El timbre del celular interrumpió mi descanso. En la pantalla del mismo, al ver quien me llamaba, presentí que no se trataba de ninguna noticia grata, mucho menos en estos días de cuarentena.
Y no me equivoqué. Juan Miguel Pérez, hijo de Raúl Pérez Peña -Bacho para muchos- me llamaba para comunicarme el fallecimiento de Homero Herrera Velázquez, quien padecía quebrantos de salud, los que le arrebataron la vida.
La noticia desbordó los límites de mi mundo emocional. Homero, muy querido amigo y compañero nuestro, "Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío". ¡¡¡Oh, mi Dios!!!
La muerte nos acecha a cada paso y muchos de nosotros marchamos de este mundo sin penas ni glorias. No debe ser el caso de Homero Herrera Velázquez, desconocido por la gran mayoría de los Dominicanos.
Homero nació el día 7 de abril del año 1942, y por esas casualidades de la vida, el pasado 16 de abril, de este abrumador año 2020, emprendió su viaje hacia lo eterno.
Sereno, discreto, silente, desde sus años adolescentes- me atrevo a decir que previo a los mismos- y por sus propias convicciones, asumió la responsabilidad del fiel conspirador en las luchas contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
En la primera etapa de sus actividades democráticas y reivindicativas, en Santiago de los Caballeros, formó parte de la Unión de Grupos Revolucionarios Independientes – UGRI- liderado por el no menos valeroso Wenceslao -Wen- Guillén. A la muerte del "Generalísimo", junto a sus compañeros de la UGRI, estuvo integrado en las acciones que se desarrollaron contra sus remanentes.
Este grupo de valientes jóvenes, entre otros de sus trabajos ejecutados contra el régimen dictatorial, tanto en Santiago, como en sus zonas aledañas, distribuían volantes que contenían mensajes contra el gobierno Trujillista.
Entre otros, el (*) volante que desató la furia de los cuerpos castrenses, lo que condujo a una feroz persecución, apresamiento, muerte y desaparición de muchos de estos jóvenes, hoy reconocidos como "Los Panfleteros de Santiago". Las acciones de espionaje, fueron ejecutadas por miembros del Servicio de Inteligencia Militar -¡el temible SIM!- aparato militar represivo que surge en el gobierno del "Benefactor de la Iglesia".
En el (*)volante que referimos, y que costó tantas vidas jóvenes, y algunas no tan jóvenes, podía leerse:
"Con perdón de la expresión,
Trujillo es un Mierda".
En el dorso del mismo:
"Viva la Revolución,
Abajo el Tirano
Libertad o Muerte".
En la parte inferior derecha de los (**)volantes, la UGRI reivindicaba tales acciones. En la foto, a manuscrito, podemos leer : "POR ESTE PANFLETO MURIERON MUCHOS DOMINICANOS.
ENERO 1960″.
Los (**) volantes en cuestión fueron "bautizados" por el SIM, como panfletos. De esa denominación surgen "Los Panfleteros".
Homero, no fue detenido. La Misericordia lo libró de conocer las durezas inmisericordes de las cárceles de "La Era". Homero sobrevivió y ¡lleva hasta su tumba! acciones de los Panfleteros aún no divulgadas.
Tras la muerte de muchos de sus compañeros, Homero no se detiene, continúa tenaz y vertical en sus tareas que consideró inconclusas.
Ante su probada discreción y gran disciplina, en el año 1963, recibió y distribuyó armas de fuego, destinadas a quienes integrarían los frentes guerrilleros en "las escarpadas montañas de Quisqueya", liderados por el Dr. Manuel Aurelio Tavárez Justo – Manolo- acciones bélicas tendentes a restituir la Constitución del gobierno del Prof. Juan Bosch, destituido aquel fatídico miércoles 25 de septiembre de 1963, mediante un Golpe de Estado, ejecutado por la cúpula militar del momento, encabezado por el entonces coronel Elías Wessin y Wessin.
Homero, no amigo de publicidades y el mundo que las envuelve, en el año 2010, concedió una entrevista a la periodista Angela Peña – pluma de oro del periodismo Dominicano- quien bajo el título "Mi lucha terminó con Virgilio", publicó su entrega el 28 de marzo de igual año.
Dada la personalidad casi tímida de Homero, Angela Peña logró con él un amplio diálogo, mediante el cual pudo ¡casi robarle!, muchos de los tantos episodios vividos por este singular luchador democrático. Sintiéndose cómodo con la periodista, accedió a narrar "algunas de sus cosas", ignoradas por muchos de sus compañeros del quehacer político.
Homero Herrera Velázquez, Panfletero y Palmero, te despido con una rosa blanca y palabras del Apóstol José Martí: "Cuando se muere en brazos de la Patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe, ¡empieza al fin con el morir la vida! Para tus deudos, mis sentidas condolencias. Amigo, hasta Siempre.