El uso  prolongado de la ropa  de vestir que al ponerse vieja se convierte  en trapo es lo que permitió  durante el último siglo de la época medieval   la fabricación masiva del papel  a bajo costo.

Papel  que fue útil para imprimir libros y también para hacer dibujos.

Muchos siglos  atrás los egipcios utilizaron para sus ideogramas las  conocidas láminas de origen vegetal llamadas Papiros.

Antes  del uso del papel se utilizó en Europa  el Pergamino   elaborado en piel de cabra.

Aunque ya en el siglo II de la era cristiana los chinos fabricaban papel con paja de arroz y residuos de cáñamo.  Después fue  que los árabes lo llevaron a España y desde allí se introdujo en Europa.

El papel es el soporte adecuado para la ejecución de la aguada que es el dibujo sombreado con tinta negra   la que mezclada en distintos grados con  agua determina los  tonos que necesita el artista para la ejecución de sus obras.

Llamadas aguadas en Europa  fue popularizada  en china  y antes  en el Japón con el nombre de “Sumi-e”.

En  nuestros tiempos seguimos llamando como tinta china aquella  que es hasta cierto punto indeleble. Tinta que los chinos lograron en sus orígenes mezclando negro de humo y goma con algún aglutinante.

Es decir que la coincidencia del descubrimiento del papel y de la tinta fue decisiva para le ejecución de las aguadas que hoy conocemos y que  después dieron como consecuencia  las técnicas de la Acuarela.