El perro sabe, pero no sabe que sabe.

Pierre Teilhard De Chardin.

Todo lo motiva y se resume en el estado de desgana que se apoderan de uno, que apaga esa llama que todo lo mueve….Hasta los pensamientos, llamada por algunos deseo. Esa lentitud me lleva a un estado de apatía casi comparable a lo que deberían sentir los objetos materiales a los que las leyes de la inercia someten a una existencia quieta, pasiva, inanimada y hasta cierto punto sombría, pues existen y permanecen eternamente en ese estado que no le permite relacionarse con su entorno y con la demás materia que compone el universo, solo permanecen estáticos y el ambiente se encarga de transformarlos e ir involucrándolos en los ciclos que rigen a toda la materia primigenia.

Dios es un ser escaso tiempo, solo ha podido accionar y condicionar su creación en dos oportunidades: Cuando creo la vida y cuando la hizo consciente de si misma, luego se fue a descansar, el dia séptimo, en el cual estamos todavía y parece que no se acabará por ahora; debido a que Dios solo aprendió a contar desde cero hasta siete y por eso nos dijo a través de su hijo que perdonáramos solo setenta veces siete.

A Dios le hace falta tiempo para aprender matemáticas y otras cosas que lo harían perder la concentración que Él tiene sobre el todo y sobre sí mismo, por eso El no Divaga, pues sería poner a los pensamientos a ejercer el libre albedrío sobre ellos mismos y aunque se manifiestan realidades absurdas, a veces, son dignas de tomarse en cuenta, pues proceden de la segunda impronta de Dios sobre su creación, tener consciencia de uno mismo o lo que es lo mismo la mente, lo que nos desanimaliza. Los pensamientos son organizados o desorganizados por un órgano llamado cerebro que se cree  hecho a imagen y semejanza de Él y por lo tanto se piensa a si mismo autónomo, eso lo hace que esté permanentemente entreteniéndose con el azar, pero en definitiva hoy me niego a escribir y por lo tanto no escribiré….solo viviré libremente como los pensamientos….