Recientemente la Conferencia del Episcopado de la República Dominicana, le solicitó al Presidente de la República. Licenciado Danilo Medina, actuar con la suficiente voluntad política y ordenar el sistema de seguridad ciudadana, enfrentar la corrupción y atacar la complicidad de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional con el narcotráfico y la delincuencia.
Esta petición desde nuestro punto de vista, es el clamor que hoy día esgrimen la gran mayoría de los dominicanos y dominicanas, que están viviendo con un sistema nervioso alterado por el terror que han implantado en la sociedad dominicana, los delincuentes que por el modo operandis en algunas ocasiones han revelado que están apadrinados o protegidos por los policías o militares que el Estado Dominicano les paga con los recursos del pueblo, para que combatir los actos vandálicos ó delincuenciales, al igual que el narcotráfico.
Hemos escuchado a diversos analista decir, que hay que desarmar a la población civil, para evitar tanta violencia y controlar la delincuencia y yo me pregunto, en qué país es que ellos viven si en la República Dominicana o en la luna.
Siempre he compartido y respaldado la idea de que el uso de las armas de fuego en manos de civiles debe ser bien regulado, se supone que un civil que desee portar un arma de fuego, debe tener bienes, negocios, fincas que proteger, pero resulta que el negocio de las armas en la República Dominicana desde siempre ha sido fomentado por altos oficiales retirados de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional y hoy día en la República Dominicana solo basta con tener el dinero para comprarlas, sin importar el uso que le daría,
A esto se suma que a diario vemos como policías y militares se involucran en acciones que deshonran el uniforme y en vez de ser guardianes celosos para garantizar el clima de paz y la tranquilidad ciudadana, con una seguridad optima, se hacen cómplices de bandas y en muchas ocasiones hasta la dirigen, los que le genera grandes beneficios y cuando están a punto de descubrirles, entonces inmediatamente actúan dándole un tiro de gracia a los delincuentes fichados, para evitar el que hablen y se sepa toda la verdad.
La sociedad dominicana en su gran mayoría hoy día se siente desprotegida, al parecer la delincuencia organizada o común como prefieran llamarle, le está tumbando el pulso a las autoridades correspondientes, pero si no se cambia el sistema tradicional utilizado en los mandos militares y policiales del país, poca cosa se podrá lograr, sin importar los planes y operaciones que pretendan realizar para controlar la delincuencia y el narcotráfico, pues hay muchos departamentos de esos organismos que están permeados, que les venden informaciones a los delincuentes y narcotraficantes y esto ha sido denunciado de manera responsable al propio Procurador General de la República, doctor Francisco Domínguez Brito, recientemente en el sector de Herrera.
Tanto en las Fuerzas Armadas como en la Policía Nacional hay muchos hombres y mujeres capacidades, entrenados y con la voluntad de que las cosas cambien, pero por razones politiqueras, de canchanchanerismo, de resistencia a darle paso a una nueva generación militar o policial entonces tenemos que perjudicarnos todos y eso no puede seguir así,
Aquí tenemos militares y policías de alto rango que han llegado a esas posiciones a través del tráfico de influencias o de los denominados padrinos políticos, que sin nunca haber hecho un solo curso, ni haber pisado nunca la puerta de un recinto militar o policial ostentan rangos hasta de coroneles y nada pasa, coroneles que han sido expulsados por faltas graves y con los cambios de gobiernos se la buscan como toros para que lo reintegren y lo han logrado, pero solo constituyen un peligro en la sociedad, pues nunca han tenido vocación militar, si no la de ostentar un rango, un carnet y sentirse con poder para accionar libremente cometiendo todo tipo de barbaridades y atropellos, buscándosela como toros porque lo único que ambicionan es el dinero fácil.
Todo esto en detrimento de los hombres y mujeres que tienen décadas en las diferentes instituciones, trabajando día a día incansablemente, pero que ya las fuerzas se le van agotando, al ver que ni siquiera los rangos que por las leyes orgánicas de sus respectivas instituciones les corresponden pueden lograr, mucho menos son tomados en cuenta si usted no forma parte del clan y está dispuesto a todo.
Llegó el momento de actuar con responsabilidad y poner las casas en orden, tenemos un Ministro de las Fuerzas Armadas, honesto, responsable, capacitado, cualidades estas que también debo resaltar del actual Jefe de la Policía Nacional y del Presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, entonces hagamos lo que nunca se ha hecho en las Fuerzas Armadas y en la Policía Nacional, poniendo en retiro a todo aquel que haya cumplido su vida útil en sus respectivas instituciones, separando de las filas a los oportunistas y dándole el verdadero respaldo a los hombres y mujeres que trabajan con dignidad para beneficio de la patria.