Cuando las instituciones apestan,
Todo el gobierno hiede.
La pasada semana hablamos sobre la necesidad de que el “nuevo” gobierno comenzara a cumplir con las promesas de campaña y señalamos que sería interesante el iniciar ese proceso por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Exprese esto, porque ningún Estado subsiste sin la fuerza para hacer cumplir las leyes y las más elementales reglas de convivencia entre los seres humanos.
El sistema disciplinario hace años que esta por el suelo. La falta de entrenamiento se ha convertido en una regla que se trata de manejar solo mediáticamente, disfrazando el irrespeto hasta en falsos protagonismos, muchos “reconocimientos” y vulgares acciones cívicas. No se la razón pero, al decir esto me recuerda mucho la farandulera administración del destutanado ex-Sindico del Distrito Nacional.
Y este problema ya paso de adolescente a mayor de edad. Los mandos militares les temen como el diablo a la cruz a los políticos y más si son “honorables”, ante quienes se muestran solícitos y complacientes para asignarle personal que en muchas ocasiones son civiles, compañeritos “enganchados” y asignados para su protección personal. La gran pregunta sería, cuestionar el por qué los Políticos, Poder Judicial y el Legislativo, en vez de convertir los militares en civiles “serviles” no crean sus propios Cuerpos de seguridad, aun sean entrenados por las FF.AA. y dejan a los militares en sus tareas orgánicas. Quizás sea más llamativo y les llene más su ego que sea un uniformado militar y más si es Oficial Superior o General el que le abra todas las puertas por donde entra y sale… ¡Si, quizás podría ser!
Pero si eso es malo, peor es ver militares de todos los rangos haciendo las veces de Guardianes en aparcamientos privados y hasta en edificios que cuentan con su guachimán pero, una vez cualquiera de sus inquilinos llega a ser funcionario se le adiciona un militar. Y qué decir de todos aquellos militares y policías que se encuentran en la mayoría de nuestros bancos comerciales y que además tienen sus propios servicios de seguridad, pero… ¡Carajo! Esto no le importa a nadie.
Como justificar la presencia militar en la mayoría de las dependencias del Estado ejerciendo funciones a todas luces fuera de sus obligaciones orgánicas. Como explicar o concebir que el famoso y desacreditado Cuerpo de Ayudantes Militares haya pasado de ser de una simple Compañía a ser algo más que una Brigada y cuidado si no es la que cuenta con mayor personal asignado. Todo esto sin entrar en los detalles grotescos de esa unidad que desde hace décadas se viene llevando a cabo, y hasta el Comandante ha pasado, de ser el jefe de los guardaespaldas a Secretario particular del Presidente, ejerciendo funciones propias de los Comandantes de Fuerza y donde sus miembros ocupan más del noventa por ciento de las posiciones de mando y comando dentro de las FF.AA.
Esa unidad militar ha sido la causante de los mayores males de indelicadeza que han padecido determinados gobiernos y nada ha pasado. Una vez a uno de ellos se le ocurrió que tenía que ser Mayor General ya que los Jefes Militares lo macaneaban mucho para poder ver o comunicarse con el Presidente –Ya dije que además de guardaespaldas es secretario personal- y por ese derroche de incongruencias institucionales hemos continuado, llegando al colmo que hasta hicieron cambiar la ley orgánica para ser favorecidos por la misma haciéndose generales de por vida o mientras viva a quien le cuidan la espalda, y con todo y eso, continúan violando o violaron desde antes de nacer al nuevo mamotreto que se hicieron aprobar en contubernio con unos cuantos “honorables”.
Pero esos son los “leales”, los distinguidos miembros de la Corte Presidencial y encargados de establecer el debido peaje aun sea de sonrisas para poder ver al Rey o hasta agilizar algún pago del gobierno y porque no, eso es eficiencia y “lealtad”. No puede haber modernización en ningún sentido dentro de las FF.AA y la P.N. si no se inicia por la cabeza, si no se rompe ese nudo gordiano de que las posiciones de mando le corresponden a los guardaespaldas del CAM en menoscabo de los oficiales de carrera y según el escalafón vigente, fíjese que no hablo de la lista Administrativa de Personal, sino del Escalafón, donde aparecen todos los miembros por orden de antigüedad en el rango. Desgracia esta, se me acabó el espacio. En otra continuamos. ¡Si señor!