Como personas, como entes pensantes, como sociedad, como familia, como ciudadanos y como ser único, el primer pensamiento que debe primar en cualquier actividad que emprendamos, es la dirección hacia dónde vamos a dirigir nuestros pasos o encaminar nuestras acciones, cual es nuestro propósito, hacia donde queremos llegar? Luego de establecer esta premisa debemos establecer, que medios, mecanismos o instrumentos utilizaremos para obtener nuestro propósito de llegar a determinado sitio u obtener determinado resultado. Entiendo que esta es una verdad que no necesita demostración.

La pregunta de hacia dónde vamos? La hago como ciudadano, como padre, como hijo, y como ente social, en una sociedad donde no existe un plan para nada, vivimos de operativo en operativo. Operativo para la recogida de basura, operativo para vacunar, operativo para el dengue, operativo para la prostitución, operativos contra los puntos de droga, operativos contra la delincuencia común,  operativo para la Barquita, y nos preguntamos, donde está la planificación de lo que será República Dominicana en veinte (20) años, en diez o en cinco. Donde estará nuestra juventud?

Cuando tengamos que pagar todos los millones de dólares de Petrocaribe, que el pueblo paga con cada galón de combustible al Estado, pero este lo coge fiado a Venezuela, y no lo paga ni con habichuelas blancas, negras  o pintas, habiendo tierras ociosas en todo el país, especialmente en el Sur. Cuando al pueblo no se le pueda dormir con bachata, romo, cerveza, merengue y regueton, donde estaremos cuando este mismo pueblo se dé cuenta que en este país, se vive en campaña y que por esta misma circunstancia no hay tiempo para realizar nada, ya que se vive de promesa en promesa, y por eso no da tiempo de ejecutar bajo premisas de planificación y continuidad ningún proyecto importante.

Que haremos si el petróleo de encarama a DOSCIENTOS dólares el barril; si nadie nos quiere prestar, porque del 2012 al 2013, hemos tomado casi TRES MIL MILLONES DE DOLARES?

Estas preguntas, quiérase o no,  dan pánico, estupor y pena. Dan ganas de llorar y ganas de reír, ganas de beber hasta perder la consciencia y bailar aunque nos digan locos.

Tan bello país como el nuestro, tantos recursos, tanta gente buena, tantas cosas por las cuales reir y sentirnos bien, y sin embargo, todavía desde el año 1600 con las Devastaciones de Osorio, nos siguen devastando, nos siguen asaltando, y seguimos como antes, con la perentoriedad de lo inmediato, de resolver lo de hoy, sin ninguna planeación o sistema, sin ninguna continuidad, y aun haciendo lo que tenemos que hacer, vienen los malditos políticos y nos joden el plan.

Hacia dónde vamos, entonces??????