A Thomas Jacob lo conocí en un evento del Mises Institute en 1991 y el Profesor Hans Hoppe fue uno de los conferencistas. Desde entonces son grandes amigos y Thomas colabora en la organización de los eventos de la Sociedad de la Propiedad y la Libertad, fundada por Hoppe en el año 2006. A continuación reproduzco parte de los comentarios de Hoppe a una entrevista que le realizara el amigo común libertario.
El enlace completo de la entrevista está al final y todo empieza con una pregunta retórica de Thomas, me parece estarlo escuchando, de si el coronavirus prueba la necesidad de las regulaciones centralizadas por gobiernos o entidades supranacionales. Hoppe opina que es todo lo contrario, que la pandemia es usada por todo tipo de gobierno y organización internacional para expandir su poder, impulsar sus agendas y “probar hasta dónde se puede dar órdenes a otras personas frente a un peligro inicialmente vago y luego dramatizado sistemáticamente de una epidemia global. Y la medida en que esto ha tenido éxito, hasta con arresto domiciliario generalizado, causa terror.”
Centralizar decisiones lo considera un absurdo porque el peligro de una epidemia nunca es el mismo en todas partes. Es diferente entre países, en una misma nación también hay diferencias (zona urbana o rural) y encontramos a científicos con preparación equivalente dando sugerencias diferentes. “En consecuencia, cualquier medida centralizada a nivel nacional (o en todo el mundo como caso extremo) para evitar el peligro con un modelo "único para todos" debe desde el principio parecer absurda e inapropiada.”
Ahora bien, ve a los políticos cautivados por el “negocio de prevención de peligros” con gobernadores provinciales y locales convirtiéndose en dictadores en menor escala, imitando o ampliando medidas drásticas que han sido un fracaso. “Como en todas las demás áreas, el estado falla magníficamente, especialmente en el área de salud pública y prevención de enfermedades. De hecho, a medida que los acontecimientos actuales se aclaran cada vez más, el gobierno mata o enferma a más personas a través de sus medidas de protección de las que sana o protege de la muerte.”
Sobre las razones que mueven a los políticos a tomar medidas de fuerza (cuarentenas, cierres discrecionales de negocios, toques de queda) que atentan contra los derechos individuales y el funcionamiento de las economías, el Profesor Hoppe explica que es por la naturaleza de sus funciones públicas que les garantiza ingresos y los exime de responsabilidad por daños a terceros.
A diferencia de las tomas de decisiones de un empresario que compite para ganar dinero le permita prosperar, los políticos tienen asegurada su fuente de recursos en el corto y mediano plazo vía los impuestos. Mientras un empresario puede ser sentado en los tribunales por vender productos causaron perjuicios a consumidor, los políticos “están en gran medida liberados del riesgo de posibles decisiones erróneas y posibles pérdidas y costes. No tienen que pensar mucho en las consecuencias y efectos secundarios de sus acciones, por eso pueden tomar decisiones "espontáneas", ya que no son personalmente responsables de las consecuencias de sus edictos.”
Dentro de las críticas que hace a las medidas económicas utilizadas por políticos que pueden tomar decisiones a la ligera porque “no tienen que dejar el pellejo en el pavimento” si se equivocan, Hoppe señala la falsa dicotomía de salud o economía en la que se pretenden escudar para los encierros: “Tal dicotomía no existe en absoluto. Por el contrario, una economía próspera es la base para salvaguardar a los seres humanos y preservar su salud en particular. Por lo tanto, son sólo las regiones más pobres, los segmentos de población y las personas, que se ven más gravemente afectadas por un bloqueo (sobre todo en lo que respecta a su salud).”
En la entrevista también critica la manipulación de las cifras de salud para apoyar el relato oficial y la inseguridad de las pruebas que obligan al aislamiento de personas pueden ser falso positivo; destaca como en la estresante situación de estar aislados se generan nuevas enfermedades en un 15% de los casos, que el porcentaje de contagiados que requiere un tratamiento intensivo es tan sólo de 5%, y debido a infecciones respiratorias previas. También las cifras de entidades oficiales sobre la baja mortalidad del virus, de las que poco se hacen eco, y cita así del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos: “la probabilidad de sobrevivir a una infección por corona varía con la edad de una persona, pero de manera consistente y para todos los grupos de edad es extremadamente alta. Para el grupo de edad 0-19, la probabilidad es 99.997%. Para el grupo 20-49 es 99.98%. Para el grupo 50-69 es 99.5%. y para el grupo de más de 70 años es 94.6%.”
Thomas Jacob pregunta sobre cómo una pandemia se combatiría en una sociedad sin políticos y gobiernos con ese poder, en una sociedad organizada con un marco legal privado. De esta parte aquí sólo la primera oración de la respuesta de Hoppe: “De una forma breve, el Covid 19 no se hubiera convertido en una pandemia.” Invito a leer sus argumentos que es una forma de salir del cajón de los gabinetes de salud se creen iluminados, gobernantes se creen Atila y científicos juran tienen el don de la omnisciencia.
Finalmente, para Hoppe los políticos han descubierto en las estadísticas de salud un arma incomparablemente más poderosa para avanzar el despotismo estatal que las que ofrecen economistas intervencionistas. “Sobre la base de una prueba de virus, que ha sido elegida como el indicador oficial de un peligro de infección supuestamente agudo o incluso mortal, los políticos han logrado paralizar casi toda nuestra vida social, hundiendo a millones de personas en desesperación y dificultades económicas o sociales, al tiempo que ayudan acumular una enorme fortuna al complejo farmacéutico-industrial, es decir, a los fabricantes de máscaras, pruebas y vacunas. Sin embargo, por lo menos hasta ahora, están siendo percibidos como héroes. Una realidad aterradora y francamente devastadora.”
Aquí el enlace de la conversación de esos dos amigos libertarios. Entrevista a Hoppe Aprovecho dar las gracias a Thomas, el buen amigo suizo, por la sugerencia reseñar esta entrevista y también saludar a sus padres quienes, justamente a pocos días de ocurrir el cierre de los aeropuertos por el virus, brindaron alegría a todos los que los vieron bailar un merengue típico en la Zona Colonial con gracia, estilo y el toque final de imitar, con su sombrero blanco, a quienes solicitan contribución monetaria de aquellos disfrutaron la función. Genial todos los Jacob.