HORCÓN

De nuevo se trae a estas apuntaciones una voz que no ha recibido el reconocimiento que merece en los lexicones del español dominicano. Desde el principio debe quedar claro que este horcón no es el “madero vertical, terminado en forma de uve, que sostiene las vigas en la construcción”. Diccionario del español dominicano (2013:373). La uve de la definición es la terminación de la parte superior. Tampoco es ese madero rústico en las esquinas que sirve en las empalizadas rurales para darles estabilidad.

El horcón de esta sección tiene relación con la actividad de coser. Un horcón es una aguja gruesa. Algunas personas puede que no reconozcan esta voz, pero puede asegurarse que es, o, era de uso en el suroeste del país dominicano.

Al escribir “aguja gruesa”, queda evidenciada la relación entre este horcón y el anterior de las construcciones, pues esa viga era generalmente gruesa para resistir el peso que sostenía.

Así como esta voz puede estar cayendo en desuso en el español dominicano de todos los días, así mismo hay muchas otras voces que paulatinamente se irán incorporando a estos comentarios acerca del lenguaje.

Hay que tomar nota de este horcón que no figura en los diccionarios usuales del español dominicano.

TEXTURIZAR

“. . .como si TEXTURIZAR y *ALIZAR el pelo no terminaran en el mismo resultado”.

En la frase transcrita se detectan dos asuntos diferentes. Uno es una ampliación semántica de un verbo y el otro es una fineza ortográfica.

Con respecto al primero, el verbo texturizar, en los diccionarios consultados solo se refiere esta acción a tejidos. El diccionario de las Academias cuando se refiere al verbo texturizar se refiere a este de esta manera, “Tratar los hilos de fibras sintéticas para darles buenas propiedades textiles”. El verbo “tratar” en este contexto hay que aceptarlo en tanto someter una cosa a la acción de una sustancia para mejorarla.

Se escribió más arriba que era una ampliación del significado primario, pues el cabello no es una fibra sintética, sin embargo, lo que se persigue son los tratamientos mediante químicos es lograr que el cabello luzca mejor, esto es, que muestre sus mejores propiedades.

En el uso del español se ha escuchado que este texturizar se reduce a conseguir que el pelo adquiera más volumen, que se vea más robusto, más abundante, que tenga más cuerpo; que se vea más ligero y suave. 

No ha de olvidarse que las peluqueras y especialistas dominicanas en el tratamiento del cabello son muy exitosas, pues consiguen que este aparente más bello y natural.

Una parte de los tratamientos que las “estilistas” dominicanas aplican con mayor éxito es el del alisado del pelo; esto es, darle al pelo la apariencia de que es liso, lacio. Escribir este alisar con una zeta /z/ es hacerlo muy fino, pues en realidad este verbo lleva una ese /s/ que forma parte de liso también.

ENTREDICHO – ENTRE DICHO

“. . .sin que esto suponga poner en ENTRE DICHO su grandeza como nación. . .”

En los últimos tiempos se ha observado que al escribir algunos redactores separan palabras que deben ir juntas; sobre todo cuando en la forma de ellas interviene una preposición.

Ya se ha señalado que esto denota falta de cultura, pues quien en este error incurre lee poco o no pone atención a lo que lee y no se percata de que esas palabras constan de dos elementos unidos.

Otro elemento que contribuye al error es que en el habla corriente la elocución del vocablo se emite de igual manera si consta de dos palabras como si consta de una sola.

El vocablo entredicho deriva del latín interdicere, que en esa lengua era una sola palabra y lo hizo pasando por interdictum, interdictus, de donde al llegar al español es normal que lo hiciera en una sola palabra también.   

Poner en entredicho es “dudar de la palabra, integridad, actitud, u honor de una persona o de la veracidad de una cosa”. Así está redactado en el Gran diccionario de la lengua española de la Editorial Larousse.

JEEP

“. . .El JEEP marca Chevrolet modelo Tahoe. . .”

Son muchas las explicaciones que se han publicado acerca de la palabra del título. Los dominicanos conocen los vehículos denominados con este nombre desde antes de la segunda mitad del siglo XX.

La teoría más socorrida acerca del nombre es que este proviene de las iniciales G. P. que en inglés leídas de forma corrida sería algo parecido a yipi. En inglés americano esas iniciales se toman por vehículo General Purpose, palabras que trasladadas al español puede ser “para todo uso”, que en la actualidad se toma por “todo terreno”.

Como se trata de un nombre creado en un país de lengua diferente al español, los dominicanos tuvieron dificultad al elegir. Elegir entre pronunciarlo a la manera del español con la jota /j/ aspirada o imitando la pronunciación del inglés con un sonido que no tiene el español.

La solución de los hablantes del español dominicano fue la misma que se produjo en otros países de habla hispana donde leyeron o enunciaron el nombre del vehículo de una manera muy sencilla y ajustada al español, yip.

Cuando este tipo de vehículo se fabricó de mayor tamaño y más lujoso, el hablante del español dominicano entendió que ese nombre, yip, no era ya adecuado y procedió a bautizar los nuevos modelos con el nombre de yipeta, y así quedó.

El Diccionario del español dominicano (2013:710) entiende que una yipeta es un “Vehículo ligero, generalmente de cuatro ruedas motrices, todoterreno”. En la actualidad la denominación yipeta se ha liberalizado y se aplica no solamente a los vehículos de tracción en las cuatro ruedas. Más bien se usa para denominar un vehículo grande, con la carrocería más alta que los sedanes. La última cualidad le permite vadear mejor las frecuentes acumulaciones de agua en calles y carreteras. Las yipetas modernas son en su mayoría vehículos de lujo que transmiten un mensaje de condición económica holgada.

ENLATADO

“. . . no hay soluciones ENLATADAS. . .”

En las lenguas hay fenómenos que se repiten de modo constante. Uno de ellos es que algunos verbos, sustantivos y adjetivos amplían su campo de acción. Algunas veces esta extensión se produce al llevar el sentido primitivo al sentido figurado.

Enlatar es meter algo en lata. Los productos que están enlatados son los que han sido preparados de antemano. A la mayoría de estos productos se les añade productos químicos para preservarlos. El sentido común ha dictado que lo que se presenta enlatado no es fresco, no es acabado de hacer, coger o suceder.

De la última idea expuesta se desprendió que los programas o reportajes audiovisuales que se graban antes de su emisión, así como el material periodístico de archivo se consideran “enlatados”.

No es raro que una vez que un vocablo ensancha su alcance semántico continúe por esa senda ampliando su cobertura a áreas aledañas.

Esto que se ha descrito más arriba es lo que ha sucedido con el adjetivo del título. Pero no hay que precipitarse porque si bien es cierto que hay una metáfora en esta extensión del sentido fundamental, no es menos cierto que en otra lengua el fenómeno existe también.

En inglés canned es grabado o preparado con anticipación, sobre todo elaborado para una vasta distribución, sin originalidad, producido para consumo masivo. Ese adjetivo se incorporó con esa acepción al inglés en el año 1904. Es muy probable que con la influencia del inglés se haya deslizado al español.

Como puede comprobarse en la cita, se trata ya de “soluciones enlatadas”, vale decir, dispuestas con antelación; no se limita ya a reportajes periodísticos o programas audiovisuales, va más allá, hasta dudas, dificultades o problemas.