Lo más tonto o ridículo es el “carreteo”, que consiste en que para fechas como estas unidades policiales controlan el regreso de los viajeros tratando de que conduzcan a baja velocidad detrás de una patrulla motorizada.  Lo correcto es que por todas las carreteras se establezcan límites de velocidad y con letreros bien específicos, y que los agentes pongan multas a quienes violen los controles. Esas patrullas deben estar activas todo el año, no en una fecha en particular: El cumplimiento de las leyes no tiene que ver con fechas, es permanente. Somos una isla que vive del turismo y sus carreteras deben estar celosamente vigiladas hasta por helicópteros, para respuesta rápida a un accidente o acto de delincuencia. 

Se debe eliminar la costumbre de levantar “el brazo” en los peajes, es decir, no se cobra ese impuesto. Todo lo contrario, se debe cobrar y el dinero destinarlo al pago, la mejoría de la logística de policías, bomberos y los voluntarios de la Defensa Civil que trabajan en los operativos de Semana Santa, Navidad y demás. Son fechas en que la gente tiene más dinero para gastar. 

Llega “Semana Santa” y se repiten los mismos patrones entre lo injusto y la irracionalidad. Todo gira al revés. ¿Si esta es la santa como serán las demás semanas del año en que la gente se comporta de forma racional? Realmente es la “Semana Diabla”, pues no se guarda ningún parámetro de comportamiento, se consume más alcohol. Matan, violan, atracan. Mayor cantidad de personas fallecen en accidentes, a veces, por imprudencia al conducir a alta velocidad.

Como siempre, las autoridades emprenden los operativos de la “Semana Mayor” y proclaman que tienen todo “bajo control” en las carreteras, los balnearios y demás lugares donde la gente hace turismo. Y para completar la demagogia, la Policía afirma que “garantiza la seguridad de las casas que quedan vacías, al igual que los ciudadanos que no han ido a ningún lado”. Ja..ja..jaja.  Nada más falso que eso, ya que si las autoridades no mantienen la seguridad ciudadana en un día normal, mucho menos lo van a hacer cuando la población se mueve intensamente como hormigas y sin control (con el diablo en la cabeza). Como prometieron que iban a evitar accidentes, para quedar bien con la prensa, “maquillan” las cifras de muertos y heridos. Si mueren 20 dicen que fueron cinco y así sucesivamente.

Es lo más ilógico que jamás se haya visto. Ojalá la Policía, Amet y demás entidades del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), entiendan que ellos hacen lo que se puede dentro de sus limitaciones, ya que el gobierno no invierte lo suficiente en seguridad ciudadana y en los organismos de socorro mucho menos. De los bomberos y la Defensa Civil solo se acuerdan cuando hay un fuego o una catástrofe natural. En cualquier nación organizada los policías y bomberos tienen categoría de héroes de la ciudad, teniendo buena remuneración, respeto, consideración, al punto que se sienten orgullosos de su oficio. En República Dominicana debemos cambiar el viejo patrón y el gobierno dignificar a los verdaderos héroes, los que salvan vidas, los socorristas.