Como es sabido de la mayoría, el mambo es un ritmo tropical de origen cubano obtenido de la mezcla de rumba, pero más rápido que esta, y swing. Este ritmo musical se presta para bailarlo con pasos fantasiosos y muy elaborados. En esta oportunidad el mambo de la frase del título tiene música y se lo recuerda por haberla oído de labios de dominicanos.

En República Dominicana hay un mambo que se considera una ‘variedad del merengue de ritmo más intenso y letras repetitivas’. Con esta acepción aparece en el Diccionario del español dominicano (DED).

Cada país ha hecho una frase diferente con el mambo atendiendo a su idiosincrasia y modo de entender. Los cubanos pueden reclamar la paternidad de la palabra y hay que reconocerle el derecho a que se enumere primero lo que ellos desean expresar con su mambo. Ellos dicen “estar duro el mambo”. Así expresan ‘estar muy difícil una situación, especialmente en el aspecto político o económico’. De este modo lo consigna el Diccionario del español de Cuba (2000).

Cada país ha hecho una frase diferente con el mambo atendiendo a su idiosincrasia y modo de entender

Ese mambo cubano da lugar a “entrar en el mambo” que significa ‘coger dinero’, con el sentido de “entrar en posesión de” y no de “robar”. Esta locución la registra el Diccionario mayor de cubanismos (1999).

En América hay seis países que tienen locuciones construidas con el vocablo mambo, entre ellos la República Dominicana en la vertiente de ‘mentira, engaño’, así aparece en el Diccionario de americanismos (2010). Hay que dejar claro que este mambo no lo reconoce el autor de estas reflexiones acerca del idioma dominicano.

De vuelta al centro de atención de esta sección, la locución dominicana del título tiene más música que algunas de las ya enumeradas, pues se la usa para significar ‘maniobra que se realiza para obtener algo’. De esta manera coincide con el término “movida”. Por eso se copió la definición que para el último aparece en el Diccionario del español dominicano.

Se sostiene aquí que el mambo de la frase estudiada necesariamente no conlleva engaño o mentira, aunque sí es una operación que se hará para conseguir algo. No puede evitarse en convenir en que la diferencia entre los mambos dominicanos que se encuentran en esta sección es muy tenue.

PUENTE

“A los tres días de nacimiento, se le sometió a una cirugía para instalarle un PUENTE en su cabeza que drena el exceso de fluido. . .”

Hay que pensar (con la cabeza), en qué cabeza cabe que a alguien se le pueda practicar una cirugía para instalarle en la (no, su) cabeza un puente. Es probable que el puente (conexión entre cables que permite el paso de) lo necesite en el cerebro la persona que revisó o tradujo el texto.

Es una vergüenza que aún en el siglo XXI hay quien confíe enteramente en las traducciones mecánicas; o que bien, una vez hechas estas, se las entreguen para revisión a personas sin cultura.

Al pobre bebito le instalaron una desviación o derivación para establecer una comunicación entre partes de su cuerpo para drenar el exceso de fluido, como muy bien lo dice la reseña del periódico.

Es una vergüenza que aún en el siglo XXI hay quien confíe enteramente en las traducciones mecánicas

En español los puentes que existen no se prestan para que le asignen este tipo de función y, sobre todo, en el interior del cuerpo humano.

Este tipo de error se produce porque en inglés sí puede utilizarse esa voz, bridge, que en inglés significa “puente” para definir lo que en esa lengua lleva el nombre de shunt. Esto, en terminología corriente, consiste en crear una comunicación entre partes de cuerpo humano para desviar fluido.

En el caso de la cita le instalaron un conducto con el propósito de drenar el exceso de fluido.

No se puede confiar a ciegas en las traducciones que hacen los sistemas computarizados, pues en muchos casos eligen la primera opción sin parar mientes en que en cada caso hay más de una palabra adecuada. Es más, en algunas ocasiones hay un vocablo más apropiado que todos los demás.

MECENAS *MECENA

“Su primera obra de arquitectura construida en Europa la realiza en 1969, cuando a solicitud de R. A., importante MECENA y coleccionista de arte el Centro y de negocios. . .”

Algunos errores en las redacciones, en las composiciones de reseñas se deslizan por desconocimiento de las reglas de redacción, por falta de conocimientos de la ortografía o por confusiones en cuanto a los significados de algunas palabras. La enumeración que se ha hecho en las frases anteriores no pretende ser limitativa. En el caso que se estudia en esta sección el error surge de la falta de cultura del redactor.

Mecenas, con la letra ese /s/ al final tiene relación con el nombre de una persona que vivió antes de la Era Cristiana

Mecenas, con la letra ese /s/ al final tiene relación con el nombre de una persona que vivió antes de la Era Cristiana. Él fue el amigo y protector de Horacio y Virgilio. El nombre de este señor se ha convertido en sinónimo de generoso patrocinador de artistas e intelectuales.

Generalmente, a través de los tiempos, las personas que han ejercido el mecenazgo son personas poderosas política o económicamente. El patrocinio que provee el mecenas es casi siempre desinteresado y no es retribuido por el artista al protector. El patrocinador obtiene, aunque no lo busque, el prestigio que trae consigo el respaldo al desarrollo de las artes, la literatura, u otra actividad semejante.

El nombre de Mecenas se convirtió así en un epónimo sinónimo de favorecedor de actividades artísticas e intelectuales. En la actualidad podría extenderse la designación a las personas que financian investigaciones científicas sin esperar pago por ello.

COÑA           

“Pero a pesar de todo, ni yo ni los que me leen nos debemos quejar, y aunque parezca una COÑA no lo es”.

No hay que alarmarse con motivo de esta coña, pues no tiene relación alguna con el coño. Lo primero, porque el coño no tiene femenino, aun cuando en la mayoría de los casos se utiliza el término para mencionar una parte de la anatomía femenina.

Esta coña está en su lugar en el texto reproducido donde debe leerse con la intención de entender que equivale a “guasa, burla disimulada”. También sirve para mencionar lo que resulta molesto o pesado.

Esta coña está en su lugar en el texto reproducido donde debe leerse con la intención de entender que equivale a “guasa, burla disimulada”

Acompañada de otras palabras forma locuciones que expresan un sentimiento, como por ejemplo, “ni de coña”, que expresa “de ninguna manera”. Esa locución adverbial, junto con la otra, “en coña”, son más conocidas en España que en América. La última comunica “en broma, de burla, de manera informal”.

En América coña es marihuana, así se la denomina en Chile. En Ecuador es la marca que deja sobre un trompo el golpe dado con la púa de otro.

En Brasil llaman de maconha la marihuana. Quizá existe alguna relación entre la coña de Chile y la maconha de Brasil. Los brasileños reconocen que este nombre deriva de una lengua africana que es hablada en Angola. La familia de lengua  a la que pertenece se la conoce con el nombre “quimbundo, kimbundo”. Esta familia de lenguas le han metido muchas palabras al portugués europeo y al americano.

Si alguien desea coñearse de los contertulios puede comenzar a emplear este verbo delante de oyentes de menos luces para dejarlos atónitos sin ofender oídos doctos.