Washington, D.C. En la víspera del tan esperado segundo Debate Presidencial de los Estados Unidos, entre Hillary Clinton y Donald Trump, representando los partidos demócrata y republicano, respectivamente, hemos decidido entrevistar a Miriam Guardiola, destacada profesional española que goza de gran prestigio en Europa y otros países. Miriam es Abogada especializada en Derecho Civil y Penal. Experta en TIC y ciberdelito relacionado a menores. También es Miembro de la Sección de Nuevas Tecnologías del Ilustre Colegio de Abogados de Murcia y miembro de la Comisión Permanente sobre TIC en ICAMUR. Colabora con diversas publicaciones jurídicas a nivel nacional dando su opinión y reflexión sobre las novedades legislativas y participa.
A continuación compartimos el análisis que de manera precisa Miriam Guardiola hace sobre el panorama político de los Estados Unidos, respondiendo todas nuestras interrogantes:
- Por qué Hillary Clinton le ganó el debate a Donald Trump y como puede mantener esta ventaja?
La “victoria” en el último debate de Hillary sobre Trump fue fruto de muchos factores que fueron claves para marcar la diferencia entre ambos contrincantes. Clinton fue claramente superior a su rival tanto en exposición formal, estrategia, dialéctica, lenguaje no verbal, discurso y contenido.
En todo momento Hillary mantuvo una postura ganadora, derrochando confianza, seguridad y control de la situación y haciendo gala de su experiencia política (cuestión que gusta mucho entre los votantes y que es valorada de manera muy positiva por la población estadounidense).
Por el contrario, su rival (aunque sin sus habituales salidas de tono y con el ímpetu televisivo que le caracteriza) incurrió en varias ocasiones en contradicciones y salió a la defensiva ante varios de los ataques de su opositor, lo que le hizo parecer inseguro y poco creíble. Trump exhibió sus habituales muecas y gestos de irritación pero mantuvo el tipo y no atacó a su rival con sus ya conocidos improperios que dejan anulados a sus contrincantes por su absoluta falta de diplomacia política. En un tono más contenido del que nos tiene habituados y sin su tendencia habitual hacia la exageración y ridiculización de su rival, mantuvo una postura mucho más moderada de la que nos tiene acostumbrados.
Nada se dejó a la improvisación, ni tan siquiera las formas de dirigirse a los contrincantes (Clinton llamó a Trump: “Donald”, algo que él detesta, mientras que Trump se dirigió a la candidata demócrata entre otras ocasiones como “Secretaria Clinton”).
Los puntos ganadores para el debate a favor de la candidata demócrata (en detrimento de su rival republicano) fue el tema de la falta de transparencia fiscal de Donald Trump (que se ha negado en numerosas ocasiones a hacer públicos sus impuestos). Ello hace que una sospecha se cierna sobre el patrimonio del magnate y de su entramado empresarial, al especularse sobre su supuesta falta de pago de impuestos (aspecto del cual el propio candidato ha presumido), posibles deudas en el extranjero, impago a proveedores y trabajadores, suspensión de pagos, e incluso falta de liquidez. Ello ha hecho alimentar la duda sobre su aptitud y solidez para gestionar y administrar la economía de un país, la primera del mundo
Clinton además, apostó fuerte desacreditando la política errática de Trump y haciendo inciso en que una persona tan inestable y que pierde la compostura como el candidato republicano, no tiene el temperamento ni el carácter para ser Presidente de EEUU ni puede tener al mando la dirección estratégica y nuclear de un país.
Clinton insistió en la demagogia de Trump, así como en la finalidad del republicano en buscar la gloria y la autopromoción personal a costa de los intereses del país, utilizando el poder de la presidencia para satisfacer sus propios intereses económicos y personales.
- ¿De acuerdo a tus expectativas, que podríamos ver en el debate del 9 de octubre?
El encuentro estará salpicado por las últimas noticias filtradas a la prensa el pasado Viernes 7 de Octubre en el que se podía escuchar los comentarios desafortunados y desacertados del candidato republicano sobre las mujeres en un tono sexista y de cosificación hacia la mujer que han hecho que por primera vez oigamos palabras de disculpas de boca del candidato republicano.
Expresiones como: “when you`re a star, they let you do it”, “ you can do anything” ( “cuando eres una estrella puedes hacer lo que quieras con ellas” , “ellas te dejan hacer todo”) vienen a alimentar una fama de machista empedernido que le precede y que no gusta nada al público femenino (recordemos los comentarios hacia la ex Miss Universo Alicia Machado, llamándola “ Miss Piggy” -Miss cerdita- con alusiones denigratorias por su exceso de peso y que ponía de manifiesto una vez más su animadversión hacia los latinos).
La inmigración, la política exterior, las relaciones con la comunidad latinoamericana, el supuesto “muro para México”, las relaciones con Putin y la opacidad del patrimonio de Trump serán el caballo de batalla principal y los puntos débiles para el candidato republicano, mientras que la supuesta falta de salud de Clinton, así como las filtraciones de Wikileaks de los últimos días y el escándalo de los correos electrónicos de la candidata demócrata serán algunos de los flancos más fácilmente atacables para Trump.
