Uno de los elementos vitales que hay que asumir en la renovación de la democracia es todo lo relativo al empleo, no solo como fuente para la satisfacción de las necesidades básicas, para el logro de las condiciones materiales de existencia, sino como signo de realización de integralidad humana. El empleo constituye el fruto y la expresión de la resonancia de la autonomía en un ser humano.

Como sociedad, requerimos de un mayor y mejor compromiso con el empleo, pues a decir verdad este importante fenómeno social toca todas las necesidades de que nos hablara Abraham Maslow en su teoría de la jerarquía de las necesidades, que hilvanó en 5: Primaria, Secundaria, de Afectos, Autoestima y de Autorrealización. Toda la construcción del ser humano, desde que llega a la primera juventud hasta cuasi el epílogo de su vida, atraviesa por la necesidad de un empleo; por ello, éste es parte de los 4 roles fundamentales de la persona: Rol Ocupacional; el cual, en gran medida hace posible los demás.

Llega a formar el empleo un elemento tan nodal, tan significativo para la existencia de la naturaleza humana, que en algunos países donde se alcanzó el Bienestar Social la desvinculación del trabajador, del empleado, vía la pensión/jubilación, que era a una determinada edad (60–65 años), se dejó a merced de las condiciones de cada quien. Después de 40–45 años de trabajo continuo la separación implicaba un trauma y un drama humano.

Fue así como en los países desarrollados comenzó a hablarse de la Administración del Ocio, de qué hacer con aquellas generaciones que habían aportado tanto para la construcción de sus sociedades, del pasado y del presente, pero que ellos ya no podían aportar como otrora lo hacían. ¡Pasamos a un gran dilema social! Sobre todo, que el ritmo de la longevidad, de la esperanza de vida, del avance de la tecnología médica, de la calidad de vida había mejorado extraordinariamente en los últimos 30 años.

Muchos se suicidaron  al “considerar” que ya no eran útiles para la sociedad y a nivel familiar se encontraban en el segmento de Nido Vacío II, que significa que se encontraban solos, pues los hijos ya se habían ido al construir sus familias y las esposas desaparecieron físicamente. Encontrarse en ese vacío no solo los turbaba, sino que los desaliñaba como ente social. ¡Así es el empleo de importante, tanto en la sociedad moderna, como postmoderna! Si vemos el peldaño social en que se encuentran: España, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda, con respecto a la crisis económica y el empleo, vamos a encontrar como los indicadores sociales: Suicidio, homicidios, migraciones han crecido al final de estos 6 años.

¡El empleo es la llave del ser humano para su realización y para la expansión de sus capacidades, de su crecimiento, de su desarrollo sostenible de una sociedad! Por ello, el sector privado (los empresarios) y el sector público tienen que visualizar el empleo desde una perspectiva con sinergia creativa. El Poder Ejecutivo enfatizando, mejorando y desarrollando la Efectividad Gubernamental y la Calidad Regulatoria y el Estado de Derecho. La Efectividad Gubernamental mide la competencia de la burocracia y la calidad de la prestación de servicios públicos. La Calidad Regulatoria mide la incidencia de políticas hostiles al mercado; y el Estado de Derecho mide la calidad del cumplimiento de contratos, el respeto a las reglas del juego establecidas, así como la estabilidad en el tiempo, para no generar incertidumbre en los actores económicos. Allí, donde existen reglas de juego iguales para todos, sin privilegios, sin discrecionalidad, sin discriminación, con una verdadera transparencia.

