Mientras Haití se hunde en el caos, nosotros seguimos entretenidos con unas elecciones muy cuestionadas y que han puesto al borde de la división al partido oficial.

¿Cuánta gente esta cruzando la frontera en los últimos meses de crisis en el vecino país?

El gobierno, enfrascado en su cuestionable triunfalismo donde derrochó miles de millones del erario publico para impulsar a su candidato de 60 días, debería estar presionando en la ONU para que mantengan las tropas en Haití. 

O exigirles a los países de Europa y América del Norte que hagan algo para frenar el caos y el desgobierno que impera en esa nación.

Nuestra economía está en recesión y el peso de una inmigración descontrolada hará que todo se complique y se salga de control.

La frontera es huérfana por más que prediquen que se han multiplicado las tropas dominicanas en diferentes puntos fronterizos. Vean estas absurdas declaraciones del Ministro de Defensa Rubén Darío Paulino publicadas en NOTICIAS SIN. 

“La salida de Haití de las últimas tropas de paz de Naciones Unidas el martes no representa ningún peligro para la estabilidad del país”

“Explicó que la misión de Naciones Unidas se encargó durante los dos últimos años de capacitar a la policía haitiana a fin de contener grandes disturbios. Increíble.

La otra cara de la moneda fue la declaración del representante de los cascos azules Jean-Pierre Lacrox que dijo lo siguiente ante el Consejo de Seguridad de la ONU, citamos

El contexto actual no es ideal para el fin de quince años de (operaciones de) mantenimiento de la paz en el país”

Saliendo las tropas de la ONU nadie podrá controlar ese monumento a la ingobernabilidad que caracteriza a nuestros vecinos y expulsará a miles de haitianos a nuestro país, generando una crisis alimentaria y sociopolítica.

Hay mil formas de cruzar la frontera sin problemas y si lo atrapan una vez vuelven a intentarlo hasta que lo logran. Mas difícil es cruzar el Canal de la Mona para Puerto Rico y a diario lo intentan llegando unos y atrapando a otros. 

Pero vuelven a intentarlo una, dos y tres veces hasta que logran llegar a la isla del encanto que está más descojonada que nosotros.

Eso muestra que los dominicanos emigran a donde sea con tal de escapar de esta comedia llamada país.

El impacto económico de esa nueva inmigración será virulento creando una crisis humanitaria por nuestra incapacidad para ofrecerle a estos nuevos inmigrantes servicios de salud, empleos o alimentaciones, lo que conduce a fomentar la marginalidad y la delincuencia.

Hay que movilizar a nuestros embajadores y representantes en organismos multilaterales financieros (BID, BM, FMI, CEE), y políticos (ONU y OEA), para que compensen al país por el costo que representa para la economía esa nueva camada de inmigrantes y frenen el caos en Haití.