Una amiga una vez me dijo que los clichés son clichés por algo. Decir que la historia se repite puede ser un cliché, pero no deja de ser cierto. Si decimos que no ha habido ningún presidente en la historia del país que pensara en el bien común de la mayoría por encima de su riqueza personal y la de los suyos, sonará viejo y gastado, pero sigue siendo verdad.  El hecho de que somos un país amaestrado, donde a los que van en desacuerdo con el sistema los desacreditan, los tildan de excéntricos, dementes, o los censuran por las buenas o las malas, es tan cierto hoy como lo fue hace 170 años. Muchos mártires muertos por mano criolla lo demuestran.

Pero en fin, el pasado es pasado. Hablemos del presente. Hablemos de los salvadores que elegimos, de las antorchas que pasan de partido a partido siguiendo las enseñanzas del doctor aquel de lentes grandes y baja estatura, que convocaba las fuerzas del mar rojo con sus discursos. De los líderes cada vez más decadentes y desvergonzados. Hablemos de como nos quejamos constantemente durante unos 3 años y medio, y el día de echar esa boleta en la urna, todas nuestras quejas, nuestro desacuerdo, nuestra frustración, hasta nuestra indignación se archivan en una esquina que llamaremos olvido, y volvemos a votar por el mismo color, a veces una sonrisa distinta, pero siempre por el mismo grupo de distinguidos, la misma cúpula de poder consolidada. Cómo nos entretenemos viendo a los “líderes de la oposición” matarse entre ellos, lanzarse sillas, tiros, y hacer de sus convenciones un espectáculo público, sacarse todos sus trapos sucios al sol, demostrando que son iguales o peores, mientras los demás están sentados en sus ministerios, y su Palacio, riéndose con la muela de atrás. Y el día de las elecciones, todos hacemos así como obedientes hámsters, nos montamos en nuestra rueda y echamos a correr, para poner en marcha otro ciclo de saqueo, devastación y burla.

El "último gran estadista" nos dejó un aprendiz maquiavélico, un aspirante a mesías de la patria que se auto proclamó rey de esta selva. Luego de unos 100 años sin que intentaran vender el país por partes, llegó el abogado heredero. Con el, llegaron sueldos astronómicos para sus secuaces como nunca se habían visto. Un nivel de corrupción evidente, desvergonzado y destructor de todas las áreas que son responsabilidad del Estado. Se vendieron las empresas estatales en sumas ínfimas…la forma en que vendieron la CDE y Molinos Dominicanos lo que da es pena y vergüenza. El Rock Ash que enterraron en Samaná? bien gracias. Tenemos material radioactivo desde la primera ráfaga de viento aquella. Se hicieron de la vista gorda con la inminente crisis bancaria durante años, drenando la isla de dólares que se enviaban al exterior, desestabilizando la balanza cambiaria. Cuando explotó en las narices del mentao “Loco de Gurabo”, fue un golpe sólido del cual su partido no se ha sabido recuperar. Nos dejó también una ley seca en un país turístico, donde veo muchos más ladrones de día que se identifican dentro de su pandilla con la palabra “Compañero” que ladrones borrachos en la calle después de cierta hora. Ahora que los vientos están soplando de nuevo, parece que salió volando el recuerdo aquél del intento de cementera en Los Haitises, y el contrato que nadie leyó antes de firmar con la Barrick. Y ESE es el que quiere volver.

Estoy completamente a favor del trabajo, del progreso, de alcanzar sueños y éxito con esfuerzo, perseverancia, integridad e ingenio. Pedir que seamos un país libre de toda corrupción es algo irreal y utópico al menos por ahora, pero el tráfico de influencias se ha convertido en una calle de una sola vía y la última parada siempre es una cuenta de banco púrpura. Por generosos que sean los sueldos, y las bonificaciones, los números no dan. Como es que en menos de 20 años, alguien pasa de andar en un cepillo defectuoso, a ser un jeque caribeño? Como pasas de ser un humilde sastre a ser un servidor público con más de 100 propiedades y cuentas millonarias que se te pueden embargar? De comediante de TV a ser el mariscal de los cabildos? Cómo es que casi la mitad del precio del combustible está destinado al pago de la deuda externa, y a la fecha, se necesita más del 40% del PIB para cubrirla? El impuesto al combustible se implementó desde principios de los 90, la deuda sigue subiendo y los políticos siguen andando en helicópteros, carros de lujo y viviendo en las villas y castillas que prometen en cada campaña.  Ver nuestra historia, ver como se repiten los patrones: los escándalos, las noticias que nos distraen, el oportunista que “salva”, y luego como volvemos a la calma del principio momentáneamente. Ahí nos montamos en esa ruedita estacionaria, echamos a andar sin mirar a los lados, con la falsa ilusión de que vamos a llegar a algún sitio diferente, pero al final, seguimos en el mismo lugar, patrocinando el mismo desastre con nuestro esfuerzo. Y no e’ pa’ lante que vamos? Obviamente, no.