Santo Domingo.- Hace unos días conversaba sobre diversos temas con mi amigo Marcelino Vargas Brito, abogado, quien me comentó las muchas pequeñas cosas que se pueden hacer en nuestro país para la buena convivencia de los ciudadanos, comenzando por las familias.
En ese sentido, me dijo que cerca de nuestra capital, Santo Domingo, existen varios balnearios de gran belleza donde cualquier ciudadano puede disfrutar, citándome entre ellos los existentes en Manoguayabo, La Cuaba y en el kilómetro 40 de la autopista Duarte, entre otros, todos con una belleza y tranquilidad incomparables.
Sin embargo, muchos temen ir a ellos porque los delincuentes siempre están al acecho, para forzar las puertas de los vehículos y robar lo que haya en ellos, cuando no para asaltar a los propietarios que pretendían disfrutar de un baño tranquilo.
La idea de mi amigo consiste en que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales ponga en práctica un plan piloto, estableciendo un área de esos balnearios en la que se instale una caseta con militares, que obliguen a quienes vayan a bañarse a que entreguen sus armas, si las tienen, como el correspondiente recibo, como se hace en La Toma, de San Cristóbal, hasta que salgan y se las devuelvan.
Pero no solamente eso, sino que Medio Ambiente instale sanitarios móviles con vigilancia, para que los bañistas los usen y no tengan que defecar en el balneario, contaminándolo.
Como una forma de recuperar la inversión, Medio Ambiente podría cobrar, digamos cien pesos por la entrada de cada persona o familia, sugerencia que puede ser modificada.
Incluso, y esta es una idea del autor de este artículo, Medio Ambiente podría otorgar un permiso para que determinados pequeños negociantes se instalen en las afueras de la entrada a esos balnearios, cumpliendo las reglas de higiene establecidas por las leyes y también cobrándoles alguna modesta suma por estar beneficiándose de un sitio turístico de carácter interno o externo.
El doctor Marcelino Brito y yo coincidimos en que si Medio Ambiente se anima, podríamos colaborar de alguna manera, para que ese plan piloto se convierta en un ejemplo que podría ser multiplicado a otros lugares del país, donde hay balnearios excelentes, pero a los cuales la gente no se atreve a ir por la delincuencia que trata de doblegarnos, algo inaceptable.
En vista de que el Ministro de Medio Ambiente, Bautista Rojas Gómez, es un hombre receptivo y tiene gran responsabilidad de proteger nuestros recursos naturales, creemos que esta sería una forma para que los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país disfruten con sus familias, al mismo tiempo que adquieran conciencia de la necesidad de protegerlos.
Otra idea que se me ocurre y que fue expuesta a la Secretaría de Medio Ambiente, hoy Ministerio, cuando el doctor Frank Moya Pons era su titular (2001-204), consiste en solicitarle al Consejo Estatal del Azúcar (CEA) que ceda a ese Ministerio, en dación de uso, una lomita que hay en la parcela 94 frente a la Zona Franca de Hato Nuevo, cerca de Palavé, para sembrar allí árboles de diferentes especies en peligro de extinción, tal como hizo la Fundación Progressio en el pequeño parque próximo a Corazones Unidos, una idea del ciudadano dominico-alemán Alfredo Vorshim.
En la falda de esa lomita, Medio Ambiente podría construir una modesta instalación que sirva como área de información y servicios sanitarios, a ser utilizados por los visitantes, principalmente estudiantes de diversas escuelas que así aprenderían a conocer mejor nuestros recursos naturales. Un sistema de vigilancia también sería necesario.
Creemos que nada se pierde si Medio Ambiente pone en práctica estas sugerencias, orientadas hacia la educación y a proporcionar a las familias espacios de esparcimiento, con la seguridad apropiada.