“…La tecnología debe ser social antes que técnica…” Michel Foucault

Una sociedad -cualquiera que sea su grado de desarrollo- tiene unos rasgos que la identifican pero que a la vez están en constante evolución. Si esta sociedad se encuentra en una fase inicial o media de su desarrollo el proceso de cambio podrá ser aun más notorio, ya sea hacia lo positivo o hacia lo negativo.

Las sociedades emergentes como la de la República Dominicana (con una población joven en su mayoría),  tienen la magnífica oportunidad de avanzar hacia el establecimiento de buenos usos y costumbres sentando las bases para un desarrollo sostenible.

El término desarrollo sostenible viene del inglés “sustainable development”  y se aplica al desarrollo socioeconómico de las sociedades. El concepto fue definido por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), que fue el resultado de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en la Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definición se asumió definitivamente en la Declaración de Río dentro del marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992).

El desarrollo sostenible está definido como el tipo de desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para solventar sus propias necesidades. Para conseguir este tipo de proceso evolutivo sustentable se deben combinar tres conceptos que son :  ecológico , económico y social. Plantear planes y proyectos viables haciendo converger estos aspectos es el objetivo fundamental de este tipo de desarrollo.

Es un tema de voluntad política o más bien de voluntad social, porque los cambios los produce la sociedad, que es la que demanda y construye su propio proceso evolutivo

Pero ¿qué son la sostenibilidad económica, la sostenibilidad social y la sostenibilidad ambiental?  La sostenibilidad económica se produce cuando la actividad comercial – siendo rentable- no lesiona los procesos naturales, medioambientales y sociales.

La sostenibilidad social se basa en el mantenimiento de la armonía y cohesión social y en la capacidad del ser humano para trabajar en la consecución de objetivos comunes. Por sostenibilidad ambiental se entiende la compatibilidad entre la actividad humana y la preservación de la biodiversidad y de los ecosistemas naturales, evitando su degradación y la interrupción del ciclo de vida.

La puesta en práctica del desarrollo sostenible, materia pendiente de la humanidad,  está  basada en principios de conservación  de nuestro medio como única garantía de la preservación de la especie humana. Todos los actores  sociales que actúan sobre el medioambiente deben estar coordinados para un único objetivo: vivir hoy y poder vivir mañana.

La inteligencia humana domina el planeta y tiene en sus manos re-conducir sus acciones para producir los cambios necesarios en su defensa y protección. Todo, absolutamente todo es mejorable; nuestros hábitos,  nuestras leyes, nuestros medios de producción, la forma en que nos transportamos, la forma en que cultivamos, todo lo que consumimos,  la ciudad donde vivimos, la oficina donde trabajamos, la escuela donde estudiamos o la casa donde dormimos.

Es un tema de voluntad política o más bien de voluntad social, porque los cambios los produce la sociedad, que es la que demanda y construye su propio proceso evolutivo.

Dentro de este contexto la arquitectura y el urbanismo tienen el papel de edificar gran parte del escenario donde se producen las transacciones sociales. Es así como contribuyendo al desarrollo humano, aportan su cuota responsable para la construcción de un desarrollo sostenible.