El gobierno dominicano ha creado el Programa Nacional de Edificaciones Escolares para, en sus propias palabras, “…aumentar la tasa de cobertura escolar en un ambiente digno…”. Con este nuevo plan no sólo se ha abierto la posibilidad para que miles de escolares puedan acceder a un ambiente digno, en un espacio digno, que les permita emprender la tarea del aprendizaje, sino también que se ha abierto una interesante oportunidad laboral y técnica para los profesionales del sector de la construcción. Estos últimos podrán concursar o licitar para obtener uno de los contratos de obra que el Ministerio de Educación ha sacado a concurso: 401 nuevas escuelas, 194 ampliaciones de  centros educativos y la remoción de  otros 596 centros. La inversión que el gobierno pretende hacer estará por encima de los 30 mil millones de pesos.

Hacer camino al andar

Por un lado se beneficia el sector educativo nacional y por otro se fomenta la actividad laboral en el sector de la construcción. Al mismo tiempo sentimos que puede ser una interesante oportunidad para comenzar a hacer camino al andar en términos de licitaciones para obra públicas, que atiendan también a la necesidad de estimular el ahorro energético y la sostenibilidad en el diseño y la construcción.

Es común ver – en otros lugares fuera de nuestros mares- que en las bases de los concursos públicos para la adjudicación de obras de ingeniería y arquitectura se incluya una parte muy importante relacionada a la eficiencia energética y las tecnologías que la sustentan. Nos llegan a la mente más de un concurso donde este aspecto no solo es una parte, sino que es de las partes más importantes del encargo. Tal es el caso de varios de los concursos – por mencionar un ejemplo- que ha convocado la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo en Madrid (EMVS) para proyectos de viviendas de protección oficial.

En muchas de estas convocatorias se plantean como objetivos de partida, y elementos para la evaluación de las propuestas, aspectos tan específicos como: rendimiento medioambiental, huella ecológica, optimización de los recursos energéticos disponibles, procesos y sistemas para el reciclado, utilización de materiales sostenibles, uso de tecnologías de generación de energía renovables, etc, etc, etc …todo lo cual se reduce en un concepto general que es la reducción de emisiones de CO2.

Combinar objetivos para resolver necesidades

La convocatoria a licitación pública para la construcción de escuelas que hace el gobierno dominicano se presenta con aparentes visos de transparencia. Esto es sensiblemente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en nuestras latitudes y probablemente sea algo que pocas veces se ha hecho en nuestro país.

Lo que sería una novedad absoluta es la combinación de varios objetivos en un mismo plan, por ejemplo: desarrollo social (construcción de escuelas, hospitales y viviendas)  + el fomento de la sostenibilidad medioambiental y la eficiencia energética (implementación de conceptos bioclimáticos en la construcción).

Imaginemos por un momento una escuela (de las 401 + 194 sacadas a licitación) que además de dotar de aulas dignas a los estudiantes de menos recursos de nuestra sociedad, genere su propia energía (implementando tecnologías renovables en sus sistemas constructivos y de instalaciones)  o que sencillamente reduzca el consumo de la energía que consume (gracias a un diseño optimizado)…..ganaríamos el doble gastando un 15% por encima de lo que significaría un presupuesto para una obra convencional.

Esto sería hacer lo que nunca se ha hecho….¿Apostamos?