En menos de 48 horas habrá concluido toda manifestación y mítines de campaña a nivel nacional entre republicanos y demócratas que luchan por ganar este martes 3 de noviembre la contienda electoral de 2020 en los EE.UU.
Donald John Trump, quien cumplirá cuatro años de haber sido electo como presidente de los EE.UU., intenta lograr una reelección con el voto mayoritario en los Colegios Electorales como ocurrió en el 2016.
Joseph Robinette “Joe” Biden, Jr., ex vicepresidente, no solamente aspira ser elegido como primer mandatario, sino que, junto a su partido demócrata, buscan ganar el control total del Congreso.
Los demócratas ya recibieron una primera derrota pre-electoral el pasado lunes 26 cuando el senado norteamericano ratificó la elección de la jueza Amy Collins Barry para un cargo vacante en el Tribunal Supremo de los EE.UU.
Collins Barry, promovida por Trump, viene a ocupar la vacante que dejó la fenecida jueza Ruth Bader Gingsburg, quien había sido designada por el ex presidente Barak Obama en su periodo de gobierno de ocho años.
Con este triunfo, los estrategas de campaña republicanos aumentaron la celebración de multitudinarios mítines en diferentes estados claves donde Donald Trump y Joe Biden se encuentran prácticamente empatados.
Estados como Texas con 38 delegados, Florida con 29 y Pennsylvania con 18, son los estados en el Sur y Este de la nación con gran influencia hispana que podría definir el triunfo a favor de Trump o Biden, ya que la diferencia porcentual de la intención del voto es de uno o dos puntos de diferencia según las encuestas.
Al obtener amplia mayoría conservadora en el tribunal más alto del poder judicial federal (6-3), Trump podría lograr bloquear las indagaciones que realiza el fiscal del distrito de Manhattan, Nueva York, sobre sus declaraciones de impuestos, si gana las elecciones.
Si la pierde, los demócratas facilitarían la apertura de la investigación para que se compruebe que tan ciertas son o no las denuncias de que el presidente Trump no ha pagado impuestos federales multimillonarios por décadas.
Si es reelecto, propondría de nuevo la eliminación de la Ley del Cuidado de Salud Bajo Precio (ACA), mejor conocido como “Obama Care”, puesto en ejecución por el ex presidente Barak Obama en 2010, y con ello, implementar un nuevo plan de salud, el “Trump-Care”, conocido como American Health Care Act (AHCA).
Antes de la llegada de la jueza Collins Barry al nuevo cargo, el senado no aprobó el sometimiento del nuevo plan de salud AHCA del presidente Trump, por lo que no se pudo convertir el Ley.
Se estima que unos 150,000 coordinadores y agencias que trabajan en el ACA, perderían sus puestos laborales de ser aprobada la eliminación del Obama-Care en la Suprema Corte de Justicia.
Ante la pandemia incontenible que afecta a la nación con más de 9.3 millones de infectados y la muerte de más de 235 mil fallecidos por Covid-19, más que plantear la eliminación de una ley de salud, lo primordial seria fortalecer la existente, y proponer cambios que faciliten la integración de mas personas con mayores coberturas de protección sanitaria.
Es alarmante saber que, siendo el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los EE.UU., y asesor presidencial en materia de salud, advierta públicamente que el país va en una trayectoria muy difícil en lo que respecta a la pandemia del Covid-19, dando a entender que la estrategia del mandatario norteamericano de enfrentar el coronavirus no es efectiva.
Con respecto al voto hispano y faltando dos días para las elecciones, las ofertas de cierre de campaña están dirigidas para lograr que millones de indecisos hispanohablantes salgan a votar a favor de los únicos dos candidatos en la contienda.
Donal Trump, se ha caracterizado por no conciliar intereses con los hispanoamericanos, sin embargo, ha prometido en su “Plan Sueño Americano” crear, de ser reelecto, dos millones de nuevos empleos y 500 mil empresas latinas en medio de una economía estancada por culpa de un Covid-19 sin vacuna de protección a la vista.
Por su parte, Biden ha prometido implementar una amnistía para favorecer a millones de inmigrantes indocumentados. Pero los registros indican que fueron más los indocumentados deportados que los favorecidos con una ley de amnistía en el gobierno de Barak Obama.
Y no es para menos, los latinos son la principal minoría en los EE.UU. y cuentan con una población que supera los 57 millones a nivel nacional, representando casi el 18% de la población total.
Donald Trump sabe que los hispanos tienen tendencia a ser demócratas, en especial cubanoamericanos, venezolano-americanos y domínico-americanos, establecidos en su mayoría en el Sur de la Florida que otorga 29 votos colegiados, y en la región Oeste los méxico-americanos en California, Arizona y Nevada.
Trump y Biden, dedicaron sus discursos de cierre de campaña tratando de conquistar el voto de los inmigrantes hispanos y también el de los afroamericanos, grupos étnicos de gran importancia que pudieran definir esta contienda electoral de 2020.