El vertedero de Haina estuvo ardiendo por espacio de casi tres semanas. Ocurrió en medio del fragor de la campaña con vistas a la celebración de las Primarias, que en buena medida embargaron la atención de las autoridades. Sin dudas fue un factor que retrasó la necesaria ayuda requerida por el ayuntamiento local para enfrentar el siniestro dependiendo de sus escasos recursos y de la colaboración de las empresas establecidas en la zona.
Como consecuencia de la demora en sofocar el fuego por completo, más de 250 habitantes de la comunidad, niños principalmente, se vieron afectados de problemas respiratorios. Pero además se registró una cantidad inusitada de personas aquejadas de los mismos síntomas que llenaron las emergencias de los hospitales, y que varios neumólogos atribuyeron en buena medida a la contaminación y expansión del humo provocado por el siniestro.
Pero el hecho negativo ha servido para traer a actualidad la paradójica situación que se ofrece con la comunidad de Los Bajos de Haina, sede de un vasto complejo de empresas e industrias, que según los directivos de la Asociación que las representa junto con las de la región Sur, aporta ese parque a la economía nacional.
De acuerdo a los resultados de un estudio socio económico ordenado por la propia Asociación cuyos resultados finales serán entregados en el mes de noviembre, y del cual sus principales directivos ofrecieron avances a la leída Sección de Economía del periódico Hoy que dirige el experimentado periodista Mario Méndez, asciende a 76 el total de empresas que alberga el parque. Más de la mitad del personal que emplea ha sido reclutado en la propia comunidad. Entre ellos figura el 53 por ciento de los egresados del Instituto Politécnico de Haina. El salario mínimo que se paga es superior al que rige en la economía formal en el resto del país, en tanto supera en un 65 por ciento la cantidad de compras de insumos y materiales en el mercado local. Esta es una cifra que crece a ritmo promedio de un 13 por ciento cada año.
La cara social de esa intensa actividad fabril está representada por distintas acciones ejecutadas en el marco de la política que desarrolla de Responsabilidad Social Corporativa, donde destaca entre otras el programa de prevención de embarazos en adolescentes. Este destaca como uno de los más acuciantes problemas que confronta la comunidad donde se registra un elevado índice de casos. A ello se suman varios proyectos de salud y un próximo centro de rehabilitación.
La cara oscura es que pese a toda esta significativa contribución que hace al país en el plano económico y laboral, las condiciones de infraestructura del entorno municipal no pueden resultar más penosas. Es la paradójica e injusta relación de quien dando mucho, recibe tan poco.
Citamos las más necesidades más apremiantes: arreglo de calles y aceras, iluminación, construcción de un hospital y de un acueducto. Y, naturalmente, un relleno sanitario para el cual la Asociación está proponiendo un proyecto ejecutado de conjunto por los sectores público y privado. Demás señalar que el ayuntamiento precisa de una partida mucho mayor del subsidio presupuestal que recibe al presente.
Y un detalle que no debe pasarse por alto. Los directivos de la Asociación comparten la reiterada denuncia del alcalde de que el fuego en el vertedero fue causado por manos criminales. Al respecto afirman que en coyunturas electorales anteriores se ha registrado la misma situación por parte de elementos desaprensivos, que, y esto es lo más lamentable de todo, siempre quedan impunes y libres para repetir sus fechorías.
¿Tendrá Haina la suerte de que en esta ocasión no vuelva a ocurrir lo mismo?