El no temerle a la muerte,

No es lo mismo que no

Aferrarse a la vida.

Hoy es un día de esos sin tema alguno, un día más vacío que la propia nada. Repleto de circos y payasos sin gracia, repetitivos, aburridos y como todo lo que es farandulero, de pura falsía. Es un día que no llama ni dice nada, que muy a pesar de todo nos hace reflexionar sobre el dicho de que como el miedo es el mejor freno contra la imprudencia y la osadía, busquemos guarecernos en un lugar bien seguro desde donde se vea correr la avalancha de lodo repleta de todo tipo de cosas, incluyendo la vergüenza, en un devastador desplazamiento hacia un incierto destino.

Hoy quizás solo sea callar y observar. Tal vez pensar en las desilusiones de muchos y las frustraciones de otros tantos, que se llegaron a creer en verdad el cuento de que serían llamados a la mesa del señor. Hoy, hasta bien nos haría pensar en lo dicho por Carla Bruni de que todo se trata del viaje y no del destino. Si, volver dentro de un mes a la campaña electoral y proseguir como hasta ahora, empeñados llevando a cabo todo lo contrario a lo que  expresa un sabio proverbio japonés el cual aconseja arreglar la falta y no perder el tiempo detrás de la culpa.

Hoy se escuchara de todo, ya que tenemos una serie de resentidos políticos que nunca han podido siquiera dirigir su propio hogar pero que lo critican todo, y pena de aquel que sobresalga o triunfe en buena lid en cualquier actividad de la vida, porque enseguida son víctimas de los más indecentes calificativos, porque la envidia junto a sus fracasos le corroen hasta el alma. El triunfo ajeno les he peor que beber la cicuta y no precisamente por ser incultos, analfabetos o pobres, que de por si son más susceptibles a ser acosados por este enfermedad, sino por ser las peores lacras burguesas, teóricos disfuncionales, acomplejados y enemigos acérrimos de los triunfadores.

Hoy es el mejor día para hacer una retrospectiva de todo cuanto hemos escuchado y visto en estos últimos cuatro años de campaña electoral… ¡Si, cuatro! De cómo los hemos vivido de percepción en percepción, todas falsas según nos han hecho creer los dirigentes políticos que cuales niños nos han conducido hacia donde han querido sin que hayamos hecho el menor esfuerzo por escapar de ese engrandecimiento de puro crecimiento económico, digamos hasta exótico, que por medio de un lenguaje cínico y cobarde nos lo han estrujado, nos lo han untado desde la punta de los pies hasta la última raíz de los cabellos, tanto así, que hoy es buen día para olernos un poco, ya que creo hedemos, con nuestra cobardía, a pura materia fecal.

Hoy, precisamente hoy es buen día para darnos cuenta de que hemos estado y vivimos encerrados dentro de una peligrosa nube  por demás, quizás sin mucho exagerar, hasta se podría creer que en un agujero negro, al cual hemos sido transportados por medio del hipnotismo de un lenguaje cínico y ramplón de un grupo de políticos cuyo mayor mérito ha sido autoproclamarse “honorables”. No j….s

Hoy es un buen día para hacernos un autoanálisis, para reconocer que nuestra peor estulticia siempre ha sido la tozudez para dejarnos engañar una y otra vez, a ni siquiera pretender aprender a menos que no sea bajo presión o como dicen en el campo, a puro palo.

Hoy, al fin y al cabo, tenemos que reconocer que vivimos en el país de Alí Babá, dispersos en acción y pensamiento como si hubieran tenido como  residencia inicial la Torre de Babel. Mil voces hablando en apariencia lo mismo pero sin que nadie se entienda. Nuestra economía se ríe de las demás enseñándoles su falta de dentadura pero, hay que hacer reforma fiscal porque todo lo que se hace es en base al “fiao”, ya que   dinero no hay. Bien, digamos hoy, aleluya, porque al menos hoy no habrá caravana. ¡Si señor!