La Salcedoa, es un canto a la vida. Una flor única, una especie botánica nueva para la ciencia, endémica de la Provincia Hermanas Mirabal, que se encuentra sólo en esa parte de la isla. Posee un gran valor ecológico y sus orígenes y especificidad la revisten de un simbolismo extraordinario. Lamentablemente, si no se toman medidas urgentes, parece que tendremos que preguntarle a esta magnífica flor, las interrogantes del poema de Acuña (1): “¿Por qué te miro así tan abatida, pobre flor? ¿En dónde están las galas de tu vida y el color?”.

Dicen que “el hambre tiene cara de hereje”, desde ahí posiblemente se consigan “justificaciones” para dañar el área protegida hábitat de la Salcedoa; están depredando la zona, me dicen que para sembrar yautía y mapuey. No niego la necesidad de comer, pero quizás sin saberlo, se metieron en el dilema no resuelto, de poder comer un día, matando “la gallina de los huevos de oro” o preservar la vida de la zona, que puede permitirnos comer por muchos años más…

La Reserva Científica La Salcedoa, tiene como virtud, que le habitan alrededor de 34 especies de mariposas, 27 especies de aves, 7 de anfibios, 8 de reptiles, y 693 tipos de plantas. En ese lugar declarado Parque Nacional, sembrar es depredar, no es una siembra amable, para esperar una cosecha para sostén y alimento de la vida. Ese espacio necesita ser conservado virgen, y parecería que el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, no lo está logrando; muy a pesar de que, en el 2012, anunciaron con bombos y platillos, un Plan de protección.

No es un asunto solo de “belleza”, a pesar de que la belleza del paisaje en sí mismo, es motivo suficiente, a mi modo de ver, para su conservación. Es muy triste un mundo sin la estética de un paisaje esplendoroso. A eso se une que, su protección conservará los recursos acuíferos que allí nacen, entre los que se encuentran los ríos Partido, Boba, Jamao, Veragua y decenas de arroyos y cañadas. Esta  reserva, es la segunda zona productora de agua de la cordillera septentrional, la primera es la Loma Quita Espuela. Necesitamos salvar el bosque nublado de menor elevación del país y conservar el relieve cárstico (2) más elevado del territorio nacional.

Es necesario preservar lo sagrado, es necesario aprehender lo trascendente, es necesario comprender, que debemos conciliar las necesidades  de sobrevivencia, con la preservación de nuestro espacio vital (3). Acallar el hambre momentánea del estomago, es importante y obligatorio. No quisiera se interprete que escribo desde la prepotencia de tener las necesidades cubiertas, pienso que todo el mundo debe tener comida, pero el costo no puede ser, dañar la montaña que crea las condiciones para que podamos seguir en el planeta. Aquí debe entrar la mano responsable del Estado, en la urgencia de lograr articular la convivencia, la interacción cotidiana entre las personas que habitan los alrededores de esta zona protegida; y la necesidad del Municipio de Tenares, de la Provincia Hermanas Mirabal, de la República Dominicana y del mundo, de preservar y mantener una flor a la cual le ha costado posiblemente millones de años desarrollarse, que llegó a ese espacio y encontró las condiciones suficientes y necesarias para surgir y crecer. ¿Pueden creer que las investigaciones afirman que sus parientes más cercanos identificados en la tercera generación ancestral, están en China? Y que, de alguna manera llegó una semilla, que se posó en esta tierra fecunda y originó una hermosa flor purpura. No dejo de pensar en El Principito y su convicción de que su flor, es única porque es su flor. La Salcedoa es única, no solo porque es nuestra, sino porque solo se ha encontrado en este lugar del planeta, lo escribo y me sobrecojo de asombro, alegría y ternura por la flor. 

La Salcedoa Mirabaliarum estableció residencia definitiva en una loma de la Provincia Hermanas Mirabal, es un caso rarísimo, y ahí está, justo a la altura del Peñón de Mundo Nuevo. Con muchísimo valor como especie botánica, y como reserva, en todos los fenómenos biológicos, ecológicos, geológicos, y climáticos que le acompañan. Ahí, entre farallones, mogotes, sinuosidades del relieve, cavernas y su multiplicidad de especies botánicas y zoológicas, y una  infinidad de orquídeas, se concentran como un verdadero museo viviente para las ciencias y un reto para detener los efectos catastróficos del cambio climático que nos amenazan.

Dice un documental que la presenta, que ella es fragilidad, delicadeza y manantial de esperanza. Yo le agrego, que ella es derrame de colores, catalizadora maravillosa para estimular una humanidad “humana”, sana, robusta, global, alegre, brillante, resplandeciente, fulgurante, luminosa manera de la tierra de expresarnos su amor y su deseo de continuar proporcionándonos la vida. Actuemos con inteligencia, cuidemosla,  y con ella a la Cigua Palmera y al Barrancolí, que le acompañan.

Hagamos una cruzada para defender la Salcedoa Mirabaliarum, porque con esta acción ratificamos nuestro compromiso con la vida, con la alegría, con la fe en la posibilidad de seguir existiendo. El planeta no es algo lejano, el planeta es nuestro hogar.

 

Notas

  1. Manuel Acuña, poeta mexicano, 1849-1873.
  2. Se dice de diversas formaciones calizas producidas por la acción erosiva o disolvente del agua.

  3. Sin hablar del consumismo absurdo que nos está aniquilando…