Los lazos que nos unen como sociedad son muy débiles.
Apenas nos une un sueño de hombres y mujeres libres para el bien. Un sueño de niños bien nutridos y saludables, de jóvenes valientes estudiando y formándose para un futuro promisorio, de envejecientes protegidos y respetados. En fin, nos une un verdadero sueño de Vida Digna.
Ese sueño nos corresponde por derecho porque ha sido pagado con creces por nuestros héroes. Ya pagaron por él Los Trinitarios, los Restauradores, la Raza Inmortal del 14 de junio y más recientemente pagaron los Palmeros y pagó Caracoles.
Ese sueño y esos héroes mantienen viva, hoy, a la indómita y brava.
Hamlet encarna ese sueño y es un héroe cercano. Lo tuvimos entre nosotros, compartió su jengibre y nos lanzó, una y otra vez, contra la Impunidad, contra la Corrupción.
Querido amigo, querido compañero, a dos años de tu partida, sigue viva y pateando la indómita y brava: No Impunidad, No Corrupción y hacer realidad ese sueño de Vida Digna que nos une.
Hamlet, vamos contigo en el corazón.