En el contexto de la obra de arte y del coleccionismo, la historia museográfica, las edificaciones que sirven de protección a las obras de arte y los procesos curatoriales encontramos la relación entre el coleccionista, la colección y la intitución denominada museo.
Las primeras noticias que podemos encontrar sobre el museo, la colección, el coleccionismo y el coleccionista es la conocida Historia natural de Plinio el viejo, que en esta obra hace referencia a obras, objetos de valor y de creación, creaciones individuales o familiares con valor taxonómico o clasificatorio, a partir del criterio que prevaleció en la antigüedad ligada a bienes espirituales y materiales.
Dicho criterio comúnmente ligado a los valores asegurados como obras de creación hizo que con el tiempo estas obras reclamaran un lugar de atención, conocimiento y exhibición a los fines de poner su valor al servicio de la cultura-sociedad; de tal manera que tanto la colección, el lugar material que la respalda y el coleccionista como sujeto adquiriente de esos valores, tenga el derecho de propiedad de los mismos.
Así, las grandes colecciones de la antigüedad, la edad media, el humanismo y el renacimiento eran las bibliotecas, los ayuntamientos, las iglesias, castillos, casas imperiales y otros espacios que por su seguridad alojaban espacios museales o museo gráficos.
Con el movimiento del museo como institución pública y privada, asistimos también a su incorporación como espacio de seguridad y conservación de bienes culturales y artísticos. Todo lo cual dará lugar a procedimientos legales, jurisdiccionales, empresariales y tributarios relacionados con la entrada y salida de obras de creación a construcciones y museos nacionales, públicos y privados.
Nace en la modernidad la profesión de museólogo o creador y organizador de museos, profesión de aquel que organiza museos y clases de obras, o especies de objetos en contextos curatoriales.
Los enciclopedistas organizan conceptualmente y materialmente la noción de museos como espacio de acción, protección y divulgación de obras de arte. Todo eso hizo que la definición de museo que da la Gran Enciclopedia Francesa en la entrada Museo encontremos los rasgos característicos, las valoraciones y la estructuración técnica en torno al museo como obra cultural y espacio de protección de obras artísticas y culturales.
Umberto Eco, Isabella Pezzini y Omar Calabresse historiadores teóricos y estetas italianos han analizado la problemática de los museos a través de su historia, dando informaciones y explicaciones sobre su significación y valor en la historia del arte y de la cultura.
Las profesiones que de esta institución han sido reconocidas, han alterado también su desarrollo debido al progreso, el interés económico, cultural y el crecimiento del público en torno a la idea del museo como acción educativa; todo lo cual ha permitido reconocimiento de principios, valores, funciones artísticas y culturales a favor del museo fcomo concepto y comunicación.
La travesía de los museos en el segundo y el tercer milenios ha sido abrumadora, si se tiene en cuenta la cantidad de museos, exposiciones o exhibiciones de obras y objetos de arte; la incontenible visita de diversos públicos a estas instituciones públicas y privadas, las leyes impositivas que aseguran la jurisdicción del museo, la seguridad legal, el desarrollo tecnológico y cultural constituyen la fuerza artístico-cultural del museo.
Las funciones del museo en la actualidad han hecho de un contenedor de importancia que ha servido para educar las grandes masas en una perspectiva de valores estéticos, educativos y comunicativos.
De ahí la visión de museo como ideal, influencia, trayecto cultural, función educadora y procuradora, sistema de información y comunicación institucional.
Según el estudio y el criterio del semiólogo italiano Umberto Eco, por muy bien organizado y sub-dividido en épocas géneros y estilos que esté el museo, el mismo plantea distintas cosmovisioes est6éticas, sociales y educativas.
Esta opinión elocuente de un semiólogo, escritor, crítico del arte y ensayista nos hace comprender la visión de museo en el ámbito de la altomodernidad.
La interacción que propicia el museo en su historia hace del mismo un espacio educativo, pero también monumental, histórico, semiótico e intelectual. Todo lo cual permite entender los grandes públicos que desde el siglo XVII visitan los museos tanto en oriente como en el occidente.
La comunicación museográfica y museológica hace del museo una institución social y formativa, por cuanto el mismo obliga a la información y a la visión del sujeto publico o visitante habitual, toda vez que la relación museo-público participa de un contrato impuesto entre emisores y receptores de mensajes artísticos y culturales.
El contenedor es otra conceptualización utilizada por Umberto Eco e Isabella Pezzini: “…con frecuencia algunos museos son visitados no por las obras que contienen, sino por la magia del contenedor. No consideramos aquí el punto de vista del experto que en cualquier museo valora la calidad de la exposición, sino que adoptamos el punto de vista de los visitantes comunes… el triunfo del contenedor sobre las obras no es típico únicamente de nuestra época… hoy se va a Versalles para visitar el palacio y los jardines, no las obras de arte que aquí se exponen.”(Umberto Eco-Isabella Pezzini: El museo, Eds. Casimiro, Madrid, 2014).
De ahí la importancia y necesidad de los museos en la historia, la sociedad, las comunidades institucionales y culturales y otros espacios donde se comunica el conocimiento a través de las imágenes.