En el próximo debate Trump intentará perfilarse como un candidato que dará a EEUU “ley y orden”, que reactivará la economía del país, y que exigirá para la defensa internacional el pago y cumplimiento de los Estados extranjeros.
Mientras que Clinton se presentará como una candidata experta en gestión y administración de Estado (no en balde conoce por experiencia propia la Casa Blanca, ha sido Senadora y Secretaria de Estado durante el primer mandato de Obama) y como una candidata eficaz, responsable y comprometida.
Aunque puede haber sorpresas porque en este segundo round se admitirán las preguntas más populares y frecuentes de los ciudadanos, lo cierto es que podremos escuchar cuestiones como los casos abiertos por la Trump University y los escándalos con la Fundación Trump, la inmigración de países con terrorismo islámico, las relaciones de Trump con Vladimir Putin, los discursos de Hillary, el muro de México, la comunidad latina, y de nuevo los supuestos problemas de Trump con Hacienda.
La industria y reactivación de la economía del país, la defensa internacional y los conflictos violentos entre los ciudadanos blancos y los afroamericanos, serán otros de los puntos de los cuales seguro escucharemos en el próximo debate.
- Cuales serian tres cosas que Donald Trump podría cambiar en el próximo debate?
Desde mi punto de vista, Trump debería cambiar y mejorar tres puntos fundamentales:
1.- dotar a su discurso de transparencia, solidez y coherencia y hacer frente de manera seria, creíble y solvente a las críticas sobre su postura relacionada con la política de inmigración, la comunidad latina y las cuestiones fiscales relacionadas con su patrimonio.
2.- no caer en contradicciones ni dar respuestas evasivas y erráticas y responder de manera directa, clara y concisa a las preguntas en materia de defensa, economía, política exterior e inmigración. Para ello deberá ganarse la confianza de los electores, trabajar y mejorar su minada imagen de machista, caprichoso y racista.
3.-Afianzar y dar solidez a su política económica, y fundamentar su tan conocido e insistente objetivo de dotar al país de “ley y orden”, con un programa sólido y estable que se base en soluciones efectivas y estrategias viables, antes que generar el miedo y la teoría del caos económico de las Administraciones anteriores.
- Trump ha prometido “pegarle más duro” a Hillary Clinton en el próximo debate. ¿Es buena idea este plan y cuales temas serían sus armas de combate?
Sin duda alguna, la ausencia de la candidata demócrata por razones de salud, ha sido uno de los temas más sensibles y preocupantes en los últimos momentos. Sería uno de los puntos débiles a atacar para Trump.
El reciente escándalo de las filtraciones de Wikileaks, y la opacidad de los correos masivos de Clinton serían otro punto a trabajar por el candidato.
Por otro lado, la defensa de una política más severa en materia de seguridad, y en reactivar la economía del país sería otro punto fuerte que podría desarmar a Clinton.
Trump realmente tiene muchas opciones entre el voto blanco trabajador, frente a la colectividad latina, los inmigrantes, las mujeres y los sectores más intelectuales (que parecen decantarse por Hillary).
Además, Trump deberá cuidar (si quiere ganar reputación y credibilidad) su imagen, discurso y formas, puesto que desde sus inicios políticos, en Europa, la política de Trump se observa como un espectáculo deplorable con salidas de tono más propias de un niño rico caprichoso que de un verdadero político serio y solvente. Las mejores armas de combate serían atacar a Hillary con un programa coherente y fundamentado sin caer en el espectáculo que a menudo ha sido denominado como “circo” mediático y populista (y que es vapuleado por sus rivales y denostado dentro de su propio partido) y que ha ido restándole credibilidad en su carrera hacia la Presidencia.
- Durante el reciente debate vicepresidencial, escuchamos al candidato republicano referirse a la comunidad hispana como “la cosa mexicana”. ¿Con Mike Pence estamos ante un segundo Trump a menor escala?
Recordemos al lector, que en un reciente debate televisivo, y ante el ataque del Senador Tim Kaine (que recordó a la audiencia que Trump llamó a los inmigrantes mexicanos “violadores y criminales”), Mike Pence se refirió al asunto como “la cosa mexicana” (“you whipped out that Mexican thing again”) lo que causó un descontento viral en twitter, al herir las sensibilidades de la comunidad latina en EEUU, especialmente la mexicana.
En realidad #Themexicanthing fue un golpe muy duro para la comunidad latina, que se vio muy herida por este desafortunado comentario que dejó entrever de manera inconsciente el menosprecio de Pence por la comunidad latina. El sueño americano está muy enraizado en la cultura de EEUU, y hay millones de inmigrantes e hijos o descendientes de inmigrantes que ven en estos comentarios reminiscencias de un rancio racismo y el menosprecio irracional e injustificado hacia una comunidad que tanto ha trabajado por integrarse en el país de las oportunidades.
Quizás este comentario de Mike Pence simplemente fue de disgusto y hastío hacia un tema desagradable y no esté al nivel de Trump, pero sin duda las expresiones dejaron entrever que “ la cosa mexicana” no es sólo una postura aislada de Trump, sino que es un sentimiento latente, o al menos aletargado dentro de todo el partido.