Una vez más llueven las denuncias y críticas a la FEDOFUTBOL porque supuestamente dejaron varados a los jugadores de la selección mayor de fútbol en el aeropuerto sin haber cenado y a las dos de la madrugada. ¡Los futbolistas acababan de llegar de Trinidad y Tobago donde jugaron 3 partidos en 5 días! ¿Es que no les duele nada?

No es la primera vez que esto ocurre. Todo el que ha formado parte del fútbol dominicano, ya sea desde adentro –como jugador de la selección– o desde afuera como fanático, ha escuchado de este tipo de denuncias. La primera vez que escuché algo así yo tenía 14 años y participaba en los torneos colegiales. Quien en ese entonces era mi entrenador en el Instituto Montessori había sido portero de la selección y del ya difunto equipo de BANCRÉDITO.  Me contó en aquel entonces mi entrenador los abusos y maltratos que sufrían cuando iban a jugar a otro país. Algunas de esas injusticias eran que desayunos llegaban tarde al igual que el almuerzo y la cena, las dos últimas incluso llegaban ya fríos, o no llegaban. Estoy hablando del 1999-2000, cuando ya el actual presidente de la institución estaba al mando. La vez anterior que se supo de algo así fue durante el clasificatorio al Mundial Brasil 2014, cuando nuestro equipo viajó a El Salvador y perdió 3-2 luego de haber jugado gran parte del segundo tiempo con un hombre menos. Al llegar al hotel no había cena para ellos y tuvieron que resolver como pudieron para no irse a la cama con un hoyo en el baúl. Esto lo comenté en ese entonces en un artículo de opinión: FEDOFUTBOL 0-3 Fútbol.

Nunca nadie se atrevió a salir a denunciar esto en los medios, tal vez por miedo a perder la posibilidad de jugar por su país, viajar y conocer. A quien se ha atrevido a denunciarlo o siquiera quejarse le han expulsado de la selección, como es el caso de una jugadora: Caroline Medina Hamilton. Aunque sobre esto último, la federación se limpió rápidamente diciendo que fue una decisión del técnico que maneja el equipo femenino.

Durante todos estos años historias como estas se han repetido una y otra vez, sin que haya ningún tipo de consecuencias para la federación. Los perjudicados son siempre los mismos: jugadores y fanáticos. Por un lado los jugadores lo sufren más, porque van y dejan el pellejo en la cancha contra sus rivales –a veces con mejor fútbol y preparación–, con el estómago vacío o medio vacío. Y por el otro, los fanáticos nos deprimimos al ver como nuestra selección vuelve a caer eliminada en un torneo o clasificatorio mundialista. No es justo para ninguno de los dos.

En diciembre del 2013, FEDOFUTBOL anunció que para este año la organización contaba con 31 millones de pesos para compromisos internacionales, sin embargo, nuestros jugadores pasan hambre cuando viajan. ¿Cómo es esto posible? ¿Qué tan rápido se puede esfumar ese dinero? Encima de esto, en la ronda anterior nuestro presidente fue personalmente a recibir a la selección porque había clasificado –puro milagro, prácticamente– y se tiró su foto para publicarla en las redes sociales. Esta última vez, como llegaron eliminados del certamen y el vuelo llegó tan tarde; no se dignó.

No obstante, tenemos que escucharle decir que con la creación de la Liga Profesional de Fútbol cumpliremos el sueño de ir a un mundial. ¡Qué soberbia!

Los fanáticos piden un cambio a gritos en la presidencia de FEDOFUTBOL, no quieren que sigan los mismos dirigentes que tienen más de 15 años ahí. Y supongo que los jugadores también necesitan que este cambio se dé. Por tal razón, son los propios jugadores los que tienen que salir y denunciar formalmente lo que ocurre. Somos muchos los que saldremos en su defensa, no tienen por qué temer. Además, es una cuestión de honor y dignidad, y una situación que no podemos permitir más. Den el primer paso y verán como toda la comunidad del fútbol dominicano estará respaldándoles.

Y también deberían tomar nota los federados, ármense de valor y pongan a un lado el interés personal. Acá todos abogamos por lo mismo: hacer crecer el deporte y que República Dominicana se convierta en un país futbolista. El talento lo tenemos y lo saben en España, Italia, Estados Unidos, Argentina, El Salvador, México, y otros países. Las asociaciones tienen que ser responsables y defender a sus jugadores, no los intereses de una dirección que no permite que el fútbol avance.