Las naciones, a través del tiempo sufren transformaciones, cambian los hechos, aparecen otros factores incidentes que antes no existían, pero la esencia de los conflictos históricos de la historia son repetitivos, como también lo es, el perfil de actuación de los más poderosos. De ahí la importancia de saber sobre los hechos del pasado para que nuestra respuesta sea la conveniente luego de hacer las comparaciones con el presente. Ahí está lo esencial de este conocimiento, es mirar nuestro propio reflejo como nación, entendiendo las causas y los efectos de las acciones del pasado y aprender de los errores cometidos por nuestros antepasados.

En el caso actual de la República Dominicana (no queremos darlo por sentado), pero es nuestra impresión, que poco a poco se trata de ir creando contradicción y falta de claridad en los hechos históricos que desde hace cientos de años se nos enseñaron, pero que ahora podemos advertir que no se ensalzan y glorifican nuestras epopeyas y fechas patrias, pues cada día son más deslucidas sus conmemoraciones. Es una manera de que el pueblo vaya olvidando aquellas heroicidades de las que por tanto tiempo nos hemos sentido orgullosos. A las nuevas generaciones, lo poco que les llega a su conocimiento, es envuelto en una humareda de desinformación.

Las presiones que como Estado viene soportando la República Dominicana, ha hecho ceder al gobierno a permitir una frontera abierta y sin ningún tipo de control del paso de los nacionales haitianos a nuestro territorio. Y lo peor de todo es que sobre este particular no aparece un solo funcionario que explique realmente a qué se le teme, cual es el peligro que corre nuestro país si ejercemos nuestro derecho soberano de cuidar nuestra frontera y de normar y regular el otorgamiento de nacionalidad a extranjeros.

Aquí es importante que tengamos presente nuestra historia, de manera principal en lo concerniente a las relaciones con el vecino del Oeste. Sin embargo, no hay ningún funcionario, a ningún nivel que se refiera a los hechos históricos. Se advierte un gran temor de parte de estos a referirse a temas patrióticos. Y usted se pregunta: ¿A qué acuerdos se han llegado para no ejercer nuestros derechos soberanos?

Si busca usted los diarios y periódicos de cuando faltaban 2 o 3 meses para el torneo electoral pasado, verá informaciones como aquella en que el Embajador de los Estados Unidos afirmaba que existían unas 800mil personas excluidas del padrón de electores, pero de buenas a primeras, al parecer se resolvió tal problema, pues el embajador no volvió a referirse al tema; o puede ver también como de buenas a primera se destapan organismos internacionales como el FMI entre otros, y anuncia con bombos y platillos de manera reiterada que la República Dominicana ha cumplido con su deuda con este organismo.

Y los Estados Unidos anuncian que sacan a nuestro país de la “lista negra” de su informe anual de transparencia fiscal. Y seguirán llegando los informes de buen desempeño, y el embajador seguirá sin ejercer presiones. Todo a pedir de bocas para la República Dominicana, sólo que los resultados de este “favorable desempeño” tiene mucho que ver con la entrega de nuestra soberanía en términos que coliden con nuestros derechos como Estado libre, independiente y soberano, con derecho a establecer nuestra política migratoria, principalmente en lo concerniente a nuestro vecino país, Haití.

Gracias a Dios el Tribunal Constitucional se ha erigido en el principal defensor de nuestra independencia y soberanía. Para esta afirmación sólo tenemos que aludir como ejemplo a la Sentencia 315-15, que declaró no conforme con la Constitución de la República Dominicana el “Acuerdo sobre Estatus del Personal de los Estados Unidos en la República Dominicana”.  Este acuerdo había sido firmado entre los Gobiernos de Los Estados Unidos de América y República Dominicana, el 20 de enero del año 2015. Mediante el mismo se le daba al personal de los Estados Unidos destacados en cualquier misión en este país, total inmunidad en sus actuaciones, así como el derecho de portar armas, al igual que  entrada y salida al país, con la única documentación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Son actuaciones nunca antes llevadas a cabo por ningún gobierno de la República Dominicana. Para esto también sirve la historia, para que estos acontecimientos de la actualidad, en los que el Gobierno Dominicano ha convenido en pactar actuaciones foráneas violando nuestra Constitución, nuestra independencia y soberanía; queden en la conciencia del pueblo.