La Secretaria de Educación obliga a cada estudiante antes de graduarse a completar mas de 80 horas de servicio comunitario. Mis compañeros de clase y yo, para completar algunas de las horas requeridas, decidimos hacerle una visita a el Hogar Escuela de Niñas Doña Chucha, una institución sin fines de lucro que se inspira en la caridad cristiana y busca servir niñas en situación de vulnerabilidad como hogar escuela permanente, garantizando su desarrollo integral y su futura incorporación productiva en la sociedad. Actualmente, el internado alberga 93 niñas y adolescentes en situación de riesgo, mientras la escuela gratuita esta abierta a todos los niños de la comunidad.

El objetivo primario de la institución es emprender una verdadera obra de caridad cristiana, con la finalidad de aportar y garantizar el desarrollo de los derechos fundamentales de niñas y adolescentes entre los seis y diecisiete años de edad, huérfanas, desamparadas, en situación de riesgo y maltrato físico y/o psicológico.

Las Misioneras Parroquiales de María Auxiliadora han hecho un tremendo trabajo desarrollando y aportando para esta institución, ya que estas no solo les ofrecen una educación, pero también les brindan una alimentación, salud, amor, y formación humana religiosa, ajuste personal y social, y sobre todo formarlas con la capacidad de desarrollar una cultura de trabajo y capacitarlas para que sean agentes transformadores de la sociedad.

Al llegar al hogar, lo primero que uno veía era las sonrisotas que estas niñas tenían al observar que tenían visitas y personas con quien jugar. Desde que pusimos pie en la institución, todas las niñas fueron sociables y amigables, preguntando tu nombre y abiertamente contándote de sus vidas tal y como si se conocieran de toda la vida. Estaban tan llenas de amor que te observaban de lejos y corrían a darte un gran abrazo, agradeciéndote la atención que le estabas poniendo.

En mi caso, yo me hice amiga de una niña de once años llamada Génesis. Génesis estaba aislada, solitaria cuando la conocí. Ella me contó su problema de desconfiar en los demás, diciéndome que yo era la persona que mas ha amado en su vida. Génesis me decía como nadie la había comprendido como yo y toda la falta que le iba a hacer cuando me despidiera de ella ese día. Después de hablar de la vida, de los chicos, y de jugar con ella, Génesis decidió demostrarme lo mucho que me quería y me entregó un regalo de cumpleaños ya que no iba a estar presente ese día. Este regalo era una especie de carta que contenía un corazón y todas las bendiciones que deseaba para mi. Desde ese momento, cuando ella me entregó la carta, yo me di cuenta que tan especial uno puede significar para una persona, que tan fácil es hacer una diferencia en la sociedad, y lo mucho que me gustaría volver para saludar a mi nueva amiguita.

Esas niñas, a pesar de no tener los recursos para poder sobrevivir, viven felices esparciendo amor a todo el mundo que se les acerque. Y yo me pregunto, porque los demás no podemos ser así? Porque no podemos esparcir amor y armonía hacia todos? Porque nos amargamos por no comprarnos el ultimo modelo de celular, o la ropa que deseamos? Visitar a estas niñas me ha dado una nueva perspectiva en la vida. Hay que agradecer lo que uno tiene sin importar lo que sea ya que siempre va a ver otros que tengan menos que tú. Lo material no es importante en esta vida, la felicidad si lo es, algo que esta institución me enseñoó ese día. Por eso mismo los motivo a brindarle una visita a el Hogar Escuela de Niñas Doña Chucha, seguro cambiarían la perspectiva de todos al igual que la mía.