay que supervisar y seguir los pasos de esa gente sin escrúpulos (autores que posiblemente han sido sancionados por ilícitos "comprobados" con y sin persecuciones penales) que hoy invaden, corroen y vician el Sistema Cooperativo Nacional, usando a las cooperativas como posibles fuentes de lavado de activos o para "blanquear" dinero. Llegó el momento de sanear el cooperativismo nacional, hasta convertir al IDECOOP en una Superintendencia de las Cooperativas Dominicanas.