Dentro de las actividades del seminario titulado “El legado de Heidegger”, presentamos el documental Heidegger. Pensar lo impensable, producido y dirigido por Jeff Morgan para la BBC (1999).

El documental retoma el tema de los compromisos politicos de Heidegger con el nacionalsocialismo de Adolf Hitler, a partir de archivos vedados al público por décadas.

Estos documentos comprometen seriamente la figura de Heidegger con el proyecto politico del Tercer Reich.

Después de las críticas realizadas por una primera generación de filósofos en las dos primeras décadas desde el ascenso y caida del fascismo (Herbert Marcuse, Benedetto Croce, Jürgen Habermas), hubo períodos donde el tema de los vínculos de Heidegger con el nazismo se omitieron, se minimizaron o se arrinconaron.

Para muchos estudiosos de la problemática, Heidegger tuvo que asumir el puesto de Rector de la Universidad de Friburgo (1933), durante el gobierno de Hitler, como un acto de sobrevivencia mas que como un acto de compromiso politico. Para otros, Heidegger se sintió ilusionado, en un primer momento, ante la posibilidad de que la nación alemana asumiera “su destino”, trascendiera “la desesperación” y la decadencia característicos de la Alemania pre-nazi, para desilusionarse luego al darse cuenta “que había sido víctima de un engaño”. (Otto Pöggeler).

Sin embargo, luego de un período de justificación posterior a las críticas del filósofo Teodoro Adorno sobre “la jerga de la autenticidad”, la problemática tuvo un acicate, en la década de los 80, con la publicación del famoso libro de Víctor Farías; Heidegger y el nazismo (1987) y los artículos del historiador alemán Hugo Ott,

Estas investigaciones, junto a las realizadas en el nuevo milenio por Enmanuel Faye, autor de un libro imprescindible para el debate, Heidegger. La introducción del nazismo en la filosofía (2005), mostraron a un pensador comprometido con los supuestos ideolólogicos del nazismo, un filósofo que aplicó algunas de las principales categorías aplicadas en El ser y el tiempo al colectivo de la nación alemana, fusionada con el Estado nacionalsocialista y su führer.

Este es el espíritu del documental de Morgan, realizado unos años antes del texto de Faye y coherente con el espíritu del tiempo.  El programa no deja espacio para una postura salvadora del filósofo en cuestión. Por el contrario, compromete negativamente al pensador, mientras estimula a reflexionar sobre estas interrogantes: ¿Hasta que punto debemos revalorizar la obra de Heidegger a partir de sus vínculos con el nazismo? ¿El ser y el tiempo debe descodificarse en clave nazi? ¿El “lector del signo de los tiempos” no fue capaz de leer el nacionalsocialismo y lo que representaba para Alemania y el mundo? ¿Qué implicaciones tienen los vínculos de Heidegger con el nazismo para el ejercicio del filosofar?

El proyecto de Heidegger se inscribe dentro de una tradición del pensamiento autoritario occidental cuyas raíces se hunden en la filosofía de Platón. Como éste, el filósofo de El Ser y el tiempo pretendió guiar a un líder, a un tirano, con la aspiración de una regeneración social. En ambos casos, sus expectativas se estrellaron contra el muro del totalitarismo. Aún siendo lúcidos se extraviaron al creer en la posibilidad de realizar un ideal saludable de humanidad bajo la tutela de un caudillo. Sus proyectos son una lección de que el compromiso y la comprensión del filósofo se lesionan cuando se colocan al servicio del poder, se destruyen como las alas de Ícaro al acercarse al sol.