Esta sinergia creativa que se amerita en estos tiempos, tiene que ser sobre la base de un compromiso, de un nuevo pacto, de un contrato social, que tenga como eje esencial, coadyuvar a la construcción de una sociedad más incluyente, más proactiva en los alcances económicos sociales; sin poses ni excusas. La voluntad para todos los actores ha de ser el puente que logre articular el camino necesario de esa esperanza renovada; para no seguir teniendo en nuestra sociedad, como consecuencia de la desigualdad y la mala distribución de la riqueza, indicadores sociales que más que abrumar, avergüenzan:

  1. Mortalidad infantil 26/1000.
  2. Mortalidad Materna: 106/100,000; donde un 80% de las muertes son evitables y el 99% de las mujeres son asistidas institucionalmente.
  3. Acceso a fuentes de agua potable: 87%. Esto significa que alrededor de Un Millón y medio de dominicanos están exentos de éste importante líquido.
  4. Acceso a servicios de saneamiento: 83%; quedando en la más penosa vulnerabilidad alrededor de 2 Millones de dominicanos.
  5. Tasa de Fecundidad: Mide el numero de hijos por mujer: 2,48.
  6. Tasa de Natalidad, que mide el número de nacidos por cada 1000 habitantes: 21,1.
  7. Esperanza de vida, esto es, la longevidad: Hombres: 70.16. Mujer: 76.44.
  8. Índice de Desarrollo Humano: 0.702
  9. Embarazos en niñas y adolescentes: 22%. De cada 100 mujeres embarazadas, 22 son niñas y adolescentes.
  10. Solo el 21% de los hogares dominicanos tienen aguas residuales.

Sin embargo, tenemos un PIB percápita de U$10,500 Dólares, esto es, somos un país con una renta media alta, muy por encima de varios países de la región; empero, con indicadores peores, en detrimento de nuestros conciudadanos; destruyendo el bienestar social, la calidad de vida y el horizonte de un proyecto de vida, de familia, de sociedad más halagüeño.

Tenemos que asumir aquella frase lapidaria de Keynes, cuando decía “Es mejor estar aproximadamente en lo cierto que exactamente equivocado”. La sinergia de la creatividad es mancomunar los mejores esfuerzos de la sociedad (Sector Privado, Sector Público); donde desde el Poder Ejecutivo se actúe como Estadista no como un telepresidente, para que puedan tomar decisiones más allá de la pantalla chica y la “frescura” del populismo. El sector privado, entendiendo su  razón de ser y su naturaleza, ha de asumir una ciudadanía corporativa, con mayor responsabilidad social, de cara al presente y al futuro. Los empleadores han de internalizar que “el nuevo orden es la competitividad de la empresa en la causa de la calidad y la productividad de las personas”.

De lo que se trata es de cómo aunamos una visión sistémica y la consecución de sinergias para mejorar, desarrollar y potencializar todo el caudal de recursos, tangibles e intangibles, que hay en la sociedad para ponerlas a funcionar.

Todo el establishment tiene que moverse a una mayor velocidad, en el entendido de que lo que existe actualmente no está respondiendo de manera armónica al conjunto de la sociedad. El grado de cohesión social, lejos de aumentar positivamente, se está agrietando y con ello nuevas ventanas que propiciarán saltos de perplejidad e incertidumbre.

 

En esta sociedad del conocimiento, tenemos que abonar a la información, empero, al mismo tiempo trascendiéndola; porque información y conocimiento no es lo mismo. El conocimiento es la información interpretada; o, como diría Daniel Innerarity en su libro La Democracia del conocimiento “No es lo mismo información y conocimiento. E incluso la información puede impedir el conocimiento. De entrada, porque nuevas informaciones no conducen necesariamente a nuevo saber. Una información solo se transforma en conocimiento cuando es convenientemente procesada, cuando se usa para hacer comparaciones sacar consecuencia y establecer conexiones. El conocimiento puede entenderse como la información que es acompañada por experiencia, juicio, intuición y valores….”.

Ello nos conduce inevitablemente a un conocimiento de la sociedad y la democracia para entender el horizonte del empleo y la necesidad de construir una verdadera sinergia creativa, definida ésta última “como la capacidad de modificar nuestras expectativas cuando la realidad las desmiente en lugar de insistir en decirle a la realidad lo que ésta debería ser”. ¡Caminemos ya, armados de una renovación de creatividad, con sinergia! ¡El empleo es fundamental para la autoestima y el espacio psicológico del ser humano!