En estos días -mientras el Canciller dominicano espera disculpas del gobierno haitiano, el Embajador Daniel Supplice es destituido por dar declaraciones veraces; y los empresarios dominicanos anuncian, alborozados, que invertirán 5.000 millones de dólares en 15 años, para desarrollar proyectos fronterizos binacionales, – nos llega directamente desde Port-au-Prince, Lionel Vieux (nacido en la capital haitiana en 1937), antiguo combatiente de la Revolución de Abril del 1965, en el Comando B3.
Invitado por el Museo de la Resistencia a la tertulia de los jueves, el “sobreviviente” vino para recordarnos algunas cosas de uno de los eventos más importante dela historia reciente de laRepúblicaDominicana, y de cómo los haitianos participaron y se involucraron en aquella guerra que ha marcado toda una generación.
Los haitianos formaron comandos y/o pelearon en otros comandos. Destacándose la figura del haitiano más emblemático que participó en la guerra de Abril: el poeta Jacques Viau (amigo y camarada del invitado), quien cae herido el 15 de junio del 1965,falleciendo un mes y un día después, tras perder ambas piernas.
Era una época en que la migraciónhaitiana la conformaban exiliados políticos – que huían de la dictadura Duvalierista -, y braceros dedicados al corte d e la cana y otros renglones de la agricultura.
Con pasión y sencillez, Lionel Vieux narró, este pasado jueves, lo que fueron aquellos días al lado de sus compañeros dominicanos (pero también haitianos, franceses e italianos). Algunos de ellos se encontraban allí ,medio siglo después: Fafa Taveras, José René Suarez, El Gordo Oviedo, Narciso Isa Conde, Máximo Cardoze Peralta, Marcos Matos y algún otro, excombatiente que habían acudido para compartir con el camarada, amigo y compatriota… Porque Lionel se siente Dominicano. Y que nadie se equivoque, sus amigos así lo ven también.
Cierta carga emocional flotaba en aquel lugar, creado para recrear la memoria del sufrimiento, arrojo y valentía de aquellos hombres y mujeres que han luchado por la democracia a cambio de nada, y que hoy, en la plenitud de la vida, observan los eventos políticos actuales con cierta frustración.
Escuchar hablar de los niveles de solidaridad encontrados por los haitianos exiliados en RD y la relación estrecha con el Movimiento 14 de junio, ver la alegría del abrazo tras 50 años sin verse, resultó conmovedor,sobretodo cuando alguien narró los últimos diálogos del poeta haitiano Viau con sus compañeros dominicanos en el Hospital Padre Billini.
Empezaron los testimonios y las preguntas al invitado, de gente que no había nacido cuando la contienda. Gente que conoce la revolución “a través de los libros de Historia”, como destacó una profesora de la UASD. Matías Bosch preguntó, entre otras cosas, en qué idioma hablaban los haitianos para comunicarse entre ellos. Lionel respondió: “En creole. Los haitianos siempre hablan en creole entre ellos.” Un joven dominicano de padres haitianos manifestó su sorpresa ante tantas cosas que desconocía del rol jugado en la Revolución por sus ancestros y dijo “A mí me gustaría estar sentado en su lugar en el futuro.”
Fafa precisó algunos puntos de la Historia y destacó que, vista la trayectoria de los que participaron en la gesta, podría decirse que eran unos ‘pendejos’, esos que entregaron sus vidas por la patria, pero que visto desde la perspectiva de los revolucionarios, ellos piensan que “los políticos de hoy son unos cabrones.”
Fue una acto bonito, como destacó el emocionado invitado, que al principio dudaba que algo que se llamara “tertulia”podía ser serio. Pero fue un acto emotivo, profundo, lleno de nostalgia y rigor por una forma de ser y hacer la vida, con sinceridad, lealtad a valores y vínculos fraternales entre gente de pueblos y culturas muy diferentes. Bien capaces de convivir en el respecto y la solidaridad por encima de los desaciertos históricos de sus clases políticas. Fue un acto de amor.