La historia de las acciones cinematográficas nace con el cine mismo y con los diversos experimentos que justificaban Thomas A. Edison, los hermanos Lumière y otras empresas de producción de equipos industriales que intentaron, lograron crear y materializar la imagen en movimiento. Todos los escenarios de acción o acciones cinematográficas se llevaron a cabo a partir de lo que se ha denominado “entretenimiento visual” animado y más tarde entretenimiento audiovisual.

Con las creaciones de George Meliès, algunos reportajes de la escuela británica y otros espectáculos llevados a cabo por la escuela rusa y alemana de cine, las ocurrencias llevadas asumidas por algunos productores, directores de teatro y autores de videos y formas mixtas de imágenes visuales acompañadas por música en vivo, producida en lugares públicos cerrados, empezó  a cobrar valor lo que hoy se llama performance cinematográfico, cine-performance o videoperformance.

Desde este tipo de productividad o registro visual dinámico los informes del telediario, el cine documental, el ballet mecánico, los experimentos del dadaísmo, el futurismo y el cine mudo alemán empieza a cobrar significación la imagen visual y la imagen sonora, mezcladas bajo una línea de definición híbrida y dinámica.

La presencia de un público o una audiencia que reclamaba y pagaba por el espectáculo público denominado cine, cinegrafía o cinecidad se ordenan como un fenómeno que se centra en la representación dinámica y experimental; de suerte que los aportes de la revolución científico-técnica hizo posible un tipo especial de reproductividad visual y sonora, tal como lo ha mostrado G. Sadoul en su Historia mundial del cine.

El teórico, crítico, filósofo e historiador Walter Benjamin escribió un trabajo fundador para conocer lo que se entiende como performance cinematográfico o acción sonoro-visual en movimiento. El arte en la era de la reproductibiidad técnica fue una obra que abrió un campo nuevo de conocimiento a propósito de la radio, la televisión y el cine. Esta visión convoca las diversas mediaciones que involucran el performance cinematográfico o audiovisual.

Desde esta perspectiva la performance audiovisual promueve y evoca un espectáculo de entretenimiento gráfico, cinegráfico y fotográfico basado en un experimento híbrido de mediaciones en movimiento.

Tal como se hace visible desde el expresionismo y post-expresionismo las acciones cinematográficas se construyen tomando en cuenta los aportes de los diversos movimientos o tendencias artísticas, logrando de esta manera una visión aleatoria o analógica de lo que la Bauhaus denominó como la nueva imagen artística.(Ver, F. T.  Marinetti: Manifiestos y textos futuristas, Eds. Del Cotal, Barcelona, 1978)