Se podría decir que el documento en la obra de Emilio Rodríguez Demorizi es un punto de partida para el conocimiento de la vida histórica de la República Dominicana entre 1844 y 1865 y entre 1865 y 1885; entre1898-1899 y otros momentos históricos posteriores.

Creemos que hasta hoy no se ha llevado a cabo un estudio de la historiografía de arte propiciada en República Dominicana por este autor de compilaciones e historias institucionales. En el caso de la historia del arte en Santo Domingo y América, nuestro historiador produjo los siguientes libros y escritos:

  • España y los comienzos de la Pintura y la Escultura en América, 1966.
  • Música y Baile en Santo Domingo, 1971.
  • Pintura y Escultura en Santo Domingo, 1972.
  • Caricatura y Dibujo en Santo Domingo, 1977.
  • Lugares y Monumentos Históricos de Santo Domingo, 1980.

Estos aportes de Emilio Rodríguez Demorizi a la historiografía y la historia del arte dominicano y colonial de América y Santo Domingo, requieren de un estudio y una continuidad de trabajo sobre su obra, precisando el aporte de nuestro autor y produciendo a la vez propuestas metodológicas para el conocimiento de artistas, obras y contextos historiográfico-artísticos para la elaboración de memorias culturales y creativas en el país.

La correspondencia existente entre muchos de sus textos ya mencionados, requiere de una reflexión en torno a la historiología y la escritura de la historia en el país. No hubo dominio del saber sobre lo dominicano que no haya sido tocado, directa o indirectamente por el ojo intelectual de Emilio Rodríguez Demorizi. De ahí la importancia de su vasta obra para el conocimiento y reconocimiento de los aspectos históricos, historiográficos e historiológicos que aún esperan o están por ser estudiados por nuevos y curiosos investigadores o usuarios de su legado histórico.

La revisión de un cuerpo bibliográfico y documental con más de doscientos títulos, necesita de un andamiaje interdisciplinario o interjurisdiccional, abierto a lecturas establecidas, genéticas y procesuales del texto histórico. Se trata de un problema de preceptiva, teoría y filosofía de la historia.  Emilio Rodríguez Demorizi hizo de la investigación histórico-documental un campo de trabajo y compromiso nacional. Como presidente de la Academia Dominicana de la historia a partir de 1955, nuestro intelectual se planteó estudiar, clasificar, ordenar por especies y clases la documentación histórica dominicana y así, lo que su aspiración reveló como muestra y argumento fue y es un cuerpo de documentos cuya base es el concepto de fuente ligado a la práctica informativa, clasificatoria y disposicional.

Hemos insistido en proponer un estudio sobre las bases historiográficas, estratégicas orientacionales de su obra en un contexto de instrucción, análisis, direccionalidad y construcción de la historia a partir de lo que ha sido reconocido como la papelería o archivo  Emilio Rodríguez Demorizi, donde también encontramos obras como Papeles de Buenaventura Báez (1968); Papeles de Rubén Darío (1969); Papeles de Pedro Francisco Bonó (1964 (1980); Papeles de Monseñor Meriño (1963 (1983); Papeles de Espaillat. Para la historia de las ideas políticas en Santo Domingo, (1963); Papeles dominicanos de Máximo Gómez (1954 (1958); y otros.

Otros elementos caracterizadores de la obra de Emilio Rodríguez Demorizi son los Apuntes, Relaciones, Actos, Cronologías relativas a los Informes, Elogios, Diarios, Homenajes, Hojas de servicio, Cartas, Noticias, Lugares, Bibliografías y Discursos. Estos caracterizadores discursivos y textuales de la obra en cuestión, van desarrollando en proceso y en textos una escritura documental cuyo foco y punto de interés es la historia dominicana y los antecedentes de la misma.

Las cardinales relativas a lo que hoy entendemos como historia dominicana moderna se justifican como estudio en los diversos núcleos reconstructivos y cuadrajes cronológicos determinados por la datidad histórica. Esbozo, punto de trabajo, recomendaciones, encuentros, aclaratorias, figuras tópicas, cronológicas, actitudes, mentalidades políticas, jerarquías, diferencias, puntos de llegadas y otros aspectos de investigación y proceso sirven para construir una mirada historiográfica sobre textualidades presentes en el discurso histórico dominicano.

Así las cosas, encontramos un marco de construcción, reconstrucción y empresa intelectual en aquella práctica relativa al documento compilado, ordenado, establecido, y considerado en su perspectiva histórica. Todos los papeles, informes, actas, hojas, cronologías, especies bio-bibliográficas y apuntes asumidos por Emilio Rodríguez Demorizi en su práctica  intelectual se fundamentan en el objetivo de aportar a la historia social, cultural, institucional, literaria, artística, natural y espiritual de la República Dominicana.

En tal sentido, el archivo conocido de este historiador es un lugar de encuentro obligado de todo historiador y estudioso de la República Dominicana moderna. El valor bibliográfico y documental de una obra como la de nuestro autor necesita entonces de una lectura atenta y una revisión inductiva y deductiva que supere el impresionismo de muchos historiadores e historiólogos dominicanos a propósito del estudio de su obra.